ISLAM ACTUAL EN EL MUNDO, por Agustín Arteche

30/03/2011 | AfroIslam

INTRODUCCIÓN

1. “Islam actual” es el título de la ponencia que me corresponde. Lleva como subtítulo: “geografías, países, regímenes”. Espero que el contenido de la misma no interfiera ni repita los mismos conceptos de la conferencia que, en este mismo ámbito dio el P. Joseph Buades Fuster, con el título de “Enunciar la presencia: el Islam en el escenario del mundo”.

2. Hablaré del Islam en su globalidad, es decir, el Islam unitario en su fe, en sus dogmas y en su culto, el Islam diverso y plural en sus múltiples tendencias, el Islam extendido por el amplio mundo, el Islam de todos, el de los ricos y el de los pobres, el Islam oficial de los ´ulemas, el de los sabios y el de los incultos, el Islam de aquellos que lo consideran inmutable, tal y como nació de la experiencia profética de Mahoma, el de aquellos que, por el contrario, piensan que el Islam necesita adaptarse a los tiempos modernos, el representado por la OCI (Organización de la Conferencia Islámica), es decir, el Islam que pretende representar a la Umma, la Comunidad Islámica Mundial, el Islam de los reformistas, de los conservadores, de los místicos y de los violentos; hablaré del Islam de hoy, el de nuestros días, el de todos los días, el de siempre, por lo menos hasta el momento en que vivimos.

3. Quiero advertir que trato de no tomar posiciones ante tal o tal forma de Islam. No me toca a mí formular certificados de autenticidad de lo que es el verdadero Islam. El Islam es de los musulmanes, tal y como lo viven y lo quieren vivir en su propia vida privada y social. A ellos dejo la palabra. Eso sí, en lo que a mí respecta, hablaré desde mi propia experiencia en contacto con los musulmanes.

Mi primera experiencia tuvo lugar en Túnez, un país musulmán al 100 %. Fue en los comienzos de los años 60. Un país profundamente musulmán que acababa de sacudirse el yugo de la colonización. Túnez, como casi todos los países musulmanes, que habían conocido la colonización, experimentaba por un lado, la exultación de recuperar su propia identidad nacional y religiosa y por otro lado, el deseo de no perder el tren de la modernidad. Fueron tiempos importantes para el país, para la afirmación de sus sentimientos nacionales y religiosos, y al mismo tiempo, abrirse a las reformas que necesitaba el país, para equipararse a los países modernos, desde el punto de vista de la economía, de la política y del derecho personal e internacional. El Presidente Habib Burguiba tuvo la valentía de promover la liberación del código tradicional de la familia musulmana y abolió el matrimonio forzado y la poligamia, como poco adecuadas a las necesidades de los tiempos modernos.

Para personalizar esta primera etapa de mi vida en tierras musulmanas, quiero decir que mi vocación inicial al Islam nación en Túnez. Allí vieron a luz los aspectos más necesarios para el desarrollo de las relaciones del cristianismo con el Islam: el aprecio y el respeto recíprocos.

Mi segunda experiencia tuvo lugar en Burkina Faso. Mis Superiores me nombraron allí para favorecer las relaciones con los musulmanes. Burkina Faso lleva con orgullo el título que se le confiere: la tierra de los hombres cabales…Un país plural, y de buena convivencia entre creyentes de todas las tradiciones religiosas: la tradición animista, los musulmanes y los cristianos. En Burkina Faso, durante 20 años, tuve ocasión de tratar con un Islam tolerante, respetuoso y abierto al encuentro y al diálogo entre creyentes… Aunque, esta percepción fue deteriorándose poco a poco, con el transcurso de los años, debido a actitudes en favor de un radicalismo, fruto de influencias exteriores… (Wahhabiyya, sobre todo).

La tercera experiencia corresponde a los años 90, en Sudán, justo después del golpe de Estado promovido en 1987 por los Hermanos Musulmanes y el ideólogo Hasan al-Turabi… que implantó la Charia, como norma de ley para todos los ciudadanos sudaneses, y que tuvo como consecuencia el desencadenamiento de una guerra civil con el resultado nefasto de cerca de dos millones de muertos y casi cuatro millones d desplazados y exiliados…

Tres experiencias diferentes, por consiguiente, que nos muestran la diversidad del Islam en el mundo y que al hablar del mismo, hay que hablar con mucho cuidado, expresando la infinidad de sus matices. Voy a entrar en el tema, poco a poco, como el pintor que esboza un dibujo, avanzando por toques progresivos…para después plantear las preguntas esenciales: ¿qué pasa en el ámbito del Islam? ¿qué aspectos son los que están en juego?

