Jalada04, literatura en lenguas africanas , por LitERaFRicA

21/10/2015 | Bitácora africana

Autora : Sonia Fernández Quincoces |

Publicado originalmente en África no es un país. 11/10/2015

Una de las cosas que llamaban la atención de la lista África 39, compuesta por algunos nombres de los nuevos valores literarios de África sub-sahariana y la diáspora, era que aparecieran solo tres autores que escriben en lenguas africanas: lingala, en el caso de Richard Ali, luganda en el de Glaydah Namukasa y kiswahili en el de Mohamed Yunus Rafiq. El resto se poblaba de literatura escrita en los idiomas colonizadores: inglés, francés o portugués, siendo Recaredo Silebo Boturu, de Guinea Ecuatorial, el único autor de la lista en lengua castellana. El árabe no se contemplaba ya que los organizadores entendían que estos escritores ya habían tenido su oportunidad en “Beirut 39”.

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En 1952 Amos Tutuola había publicado El bebedor de vino de palma. El libro tuvo muchos detractores y admiradores a partes iguales, tanto dentro como fuera de África. Una de las críticas más repetidas se refería al idioma empleado: pidgin nigeriano. El escritor se había servido del inglés para escribirla (fue el primero de su generación en hacerlo), pero al no ser su lengua materna el idioma aparecía “imperfecto”, mostraba repeticiones, frases inconexas, fallos gramaticales y errores sintácticos. El mago Tutuola había trasladado su mundo de narrativa oral yoruba al inglés. El inglés (los escritores de expresión francófona ya habían tenido su primer congreso en París) volvió a ser tema de debate en Kampala en la Conferencia de Makerere de 1962 cuyo nombre lo decía todo: “Conferencia de escritores africanos en inglés” y en la que se puso sobre la mesa la situación de la literatura africana, a dónde iba y también qué medios (idioma) usaba para caminar. Allí se reunieron Chinua Achebe, Wole Soyinka, Grace Ogot, Ezekiel Mphahlele, James Ngugi o Rajat Neogy (fundador de la revista “Transition”), entre otros. A consecuencia de la misma Obi Wali escribiría un año después su polémico ensayo, The dead end of African Literature, defendiendo, frente a la posición de Chinua Achebe, que la literatura escrita en lenguas europeas no era literatura africana.

La postura de Obi Wali fue compartida por el joven escritor James Ngugi, quien después cambiaría su nombre inglés por el de Ngugi wa Thiong´o. Él es, hoy en día, el rostro más conocido cuando se escribe sobre la defensa de las lenguas africanas: se negó a volver a usar el inglés para escribir el resto de su obra en gikuyu (sin embargo no fue el único, se suele obviar a su compatriota Grace Ogot, fallecida este mismo año, que escribió en luo). Junto a ellos aparece también Boubacar Boris Diop quien apartó el francés para escribir en wólof y afirmar que no ve que la literatura africana tenga ningún futuro «si pretende desarrollarse al margen de nuestras lenguas madre”.

En este sentido se siguen dado algunos esfuerzos significativos en el empeño de avanzar en la escritura en lenguas africanas. Por un lado, el año pasado, Mukoma wa Ngugi,hijo de Ngugi y escritor como él, anunciaba el nacimiento de un nuevo premio, “The Mabati Cornell Kiswahili Prize for African Literature”, con el objetivo de premiar obras de ficción en idioma kiswahili (swahili). Mukoma destacaba el hecho de que las más importantes obras literarias africanas no se encuentran disponibles en las lenguas africanas de origen. Así, Todo se desmorona de Chinua Achebe ha sido traducida a más de 50 idiomas (además de castellano, hay versiones en euskera, catalán y gallego) pero no al igbo la lengua materna de Achebe. Por otro lado, la editorial Cassava Republic Press publicaba una antología de relatos cortos en torno al amor bajo el sello Ankara Press traducidos a varias lenguas africanas, como el pidgin, el kiswahili, el igbo, el yoruba, el hausa o el kpelle.

