Joan Riera es un antropólogo catalán ligado por relaciones familiares a Benin. Adora países como Camerún y siendo adolescente fue por primera vez a Benín. Su padre tiene casa en Cotonú y su hermanastra es nativa de este país. Ha explorado a fondo y ha intentado comprender la religión vudú tan enraizada en la población beninesa. Publica la guía “Rumo a Benín”.
Joan Riera esta en contacto permanente con África. A Camerún lo considera su segunda tierra, a Benin llego cuando tenia 16 años, ahora tiene 32 años. Recuerda esa primera estancia, en 1994, de esta manera:” La experiencia fue brutal, disfrute cada minuto, y eso que gran parte del tiempo estuve en el barrio popular de Etoile Rouge, en pleno centro de Cotonú. Recuerdo una excursión de un día a Ouidah, la mítica capital del vudú. Al entrar por las estrechas calles del núcleo colonial, con varios templos animistas, con murales representando al Dan, dios serpiente, una extraña sensación recorrió mi cuerpo. Y es que Benin tiene magia…”
Joan piensa que visitar Benin es como leer la edad de un tronco varias veces centenario. Es la historia viva del continente africano. En una extensión parecida a la de Portugal conviven 54 grupos étnicos con su propia lengua, costumbres y forma de interpretar el cosmos. La practica del vudú es habitual incluso en la población de las ciudades. Todavía viste de manera tradicional, sus rostros y cuerpos escarificados y tatuados son símbolo de belleza e identidad de las diferentes etnias.
Benin cuenta con parques nacionales en los que es posible llevar a cabo el llamado safari fotográfico. Estos parques naturales son tan salvajes que solo pueden visitarse en época seca (de noviembre a mayo) por el mal estado de las pistas. Otos santuarios de flora y fauna que pueden visitarse son los diversos bosques sagrados, que gracias a la religión vudú han sobrevivido a las talas masivas causantes de la desaparición del 90% de la masa forestal del sur beninés. En ellos subsisten grandes ejemplares de árboles tropicales como el iroko o el baobab, y algunas raras especies de primates, como el cercopiteco de vientre rojo endémico de Benín.. También se puede observar ballenas jorobadas o delfines frente a las costas de Cotonú, o llegar hasta las playas vírgenes del delta del río Mono durante el desove de las tortugas marinas.
En Benín también son muy conocidos los poblados sobre palafitos en donde la vida social y comercial se hace sobre el agua.
En Benin todo resuena al África ancestral. Históricamente fue uno de los epicentros de la costa de los esclavos pero sobre todo es la cuna de la religión vudú totalmente viva en la actualidad. La palabra vudú significa “alma” o “fuerza” en lengua fongbé (pueblo mayoritario de Benín. Se calcula que esta creencia se originó de la región selvática entre Togo y Benín hace unos cuatro mil años. Se tiene un gran respeto a los ancestros, a los parientes muertos, a veces sus almas se transforman en animales o en árboles como lo demuestran los bosques sagrados.
