El Secretario General de Asuntos Políticos de Sudán (Norte) amenazó el día 10 de julio a las Organizaciones que trabajan en Kurdufan y Darfur con acciones legales y la expulsión.
Este alto cargo del Gobierno y del Partido declaró ante todos los medios sudaneses que las ONG afrontaran dichas acciones por tener evidencias de que “están apoyando logísticamente a los rebeldes”.
No mostró sin embargo ninguna de estas pruebas en su poder. Responsables de su partido, por su parte, han hecho declaraciones en las que advierten con claridad que el Gobierno de Sudán no desea en absoluto que se repita en las Montañas Nuba (estado del Kurdufan) lo que ha ocurrido en Darfur, es decir, la presencia visible de agencias y organizaciones humanitarias, y la creación de campos de refugiados.
En el 2009 el Gobierno ya expulsó a 10 organizaciones humanitarias de Darfur, aduciendo que colaboraron con la Corte Penal Internacional, a poco de haber emitido esta la orden de arresto por crímenes contra la Humanidad contra el Presidente Bashir.
Las amenazas de ahora vienen solo dos días después de la independencia de Sur Sudán, y en medio del recrudecimiento de la violencia indiscriminada contra la población en las Montañas Nuba, unido a una limitación creciente a todo acceso de ayuda ni medios de comunicación a la zona.
El actual Gobernador de la región, miembro destacado del Partido, es Ahmed Haroun, que también, como Bashir, es buscado por la Corte Penal Internacional por crímenes en el vecino Darfur.
El día 11 de julio, varias agencias internacionales y sudanesas de Derechos Humanos han exigido a la Comisión de Derechos Humanos de la Unión Africana que presione a Jartum para que cese su campaña de violación sistemática de estos en las Montañas Nuba.
Human Rights Watch, Interights, REDRESS, and the Sudan Democracy First Group acusan en concreto al Gobierno de estar llevando ataques indiscriminados contra la población civil desde el inicio de la campaña que supuestamente llevan sus fuerzas regulares contra unidades ‘rebeldes’ del SPLA (el actual, en el Sur, configura el Ejército de Sur Sudán, habiendo quedado sus simpatizantes en el Norte separados del Sur, pese a que lucharon unidos durante la larga guerra civil de Sudán).
Las organizaciones denuncian también que Jartum “ha cerrado todos los accesos a las áreas afectadas e impedido incluso el paso a las fuerzas de las Naciones Unidas en Sudán (UNMIS, cascos azules) y a las Agencias Humanitarias de Naciones Unidas. Estas no pueden acceder a las zona ni por tanto llevar a cabo asistencia ninguna, proteger a los civiles ni ser testigos de lo que allí está ocurriendo. Más aún, fuerzas de seguridad del Gobierno han llegado a arrestar a personal de las Naciones Unidas”.
Las agencias de Naciones Unidas estiman según los datos de que disponen (asumiendo que probablemente infravaloran la situación) en unos 75.000 el número de desplazados que están huyendo de sus hogares desde que comenzaron los ataques en la región en Junio. Calculan que una alta proporción del millón y medio de habitantes de las zonas más afectas se encuentran en situación de necesidad de ayuda con extrema urgencia.
Todas las fuentes confirman que los ataques en la zona se están intensificando, coincidiendo además con la breve época de siembra.
En Heiban, (montañas Nuba), un oficial del partido SPLM ha declarado que Jartum ha cerrado ya la red de clínicas móviles que el Gobierno compartía con la Agencia de Ayuda de Noruega, y que lo ha hecho “para que el mundo no sea testigo de lo que está ocurriendo y va ocurrir en esta región”.
El 5 de junio estallaron los combates entre las fuerzas regulares de Sudán y unidades del SPLA en el Sur Kurdufan. La inmensa mayoría de los habitantes de la región son Nuba, pueblo que se alió con Sur Sudán en la guerra de estos contra Jartum. Con la separación del Sur, los Nuba, en el Norte, se encuentran ahora separados de sus aliados y obligados a aceptar como estado a aquel gobierno de Jartum contra el que lucharon. En la capital de la región, numerosos informes refieren que las fuerzas del Gobierno están buscando y asesinando casa por casa a todos sus enemigos, por razones étnicas o de afiliación política.
El 28 de junio se firmó un acuerdo para el cese de hostilidades, pero no ha sido puesto en práctica, y ya es rechazado en público por los líderes del Partido en el Gobierno.
La Oficina de Coordinación de la Ayuda Humanitaria de Naciones Unidas hizo el 8 de julio esta declaración: “Los trabajadores de las Agencias Humanitarias ven limitado su acceso al Sur Kurdufan, lo cual hace que su labor de observación y de asistencia sea extremadamente difícil”.
Toby Collins
(Sudan Tribune, 11-07-11)
Traducido por Santiago Izco Esteban.
