Tres meses al frente de Angola , el elegido a dedo sucesor de Dos Santos está alejando del aparato del poder a los hijos del presidente saliente.
Mientras hacia el 15 de noviembre la mayoría de la atención la acaparaba Zimbaue con su movilización militar, el nuevo presidente de Angola, João Lourenço, daba una serie de determinantes pasos adelante.
A la velocidad del rayo, despidió a todo el consejo de la compañía estatal de petróleo, Sonangol, incluida su presidenta, Isabel dos Santos. Ese mismo día, rompió también la relación de los hermanos Welwitschia y José Paulino dos Santos con las cadenas de televisión Channel 2 y TPA Internacional respectivamente. Y esto vino seguido de la renuncia de José Filomeno dos Santos, quien había sido efectivamente apartado en este mes de su cargo como gerente de los 5 millones de dólares del fondo soberano de inversión de Angola.
La billonaria hija, Isabel, a menudo conocida como la mujer más rica de África y sus menos conocidos hermanos son hijos de José Eduardo dos Santos. El totémico ahora ex-presidente dimitió el pasado agosto después de 38 años en el poder.
Una consecución de acontecimientos como éste habrían dominado los titulares de noticias en el África austral durante el resto de la semana. Pero los dramáticos acontecimientos de Zimbaue parecían relegar la marcha de Isabel y sus hermanos a un opaco segundo plano. Aunque esto no podía estar lejos de la realidad. La expulsión del poder de la familia dos Santos por parte de Lourenço parece señalar un trascendental e interesante desarrollo del curso político en Angola.
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Rompiendo el engranaje
Cuando Lourenço fue elegido por el presidente Dos Santos como su sucesor, estaba ampliamente asumido que iba a ser una marioneta fiel. General y ministro de Defensa, Lourenço se intuía como la continuidad del tejido del partido Movimiento Popular de Liberación de Angola (MPLA). A pesar de la imperante necesidad de una reforma económica, se consideró que cualquier cambio en las filas habría de realizarse de forma paulatina para evitar alterar los activos económicos de los afiliados al partido de Dos Santos; todos ellos consolidados tras el fin de la guerra civil de Angola en 2002 con el consiguiente auge del petróleo.
Con todo, dos meses después en el mandato, J-Lo –como a veces se le menciona bromeando en referencia a la estrella del pop- ha pillado a todo el mundo desprevenido. Se decía que el expresidente Dos Santos estaba desconectado sometido a un tratamiento en España mientras despedían a sus hijos. Al mismo tiempo, hace apenas un mes, Isabel ha estado celebrando su “alineamiento” con el nuevo presidente.
Sin ir más lejos, desde que llegó al poder Lourenço ha despedido al menos a 60 miembros oficiales del gobierno. Esto incluye a los directivos a de las empresas nacionales de extracción de diamante Endiama y Sodiam. También a los jefes del Servicio de Inteligencia y la Policía, el último de los cuales se presuponía “encerrado” en el Parlamento por mandato de su predecesor. En esos puestos ha ido nombrando a funcionarios jóvenes tales como el gobernador del Banco Central. En el momento de esta noticia se habla de que pueda remplazar a más cargos.
El asunto de Sonangol
En una reciente investigación dirigida por Carlos Saturnino, el nuevo presidente de Sonangol, Isabel dos Santos fue señalada por fracasar en el intento de cambio en la compañía paraestatal. Esta acusación permite a Lourenço justificar su despido por razones tecnocráticas. A pesar de todo, el simultáneo abandono de sus hermanos da pistas de lo consensuado que tenía la ruptura de vínculos del poder con su predecesor.
En cualquier caso, los despidos de Lourenço en el sector del petróleo no están siendo indiferentes. Este sector supone el 45% del PIB, el 75% de los ingresos gubernamentales y el 98% de los ingresos provenientes del extranjero. Es, así, la clave de la estrategia del país a nivel internacional.
La reforma de este importante sector tendría que pasar, en cualquier caso, por Sonangol. La compañía paraestatal es el principal activo del gobierno, un gigante que gestiona la enorme industria petrolera de Angola.
En los últimos años de Dos Santos, la caída de los precios del petróleo unida a los problemas administrativos y de confianza fueron nucleares en el declive. Esto le llevó, en junio de 2016, a recurrir a su hermana para la reforma. Esta decisión controvertida provocó acusaciones de nepotismo y un examen por parte de la Corte Suprema.
La retentiva de Isabel tras la salida de su padre se interpretó como un preocupante indicador de que los intereses creados en torno a la figura de él seguirían obstaculizando la reforma en la economía. Pero al echarla de su cargo, Lourenço ha desmantelado todo un engranaje que su predecesor tenía montado y que podría haber repercutido negativamente en su futura capacidad para gobernar con independencia económica.
Por qué J-Lo es ahora su “propio hombre”
En una publicación de Facebook borrada un día después de expulsada, Isabel dos Santos parecía reaccionar indignada. En el texto, citaba a un oficial que advertía de que J-Lo tendría que enfrentarse al partido por su comportamiento desviado. Y este sería el caso pero aún es demasiado pronto para explicar cómo la audaz imposición de su propio poder de Lourenço será digerida por los aparatos secretos del MPLA, todavía dirigido por Dos Santos.
Por una parte, el partido ha luchado por preservar la sucesión con la máxima delicadeza y puede acabar con el gran reto del simbólico ex-líder. De otro lado, el partido puede llegar a alinearse con Lourenço, que no ha ocultado su agenda reformista desde que llegó al poder.
En las elecciones del pasado agosto, el MPLA consiguió el 64,57% de los votos, un resultado decepcionante para su historial. El partido sabe que expulsando del poder a los hijos del Dos Santos traerá beneficios apreciables. Internamente, proporciona a J-Lo credenciales populistas muy necesarias. A nivel internacional, señala a las partes interesadas extranjeras que el amiguismo puede estar llegando a su fin.
Los despidos han tenido un efecto considerable. Controlar Sonangol proporciona al nuevo presidente mayor capacidad de compra de cara a las negociaciones internacionales. Necesita de estas relaciones extranjeras para reflotar la economía, incluyendo a China como demanda y apoyo financiero y Estados Unidos para la estrategia y legitimidad.
¿Qué está por venir?
Desde que acabara la guerra civil, el MPLA ha dependido de sus ingresos por petróleo para gobernar y mantener el control. Aunque la materia sigue resultando imprescindible, hay marcadores que apuntan a que J-Lo tiene como objetivo diversificar la economía, disolviendo los monopolios estatales corruptos.
Los despidos parecer ser algo calculado en todo el proceso. Sin embargo, a largo plazo, el nuevo presidente angoleño podría ir más allá en la delegación del poder político desde un agobiado y sobreprotegido poder central mediante el empoderamiento de los municipios. Esto podría ser un intento cínico de auto-preservación –al delegar la responsabilidad hacia abajo en la jerarquía, podría conseguir la inmunidad de los puestos mal altos del poder del Estado frente al escrutinio público- o bien podría ser un verdadero intento de mejorar las responsabilidades.
En cualquier caso, con éxito o sin él, quitando a su predecesor del poder le ha ganado la reputación a J-Lo de ser su propio supeditado.
En cuanto a los hijos de Dos Santos, ahora deberían estar al margen del centro de atención pero, gracias a las casi cuatro décadas de poder de su padre, todavía mantienen intereses económicos tanto en Angola como en el extranjero.
Fuente: African Arguments
[Traducción y edición, Silvia R. Zazo]
[Fundación Sur]
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