El presidente de la República Democrática del Congo (RDC), Joseph Kabila, ha nombrado un gobierno de «cohesión nacional» que reforzará su mayoría en el gabinete ante la proximidad de las nuevas elecciones, cruciales para el futuro del país.
Nombrado en 2012, el primer ministro Matata Ponyo, quien puso a la RDC en el camino de las reformas para hacer despegar la economía nacional, se mantiene, pero el gabinete, hasta ahora más bien tecnocrático, se vuelve más político con llegada de varios líderes de las principales facciones de la mayoría presidencial, de acuerdo con la Orden Presidencial emitida la noche del domingo en la televisión pública.
Evariste Boshab, Secretario General del Partido Popular para la Reconstrucción y el Desarrollo (PPRD, el partido de Kabila) y ex presidente de la Asamblea Nacional se convierte en el número dos del gobierno, a la cabeza del Ministerio del Interior.
El Sr. Matata ve como se le retira de su privilegiada posición en la Bolsa con la reaparición de un Ministerio de Finanzas devuelto a uno de los directores de los gabinetes adjuntos al jefe de Estado.
Las otras carteras más importantes: relaciones exteriores, defensa nacional Justicia, Comunicación, Minas e Hidrocarburos, son confiados a personas conocidas por su gran lealtad a Kabila.
«Ha habido un claro fortalecimiento de la influencia de la presidencia que limita, en gran medida, el margen de maniobra de Matata», comentó un diplomático en Kinshasa
Llegó al poder en 2001 tras la muerte de su padre, Laurent Désiré Kabila y fue elegido Presidente en 2006, en las primeras elecciones democráticas desde la independencia del país en 1960.
Fue reelegido en 2011 después de unas elecciones marcadas por numerosas irregularidades, según la comunidad internacional, los principales partidos de la oposición rechazaron los resultados. Según la Constitución, Kabila debe abandonar el poder en diciembre de 2016, pero se sospecha que tratará de hacer todo lo posible para mantenerse en el puesto.
Después de la caída del presidente Blaise Compaoré de Burkina Faso, varios diplomáticos y analistas creen que la opción de una enmienda constitucional, que le permita presentarse para otro mandato, ha sido anulada por la mayoría de países.
El nombramiento de este nuevo gobierno se produce más de un año después de su anuncio en octubre de 2013.
La apertura política no es más que una fachada, los pocos opositores corrompidos por el poder trabajan, en la práctica desde hace algún tiempo, para la mayoría del gobierno y ya han sido expulsados de sus partidos o parecen estar a punto de serlo.
El anuncio del gobierno se presenta cuando el este del país sigue totalmente desgarrado por los conflictos armados que duran ya más de veinte años. Se termina con este anuncio un largo periodo de dudas que ha obstaculizado el desarrollo de temas comunes y diarios durante un año completo.
De acuerdo con un consultor internacional, no sólo los grandes inversores extranjeros, sino también todo el sector privado del país están a la espera de una mejora real en el entorno empresarial.
El sector minero en particular, la piedra angular del crecimiento, espera respuestas claras y decisiones concretas que permitan un mejor suministro de energía en Katanga para superar el déficit de electricidad que dificulta su actividad.
[Fuente: afriqueexpansion.com-Fundación Sur]