“El jefe de la diplomacia francesa no dispone de tiempo para tener un encuentro con su homóloga ruandesa, que visita París”, ha hecho saber el ministerio de asuntos exteriores francés. Quien ha mantenido el encuentro ha sido el Secretario de Estado para la Cooperación, Henri de Raincourt.
Aunque las relaciones entre Francia y Ruanda se han normalizado desde finales de 2009, esta etapa nos recuerda una vez más que la animosidad entre los responsables de los dos países permanece. Hay señales que no engañan y entre Alain Juppé y las autoridades de Kigali el desamor es total. Por otra parte, Alain Juppé y Paul Kagame no han cesado de lanzarse picotazos a través de los medios de comunicación.
Para el portavoz del ministerio francés de exteriores, Bernard Valero “la agenda del ministro no permite (el encuentro); se trata de una cuestión de tiempo”. Para Jeune Afrique, Juppé ha hecho saber que no recibiría a su homóloga ruandesa. Sea como sea, el desamor de Juppé hacia el régimen de Paul Kagame no es un secreto para nadie. Puede decirse lo mismo de las autoridades ruandesas que nunca han ocultado su hostilidad para con Juppé. Cuando éste fue nombrado, la ministra Louise Mshikawabo calificó su nombramiento a la cabeza de la diplomacia francesa como “una sorpresa desagradable”. Cabe recordar también que Paul Kagame, presidente de Ruanda, calificó este nombramiento de “un insulto a los ruandeses”. En mayo remachó el clavo declarando a Jeune Afrique que “Alain Juppé no es bienvenido en Ruanda”.
Este episodio sucede en el momento en que Paul Kagame se apresta a efectuar una visita a Francia en septiembre. A nadie sorprenderá que en el transcurso de esta visita Alain Juppé rehúse encontrase con él y estrecharle la mano. Por otra parte, ya había afirmado en una conferencia de prensa el 5 de mayo que “no tenía la intención de estrechar la mano de Paul Kagame”.
En efecto, Alain Juppé ha tomado distancias respecto de la nueva lectura que París hace del genocidio de 1994. En febrero de 2010, el presidente Nicolas Sarkozy, de visita en Kigali, reconocía que Francia había cometido “un error de apreciación”. Alain Juppé, ministro de Exteriores en la época del genocidio, mantiene que la actuación de Francia fue irreprochable.
Kigali ha redactado dos informes que sitúan a Alain Juppé en primera línea de las acusaciones de complicidad con los genocidas.
Paul Kagame y un grupo de personalidades de su entorno fueron imputados por el juez francés Jean-Louis Bruguière por su implicación en el atentado de 6 de abril de 1994 contra el avión del antiguo presidente Habyarimana; atentado que le causó la muerte y que es considerado como el desencadenante del genocidio. El informe de los sucesores de este juez se hace esperar y condicionará sin duda las relaciones diplomáticas futuras entre los dos países, que como se sabe, quedaron rotas como consecuencia de las conclusiones del juez Bruguière y posteriormente restablecidas.
Jean Mitari
Jambonews, 20 de julio de 2011.
Traducido por Ramón Arozarena.