El 2 de abril, con ocasión de su llegada a Bruselas para participar en la cumbre UA – UE, la oposición ruandesa en exilio había pedido y obtenido la autorización de manifestarse para denunciar los crímenes que Paul Kagame ha cometido y sigue cometiendo tanto en Ruanda como en los países vecinos y exigir la liberación de los prisioneros políticos y la apertura del espacio político en Ruanda.
En cuanto la noticia fue conocida, los lobbis de Paul Kagame organizaron una contra-manifestación que debía reunir a todos los agentes del régimen diseminados en Europa, que responden a la denominación de “Intore”, para que vinieran a cantar las alabanzas al dictador en el mismo lugar que las víctimas iban a denunciar su crueldad. En contra de los esperado, se les concedió el permiso para que vinieran a cantar y bailar a favor del dictador en la Plaza de Luxemburgo, frente al Parlamento europeo, el 2 de abril de 12h a 14h. Los opositores tenían la autorización de manifestarse en el mismo lugar de 15h a 17h.
A las 15 horas, un grupo estimado en 800 personas, de toda edad y condición, llegaron a la plaza de Luxemburgo, evacuada por una cincuentena de agentes del régimen llegados desde varios países europeos en autobuses fletados por las embajadas para que bailaran durante dos horas en honor de Paul Kagame y así oscurecer el mensaje que las víctimas del dictador y los demócratas iban a lanzar en pro de sus legítimos derechos. Los aproximadamente 50 Intore estaban mezclados, un tanto surrealistamente, con manifestantes de Djibuti y Chad que denunciaban las exacciones de los regímenes establecidos en esos países.
La plaza fue inmediatamente decorada con banderolas y pancartas que mostraban a las víctimas de Paul Kagame, a prisioneros políticos que se pudren en las cárceles, así como a los crímenes cometidos en la RDC. Los manifestantes formaron una cadena humana al sonido y al ritmo de bailes ruandeses y dieron varias vueltas a la pequeña y repleta plaza. Se produjo una simbiosis raramente observada entre ruandeses, con la presencia de todos los tenores de la oposición agarrados por la mano. La manifestación se disolvió a la hora indicada con gran satisfacción de los organizadores y alivio de los servicios de orden, que temían incidentes provocados por los Intore. Los paseantes observaron a opositores pacíficos que hicieron oír sus reivindicaciones legítimas a pesar de los esfuerzos de la dictadura de la que han huido y de la complicidad de los medios a sueldo para ocultarlas.
Emmanuel Neretse
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