Joseph Kabila, expresidente de la República Democrática del Congo ha regresado de su exilio autoimpuesto desde 2023 y visitado la localidad de Goma, en poder del grupo guerrillero M23, apoyado por Ruanda, desde finales de enero del presente año. A riesgo de ser convocado ante la justicia congoleña por traición, el expresidente se ha reunido con diferentes representantes locales ante la presencia de miembros del M23.
Fuentes cercanas a Kabila han negado cualquier tipo de alianza formal con el movimiento guerrillero aunque si han señalado que existe la coincidencia en su visión de terminar con el mandato de Felix Tshisekedi, actual jefe del Estado.
La cámara alta del país decidió en fechas recientes rescindir la inmunidad de la que gozaba hasta el momento Joseph Kabila, posibilitando, por tanto, la acción de la justicia nacional sobre el expresidente.
El M23, que con la ayuda de Ruanda consiguió tomar en enero Goma, la capital de Kivu Norte, y en Febrero Bukavu, la capital de Kivu Sur, además de gran cantidad de terreno en la región rica en recursos naturales, ha sido acusado por Amnistía Internacional (AI) de cometer crímenes contra la población local que “violan el derecho internacional humanitario y podrían constituir crímenes de guerra«.
Según la organización internacional, los guerrilleros serían culpables de torturas, desapariciones forzadas y asesinatos, entre otros crímenes. Tigere Chagutah, director regional para África Oriental y Austral de Amnistía Internacional, los rebeldes del M23 “castigan brutalmente a quienes creen que se les oponen e intimidan a otros, para que nadie se atreva a desafiarlos”. Según los testigos referidos por AI, los detenidos sobreviven en condiciones pésimas e insalubres y sometidos a torturas, refiriendo ejecuciones a martillazos.
Fuente: AlJazeera
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