Kanu, Nigeria: Hip hop casero

16/01/2009 | Crónicas y reportajes

Sin un duro y con mucho tiempo en sus manos, Naziru Hausawa, un graduado en biología desempleado, decidió introducir su propia mezcla de rap y hip hop en la ciudad más conservadora del norte musulmán de Nigeria, Kano, donde las autoridades hacen la guerra contra la cultura inmoral de occidente.

Eso era hace seis años. Ahora Hausawa, de 28 años, es el orgulloso propietario de los estudios de grabación Golden Goose (gallina de los huevos de oro), llamada así por la cantidad de dinero que ingresa.

Desde 2002, han surgido alrededor de 60 estudios, que graban rap y hip hop casero, en Kano, la capital comercial del norte de Nigeria, y han sacado unos 50 álbumes y cientos de singles.

“La gente joven de todo el mundo está ligada a la música occidental en internet, pero aquí, por el desempleo, los jóvenes han decidido grabar su propia música y utilizarla para vivir de ella”, cuenta Abdallah Uba Adamu, un profesor de antropología en la universidad de Bayero, en Kano, que se dedica a investigar el hip hop y el rap locales.

Pero en esta conservadora ciudad musulmana, el sexo y las drogas que predominan en las letras de la música rap importada ha dado paso a temas sociales como la pobreza y la corrupción.

“Hacemos canciones para ganar dinero y tenemos que respetar la sensibilidad y delicadeza de nuestros fans, que no ven bien las drogas, la violencia, el sexo ni nada vulgar”, explica Ibrahim Bello, un músico local, alias Billy-O, mientras suena la llamada de los muecines desde la mezquita que hay detrás de su estudio.

Un medio de independencia financiera

Algunos de los músicos van ataviados al estilo tradicional, con amplios pantalones de algodón y túnicas a juego, otros han adoptado el estilo occidental.

Hausawa dice que el desempleo es peor que nunca en Kano. De las 500 fábricas que había en la ciudad hace 15 años, ahora han cerrado 400, principalmente debido a los apagones eléctricos.

“Es el desempleo el que ha empujado a los hombres jóvenes con talento a domesticar el rap y el hip hop, como una manera de ser productivo y como un medio de financiar su independencia”, cuenta Hausawa en su estudio.

Las últimas cifras oficiales muestran que más de la mitad de los jóvenes en Kano están en paro, una estadística que Bello lamenta en su canción titulada Bamayi.

“Hemos terminado de estudiar, no tenemos trabajo mientras que el hijo de algún hombre importante pasa a nuestro lado conduciendo grandes coches y mirándonos con desprecio, mientras que no podemos ni hacer tres comidas decentes y nuestros padres nos miran con desesperación, por eso nos rebelamos”, canta en la lengua local hausa.

Aunque Kano es la casa de la industria de la música, las canciones son populares en todo el norte. Y las autoridades del estado de Kano están decididas a que ningún elemento de la cultura rap global de drogas y violencia contamine la música del norte de Nigeria.

“Tenemos miedo a que los músicos copien el rap americano”

“Tenemos miedo a que los músicos copien las letras de los músicos de rap americano y beban la cultura rap de violencia y drogas”, dice Bala Muhammad, jefe del Directorado de la Reorientación Social, una agencia estatal del gobierno encargada de majorar la moral.

Muhammad admite que hasta el momento, esto no ha pasado.

“Pero la corrupción moral se va metiendo gradualmente y si las cosas se van de las manos, la sociedad será peor por esto”, advierte.

“El gobierno quiere que seamos didácticos, que cantemos canciones religiosas y no canciones de amor y romance, que ellos consideran occidentales y una manifestación de capricho y quiebra moral, pero yo creo que esa actitud es fanatismo”, se queja Hausawa mientras juguetea con un teclado de ordenador.

Con una población permanente de nueve millones de personas y otro millón de comerciantes que inundan la ciudad cada día desde las ciudades y países vecinos, Kano es el mercado ideal para esta nueva industria musical. Los CD grabados aquí se pueden encontrar en cada esquina de cada calle y en cada atasco de tráfico, con jóvenes vendedores ambulantes que se abren paso entre los coches.

A pesar de sus letras respetables, los músicos de Kano están constantemente amenazados con la restricción severa del gobierno y de los clérigos radicales musulmanes.

Asuntos morales

“Si la situación empeora, utilizaremos las mismas reglas que utilizamos para “desinfectar” la industria del cine”, advierte Bala Muhammad, o el Directorado de Reorientación.

En 2007, el gobierno de Kano reprimió la industria de cine local, alegando que incitaba a la inmoralidad.

Las autoridades impusieron una prohibición de seis meses para la producción de cine en el llamado “Kannywood”, después de que una grabación de sexo, hecha con un teléfono móvil, pero en el que aparecía una popular actriz local, diera la vuelta al país.

Al mismo tiempo, como prueba de que sus amenazas contra la industria de la música no eran en vano, encerraron en la cárcel al músico de hip hop, Adam Zango, durante tres meses, por producir un video musical que consideraron obsceno.

El video mostraba a mujeres con fladas muy cortas y pantalones cortos, bailando seductoramente de una forma considerada obscena para los estándares de Kano.

Kabiru Shariff, un músico más conocido como Shaba, por la estrella americana del rap Shaba Ranks, defiende a los de sus filas, diciendo que deberían elogiárseles por atraer a sus fans a su tipo de música “inofensivo”.

Y el profesor Adamu cree que el gobierno está reaccionando de forma exagerada.

La prohibición podría conducir al crimen

“Leer novelas de crimen no hace que uno se convierta en un criminal y de la misma manera uno no se ve tentado a cometer asesinato sólo por tener en la mano un cuchillo, a no ser que antes ya tenga la intención de hacerlo”. Compara Adamu.

Hausawa, por su parte, dice que la industria de la música recauda aproximadamente 100 millones de nairas al año (635.000 euros).

Si el gobierno prohíbe la industria, advierte, los jóvenes músicos podrían dedicarse a robar o a la violencia, empeorando el ya horriblemente alto nivel de criminalidad en la ciudad.

(News 24, Suráfrica, 16-01-09)

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