Ahora, el colectivo que se encuentra detrás de Jalada da un nuevo e importante paso al publicar un compendio de obras que impulsan y ponen en primer plano a las lenguas africanas. Jalada, fundado en Nairobi en 2013, nacía con la intención de ser más que un espacio de publicación o una revista digital, quería convertirse en una red en la que compartir proyectos. Compuesto por 22 escritores (mitad hombres, mitad mujeres) de diversas partes del continente (Kenia, Uganda, Zimbabue, Sudáfrica o Nigeria), que participaron en un taller de escritura patrocinado por Kwani Trust, Granta y British Council, cuenta ya con tres antologías (sobre afrofuturismo, ciencia ficción o sexo) que se pueden leer online, a la que se suma esta última sobre las lenguas africanas.

La cuarta antología se despliega en otras tres revistas digitales ofreciendo un importante trabajo de creación y traducción. Así, Jalada04 llega repleta de textos editados en el idioma de origen (kiswahili, dholuo, hausa, ndebele, kimeru, xhosa o yoruba) con su traducción al inglés, francés o portugués (incluso se le hace un hueco al árabe de la mano de Suleiman Agbonkhianmen Buhari o al bengalí, con un poema de Aryanil Mukherjee, y al hindi). En el especial hay poesía, relatos breves y artículos de opinión que pueden ser leídos o escuchados, ya que la lectura se entremezcla con varios audios. Los nombres más o menos conocidos de los escritores Richard Ali, Edwige-Renée DRO, Efemia Chela, Richard Oduor Oduku, Moses Kilolo o E.C.Osondu, se unen a los de los fotógrafos Phoebe Boswell, Victor Ehikhamenor, Marziya Mohammedali o Msingi Sasis que utilizan las imágenes como lenguaje.

Junto a ellos, Mukoma Wa Ngugi, Bwesigye Bwa Mwesigire e Ikhide R. Ikheloa ofrecen breves piezas de pensamiento en el que expresan sus deseos, contradicciones y dificultades en relación a la literatura en lenguas africanas. Si Mukoma comparte con nosotros los problemas que tuvo para pronunciar de manera correcta el inglés, en una época en la que hablar en una lengua africana en la escuela era un crimen, Bwesigye formula el interrogante sobre cómo es posible realizar un activismo literario en una lengua extranjera. Pero es Ikhide, el crítico literario nigeriano, el que escribe el texto más largo y el que trata de contestar a la pregunta sobre cómo es posible preservar la autenticidad de la prosa si hay que contentar también al público occidental. Consciente de que la situación actual, con pocas facilidades de edición y escasas posibilidades de venta debido al precio de los libros, produce que el escritor que quiere publicar tenga que marcharse al extranjero, se lamenta de que a cambio tenga que “acomodar” su literatura a los gustos occidentales. Y para ello se tengan que plegar también a la hora de utilizar el lenguaje. Analizando las novelas de EC Osondu, This House is Not For Sale y de Chigozie Obioma The Fishermen demuestra cómo los propios escritores explican términos y pervierten diálogos, hasta el punto de preguntarse “¿Quién habla así en Nigeria?”.

Bwesigye sabe que el tema de las lenguas africanas es eterno y recurrente. Mientras tanto, iniciativas como esta demuestran que el interés sigue en aumento y que, como la artista visual Phoebe Boswell nos recuerda se trata de conectar, camino que Jalada04 ha emprendido al levantar una nueva torre en donde las lenguas africanas conviven con las europeas, las imágenes con las palabras y los audios con la escritura.

Original en : LitERaFRicA

Autor

  • Fernández Quincoces , Sonia

    Especialista en literaturas africanas, es autora y editora del blog Literafricas. Colabora en medios y eventos relacionados con este continente.

    Literafricas es un blog cuya autora es Sonia Fernández Quincoces. Surgió en junio de 2013 en un intento de crear un blog específico de literatura africana, entre otras razones porque cuando una intentaba localizar información sobre algún libro o autor de ese continente tenía que realizar un gran esfuerzo de búsqueda y, a menudo, era infructuoso. En aquel momento dedicarle un pequeño hueco en el ciberespacio no me pareció mala idea. Un lugar para intentar aportar ese granito de arena al conocimiento del desconocido y muy interesante mundo de las letras africanas, donde escritores africanos tuvieran la voz y la palabra para acercarnos sus pensamientos y sentimientos, para mostrarnos sus anhelos y su manera de ver la realidad y sentirla. Lo subtitulé “Simplemente literatura” porque para mí esta literatura es simplemente eso, literatura con mayúscula, sin necesidad de ponerle ninguna otra etiqueta, aunque, paradojas, de momento las tengo que usar.

    Literafricas

    @LitERaFRicAs

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