Jokin Otaegi es un hermano de la Salle que ha residido 15 años en Ruanda. A los 58 años cambio de rumbo y se fue a este país africano. Le dijeron que era un lugar de paz y que le sentaría muy bien por su carácter inquieto y nervioso. Pensó que iba para cinco meses. Ninguno de estos pronósticos se cumplió. Durante su estancia estallo la guerra civil y Jokin permaneció tres lustros. Durante estos días publica en euskera “Rwanda bihotz-minez” en donde Jokin relata los años duros vividos en Ruanda. Recuerda a muchas de sus amistades, habla de tradiciones, de la forma de ser de los ruandeses y recoge ocho cuentos acerca del mundo imaginario de la Ruanda rural.
Jokin Otaegi nació en 1930 en el caserío Largarate de Matxinbenta (Azpeitia), en la falda del monte Izazpi. Licenciado en Pedagogía dio clases en Zarautz, Bilbao, Irún y Donostia. Trabajo varios años en un barrio marginado de Zaragoza hasta que en 1977 le llamaron a Legazpi para participar en el impulso de las ikastolas y de la promoción de la cultura popular.
A consecuencia de una vista veraniega a Ruanda, decidió instalarse en 1998 por un tiempo. Tenia 58 años cuando comenzó a dirigir la escuela de arte en Gisenyi una aldea al noroeste de ruandesa cerca de la frontera con la Republica Democrática del Congo.
En cierta ocasión se presento en la escuela un tutsi que anunciaba la llegada del ejercito ugandés. Un compañero hutu le comento a Jokin que ese seria el principio del fin. Jokin pensó que no seria para tanto pero la realidad fue más cruel que cualquier pronostico. En 1994 estallo la guerra civil cuyas consecuencias se prolongan hasta hoy en día.
En el libro “Rwanda bihotz-minez” Jokin Otaegi realiza un recorrido por paisajes y lugares. Tuvo la oportunidad de visitar todas las provincias. Su intención era recorrer a pie Ruanda en diferentes etapas pero le advirtieron de que era altamente arriesgado. Jokin evoco en la Casa de la Palabra las colinas y volcanes ruandeses.
En otro de los capítulos resalta el perfil de diez mujeres que ha conocido personalmente, la mayoría de ellas tuvieron un final dramático. A pesar de ello, dejaron una huella muy profunda y fueron ejemplo de hermandad dentro de una guerra sin piedad.
Jokin también toca el tema de la trata de esclavos en la que participaron armadores vascos.
Para acercarnos a la forma de ser de los ruandeses y a su mundo imaginario se muestran ocho cuentos de los que se relatan al olor del eucalipto que arde en el fogón.
Rwanda bihotz-minez se presento en el Koldo Mitxelena de Donostia. El 12 de noviembre Jokin hará lo mismo en la biblioteca de San Francisco en Bilbao.
El libro lo edita Hiria. 943 22 40 68
