Jacob Zuma ya ha caído

25/01/2016 | Opinión

La pregunta ahora es: ¿cuánto de Sudáfrica arrastrará con él?

La semana pasada, los partidarios del presidente de Sudáfrica, Jacob Zuma, irrumpieron en las casas de un complejo de apartamentos en Ciudad del Cabo para derribar una gran pancarta donde se leía: ‘ZUMA DEBE CAER’ pancarta que colgaba de la pared del edificio y que había atraído la atención mundial. Si derribar la pancarta estaba destinado a mitigar el insulto recibido por el Presidente, la operación tuvo éxito. Pero, si los partidarios de Zuma consideraban la eliminación de la pancarta ‘ZUMA DEBE CAER’ como una manera de impedir su caída, su acción fue, en última instancia, innecesaria. Esto se debe a que Jacob Zuma había caído mucho antes de que la pancarta en Ciudad del Cabo se izara. Su caída no se ha materializado en la forma en la que los partidarios del “Zuma Must Fall” deseaban, que renunciara o fuera destituido de su cargo (lo más probable al terminar su mandato). Por el contrario, es en su grotesca caída de su liderazgo, donde es evidente el declive de la economía de Sudáfrica, el aumento del malestar social y la abrumadora percepción de su presidencia como corrupta. Esta caída es peor que cualquier otra, y la cuestión que se plantea no es si Jacob Zuma puede recuperarse, sino más bien, ¿cuánto de Sudáfrica arrastrará con él?mandela-3.jpg

La caída de Jacob Zuma es todavía más dura si se mira a lo poco que ha llegado, en comparación con sus predecesores del post-apartheid. Respecto a uno de ellos es comprensible ya que nadie puede esperar que, Jacob Zuma, se acerque al liderazgo de Nelson Mandela (ni en toda África, ni en el mundo hay alguien que pueda), pero su gobierno no podría estar más lejos de la marca dejada por esta leyenda africana. Mientras Mandela lideró con un patriotismo desinteresado, Zuma se ha visto sumido en una serie de acusaciones de corrupción y engrandecimiento personal. Los anteriores esfuerzos para mejorar la situación socioeconómica de los largamente difamados sudafricanos negros se han deshecho en el régimen de este último, durante el cual el amiguismo se ha convertido en algo casi institucionalizado.

Así como la reputación de Jacob Zuma ha quedado muy lejos del ejemplo de Nelson Mandela, la situación de Sudáfrica, bajo su régimen, también ha bajado en comparación con la de Mandela.

rand-3.jpgDe acuerdo con el Índice del Grupo del Banco Mundial, Sudáfrica ha caído más de 20 puntos porcentuales en el control de la corrupción desde el año 2.000, justo después de que Nelson Mandela dejara el gobierno. La responsabilidad y la eficacia del gobierno también se han reducido de manera significativa en este período de tiempo, mientras que la estabilidad política y el Estado de Derecho sólo han mejorado marginalmente. Como resultado de los fracasos de Sudáfrica bajo el gobierno de Jacob Zuma, el Congreso Nacional Africano, que era el principal vehículo para la emancipación de Sudáfrica es una hemorragia de integridad y apoyo.

La caída en la eficiencia y la eficacia de los dirigentes de Sudáfrica tiene su comparación con el aumento de la delincuencia y el malestar social. En 2014 la tasa de homicidios en el país aumentó por segundo año consecutivos por primera vez en veinte años y ha seguido aumentando en 2015. En total, hubo un aumento del puesto 16 al 27 de los crímenes en Sudáfrica entre ellos robos, delitos sexuales y delitos relacionados con las drogas.

Los disturbios Sociales consecuencia natural del liderazgo ineficaz y las pocas y negativas perspectivas de los ciudadanos van en aumento en Sudáfrica. Los ataques xenófobos y las protestas #FeesMustFall (las matrículas deben caer) no sólo eran dos de las protestas más importantes de 2015, sino también eran parte de la creciente tasa de malestar social en todo el país. Desde 2010 el número de incidentes relacionados con los disturbios, son más del doble de acuerdo a los datos proporcionados por los Informes Anuales de Policía.

La economía sudafricana es quizás la víctima más trágica de la caída de Jacob Zuma. Se prevé que crezca un 0,7% este año, menos de un cuarto del total del África subsahariana y, de hecho, del mundo. El Rand, que perdió cerca de la mitad de su valor desde enero del año pasado, tiene cada vez menor valor y se espera que caiga, aún más profundamente, en los próximos meses. La tasa de desempleo está en su máximo histórico (Sudáfrica tiene la 6ª tasa de desempleo más alta del mundo) y para agravar el problema, varias empresas y multinacionales continúan anunciando despidos masivos.

Algunos expertos y analistas ven en la salida de Jacob Zuma la única salida para la economía sudafricana. Además parece que sólo podamos esperar más decisiones erráticas, como la sustitución del ministro de Finanzas dos veces en la misma semana. ¿Cuánto puede llegar a bajar la economía sudafricana es algo que es mejor dejar a nuestra imaginación?

Autor: Onyedimmakachukwu Obiukwu

venturesafrica.com

Traducción Mercedes sánchez

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