Lejos de miradas indiscretas. Frente a la costa de Madagascar, en el Océano Índico, Mauricio es un paraíso para los clientes ricos que vienen de China o de Dubái para realizarse operaciones de cirugía estética discretamente. En este pequeño país, uno de los más ricos de África, los visitantes extranjeros por lo general vienen a disfrutar de las playas de arena y aguas de color turquesa. Pero en los últimos años un nuevo tipo de cliente aterriza con sus maletas en Port Louis, la capital.
Según un reportaje de la CNN, Mauricio se ha convertido en un destino muy popular en el campo de la cirugía estética. De 1.000 pacientes en 2005 en la isla, pasaron a 12.000 personas en 2012 y al menos 16.000 en 2015, según cifras del gobierno.
La discreción no es la única ventaja de la isla. Los altos estándares de las clínicas privadas y de algunos hospitales y los precios más bajos que en Europa o los EE.UU. son otros de los argumentos para atraer a una gran clientela que procede principalmente de las islas vecinas (Reunión, Seychelles…) y de los países emergentes. Las tarifas son entre un 30 y un 40% más baratas que las de Reunión.
«Los precios son más bajos que en otros lugares», explicó a CNN el doctor Didier Van den Broce, jefe del centro de estética Bramwell, recién llegado de Bélgica.
El gobierno tiene como objetivo desarrollar aún más el sector de la industria médica de lujo, que debería generar 678 mil millones de US $ a nivel mundial en el año 2017 según el Instituto Global del Bienestar.
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