Publicado por Vanessa Anaya
El martes, 5 de noviembre de 2013 fue un día importante para los 43 artistas de los seis países que expusieron en la primera subasta de arte contemporáneo africano que tuvo como objetivo la revalorización del arte contemporáneo de la parte Este del continente. Según The Circle Art Agency (organizadora del evento), el éxito fue indiscutible si se tiene en cuenta que un 90% de las obras fueron vendidas a más del doble del precio establecido por los artistas. En el evento se presentaron trabajos de artistas de Sudán, Kenia, Etiopía, Tanzania, Sudáfrica y Uganda. Los organizadores de la subasta —que no se esperaban un éxito de ventas tan rotundo— están convencidos de que es una buena señal de la creciente presencia del arte africano en el punto de mira de inversores y élites interesadas en el arte. “Queremos que la gente se nos una a este nuevo viaje para descubrir el arte” afirma Danda Jaroljmek, (director de The Circle Art Agency), ya que según Jaroljmek “la gente no está informada sobre galerías y no está acostumbrada a acudir a exposiciones…Necesitamos mostrar el arte de diferentes formas y proveer plataformas al público para entender lo que está intentando comunicar el artista, juntar al artista y al público en un entorno cómodo donde se puedan conocer”. Uno de los fenómenos que podemos destacar de este encuentro, es la fuerte presencia de coleccionistas locales (kenianos concretamente) que han adquirido casi la mitad de las obras, en un panorama en el que normalmente los coleccionistas extranjeros son mayoría. Sin duda una señal del aumento del interés hacia el arte local y regional y también una muestra del aumento de la clase media en Kenia que puede adquirir obras de arte por un precio elevado.
¿Significa esto que el arte sea más accesible para el conjunto de la población? Seguramente no. A pesar de la potencia artística, cultural y tecnológica de Kenia —de las más potentes del continente— y de la gran producción de arte al margen de los circuitos más comerciales, como es el arte de los slums, a Kenia aún le quedan algunos retos que superar para que su gente pueda realizar ese “viaje de descubrimiento del arte” que mencionaba Jarolhmek. Estos retos tienen que ver con la falta de actualización de los programas formativos en el campo artístico, un bajo número de galerías de arte e instalaciones públicas y el escaso punto de mira hacia las artes visuales dentro de la vida cultural keniana. Tanta es la desconexión por parte del gobierno con los artistas locales, que la mayoría de los representantes del pabellón keniano de la Bienal de Venecia de este año, fueron artistas chinos en su mayoría. Increíble pero cierto.
Seguramente, para superar estos retos, la solución no pase únicamente por eventos como esta subasta, pero es un paso más hacia una mayor visibilidad a nivel mundial de los artistas de la región oriental de África. Los medios internacionales se han hecho eco, lo que sirve también para fomentar el interés de los coleccionistas tanto internacionales como locales por el arte africano. Una burbuja de oxígeno para artistas que luchan por situarse dentro de este creciente mercado. Sin embargo, es importante seguir en la línea ya trazada por algunas organizaciones y colectivos de artistas, de contagiar el interés a la población y comprender el arte como medio de expresión y de escuchar a esos colectivos y artistas, muchos de los cuales no tienen un fácil acceso a este mercado. Un buen empujón para lograr estos objetivos sería la consecución de un mayor apoyo por parte de las instituciones a la promoción y el desarrollo de educación, espacios y actividades culturales y la organización social en torno a la creación y dinamización de redes culturales, siempre enfatizando en la democratización de la cultura.
Original en : Wiriko