Juan José Aguirre, obispo de Bangassou, lleva 31 años entregándose al pueblo de la Republica Centroafricana. Vive en una región selvática, aislada y acosada por la guerrilla. Juan José Aguirre ha sido asaltado, ha visto caer amigos y vecinos pero para él no existe el desanimo ni mucho menos la rendición. Estos días visita Euskadi para abrazar a compañeros y voluntarios que le ayudan en su tarea en África.
La República Centroaficana (RCA) es un país que existe aunque no salga en los medios de comunicación y que esté olvidado a pesar de que sea el segundo país más pobre del mundo en el índice de desarrollo humano de las Naciones Unidas. Un país del África profunda, rodeado por otros estados en continuo conflicto como Chad, Sudan, Camerún, Congo y la República del Congo, que han exportado sus grupos guerrilleros a la espesa selva que cubre su territorio. Son muchos años, sin tregua entre fuegos cruzados de los señores de la guerra. Su pueblo resiste entre lloros y sonrisas. Juan José Aguirre Muñoz, obispo de Bangassou, escucha, actúa y deja, día a día, su vida por los más desfavorecidos. No tiene miedo, alza su voz en su nombre, incansable en la tarea que, paso a paso, ha creado a través de la Fundación Bangassou, una serie de proyectos humanitarios que devuelven la esperanza a un lugar pisoteado por guerrillas, corrupción y fuertes intereses económicos internacionales.
Juan José Aguirre nació en Córdoba. A punto de matricularse en la carrera de Medicina, cambió de rumbo y se hizo misionero comboniano. En 1980, con 26 años, llegó a la misión de Obo en la frontera con Sudán. En 1997 fue nombrado obispo de la región de Bangassou. que se encuentra en la frontera con la Republica Democrática del Congo, separados por un gran río. Toda la zona se halla cubierta por un manto verde de jungla, a 750 kilómetros de Bangui, la capital del país. La pista que les une al resto del mundo está en pésimas condiciones y a esto se le suma la inseguridad de los asaltos a los vehículos. Se trata de un área muy deshabitada con territorios apenas visitados. Un lugar pobre en donde se utiliza el trueque pues apenas circula dinero. En su espesa selva acecha la guerrilla del RLA (Ejercito de Resistencia del Señor) forajidos salvajes que huyeron del norte de Uganda.
Estos guerrilleros son una auténtica pesadilla de crímenes, saqueos y violaciones en masa.
Este grupo sanguinario fue creado por Joseph Kony al norte de Uganda en 1980. En sus inicios parecía un movimiento de liberación pero se convirtió en un grupo de secuestradores de niños y niñas. El ejército ugandés los expulsó hacia el sur de Sudán hasta que de allí les echaron hacia el Parque Nacional de Garamba en el Congo, para terminar escondidos en la espesura de la selva de la República de Centroáfrica.
Juan José cuenta: “En marzo de 2008, un centenar de soldados entraron en Obo, al Este de la República Centroafricana. Aquella noche horrorosa saquearon cientos de graneros, violaron mujeres por turnos de tres o cuatro soldados, en sus propias camas, y sembraron la desesperación, dejando decenas de familias en llanto”.
Desde entonces no han dejado de avanzar y arrasar. Este verano de 2010 Juan José me comentaba que estaban solo a 70 kilómetros de Bagassou. “Están ocultos entre millones de metros cúbicos de vegetación. Huyen del ejército de Uganda, están hambrientos, se acercan a los poblados en donde roban todo lo que pueden, si alguien se les opone lo matan y secuestran de cincuenta a sesenta jóvenes a quienes utilizan de porteadores. Luego a los muchachos les forman como soldados y a las adolescentes las utilizan como esclavas sexuales”.
Juan José Aguirre no se rinde ante las adversidades aunque éstas vengan en forma de violencia incontrolada. Ha creado la Fundación Bangassou a través de la cual desarrolla más de 25 proyectos. Han levantado centros de salud en los que acogen a enfermos terminales de SIDA, numerosísimos en Centroafrica, atienden a huérfanos, ancianos acusados de brujería, tienen varias escuelas en donde estudian siete mil alumnos. Asimismo, apoyan el despacho de “Justicia y Paz” en donde se gestiona las denuncias contra los menores, buscan partidas de nacimiento para tantos “niños fantasmas” que no existen socialmente y que son muchas veces la diana de proxenetas sin escrúpulos o de tráfico de esclavos hacia el Sudán y el Golfo Pérsico.
Juan José Aguirre transmite entusiasmo alrededor de su obra. Son muchos los convencidos en su ideal de lucha. Estar entre los más empobrecidos cambia vidas de manera positiva. He tenido la oportunidad de entrevistar a sanitarios y civiles que colaboran con él y todos regresan repletos de amor.
Mikel Mendizábal conoció a Juan José Aguirre en un retiro en el monasterio de la Oliva. Le habló de sus vivencias en la selva, de sus gentes, penas y alegrías, sufrimientos, de los atardeceres y noches estrelladas y con su relato quedó fascinado por África. En 2004 visitó Bangassou y comprobó cómo el Obispo era aclamado por los más humildes, cómo se metía entre los leprosos y acudía a las cárceles para atender a los reclusos. Se ocupa igualmente de los malos tratos y de las violaciones de los derechos de la mujer, de los abusos de las sociedades secretas y de los derechos de los pobres. A Mikel le impactó su valentía, fuerza y ternura. Asegura que “era el Evangelio en vivo”. Ahora Mikel se pasea de ayuntamiento en ayuntamiento por toda Gipuzkoa consiguiendo fondos para Bangassou al grito de: “¡Arriba los corazones!”.
Juan José Aguirre Muñoz nos comentó: “Cuando dos elefantes se pelean lo que más padece es la hierba bajo sus pies”. Los dos elefantes hoy en día en esa región de África son Estados Unidos y China, que se disputan su materia prima, y las empresas que se aprovechan de la industria del coltan y los diamantes.
El obispo de los humildes de África tiene infinitas razones para desanimarse pero su labor no tiene vuelta atrás, amando en tiempos de guerra con una voluntad a prueba de bombas.
Juan José Aguirre estuvo en el programa de Radio Euskadi en La Casa de la Palabra el jueves 26 de mayo de 2011. También intervino Mikel Mendizábal de la delegación en Euskadi de la Fundación Bangassou. Para más información e incluso para el que quiera apuntarse de voluntario dejo el teléfono 670 900 734.
Original en El Blog de Roge