4. La ponencia consta de dos partes:

Primera parte: Dimensiones del fenómeno Islam en la actualidad

Segunda parte: debate y crisis del Islam en el mundo

PRIMERA PARTE: DIMENSIONES DEL FENÓMENO ISLAM EN LA ACTUALIDAD

1. El Islam, un fenómeno de actualidad
2. El Islam, un fenómeno de dimensiones mundiales
3. El Islam, una realidad diversificada y plural
4. El Islam, una realidad en crisis
5. El Islam, tendencias desde sus propias perspectivas

– 1. EL ISLAM UN FENÓMENO DE ACTUALIDAD…

No creo que nadie pueda negar que el Islam es un tema de actualidad en nuestros días. El Islam están en la prensa, en la radio, en la TV. Y está todos los días: con motivo de sus fiestas religiosas, los acontecimientos políticos de Irak, Palestina, Líbano, Irán, Afganistán, Filipinas, Argelia… El Islam nos llega, las más de las veces, asociado a la violencia, a la guerra, el terrorismo. El recuerdo de lo que ocurrió en Nueva York el 11 de septiembre de 2001 sigue en la memoria de muchos. Después se han sumado otros acontecimientos igualmente dramáticos en Londres, Madrid, Charm al Shaikh, Bali, Amman, Karashi, Casablanca, Argel otro fatídico 11 del mes (11 de diciembre 2007…). En la opinión de la gente corriente el Islam se ha ganado la reputación de intolerante, con motivo de la publicación del libro “Versos islámicos” de Salman Rusdhie, la publicación también de algunas caricaturas sobre Mahoma y más recientemente el discurso del Papa Benedicto XVI en Ratisbonna… No entro en valoraciones, sólo trato de constatar una realidad: el Islam está en los media, es un fenómenos de actualidad y está mal considerado por la mayoría de los ciudadanos.

– 2. EL ISLAM ES UN FENÓMENO DE DIMENSIONES MUNDIALES

Es otra de las realidades patentes. El Islam es una realidad mundial. Hasta hace poco, el Islam se confinaba geográficamente en lugares que podían ser considerados como de ámbito político y cultural musulmán, el Daar el Islam… es decir, el amplio ámbito islámico que va desde Marruecos hasta Malasia… Visible en el mapa como una especie de cintura alrededor del mundo. Hoy el Islam ha roto sus barreras geográficas y se ha expandido por todo el mundo: Se encuentra en los cinco continentes: Europa, Asia, África, América…

En Europa, por ejemplo, la progresión ha sido enorme. Gracias a la inmigración. Francia cuenta con más de cuatro millones de musulmanes, le siguen en importancia numérica: Alemania, Inglaterra y Bélgica, España e Italia. Se habla de casi 20 millones de musulmanes en Europa. Pero, la importancia del Islam no se mide solamente por sus números. Su relevancia se manifiesta también en la economía mundial, en la política, en lo religioso y en lo cultural. Importante en la historia del pasado, el Islam lo es también en el mundo de hoy, y sin duda que lo será en el futuro de la historia de la humanidad.

Tampoco podemos dejar de apreciar el Islam desde el punto de vista específicamente religioso. Es un punto de vista, que no desdeñan los musulmanes, ni mucho menos. Los musulmanes están orgullosos de su importancia numérica al igual que de su identidad religiosa. Nuestra formación secular nos impide a menudo apreciar este aspecto. Hay que agradecer al Concilio Vaticano II, que supiera apreciar al Islam en sus valores religiosos y morales, cuando dijo en la Declaración Nostra Aetate que la Iglesia Católica “mira con aprecio a los musulmanes” por su fe, su vida de oración, su caridad y su vida moral… Así lo hizo también el beato Charles de Foucauld, que se convirtió a una vida más santa, a partir de los ejemplos de muchos musulmanes. No hay duda, que son muchos los musulmanes que viven una experiencia religiosa auténtica, sometiéndose a la voluntad de Dios en la vida de todos los días. De esto, estamos convencidos los misioneros que hemos vivido entre los musulmanes de buena voluntad.

– 3. EL ISLAM: UNA REALIDAD DIVERSIFICADA Y PLURAL

Para los que piensan que el Islam es algo monolítico creo que es bueno señalar que en el Islam hay una gran diversidad de tendencias, grupos y opiniones… No hago más que señalar, sin entrar en detalles, en las tres divisiones más conocidas: el chiísmo, el sunismo y el jariyismo (este grupo es minoritario, existe esporádicamente entre los ibadíes de Argelia, en Yemen, Túnez y Omán).

Desde el punto de vista jurídico, las tendencias son también numerosas. Hay cuatro escuelas clásicas (hanafismo, malekismo, chafiismo y hanbalismo)… que son otras tantas escuelas de jurisprudencia, cada cual con su diverso criterio de interpretación…

Hoy en día, se multiplican también otras tendencias, unas para tratar de adaptarse a los tiempos modernos, otras aferrándose a las tendencias clásicas del pasado. Veremos estas diferentes tendencias algo más tarde.

– 4. EL ISLAM: UNA RELIGIÓN EN ESTADO DE CRISIS

Cuando digo que el Islam es una realidad en estado de crisis no quiere decir que se trate de una crisis de identidad. Es importante decirlo. Si hay algo que resulta evidente, para los que hemos observado las realidades del Islam, desde la intimidad de las convicciones personales de los musulmanes, es constatar que los musulmanes en general, independientemente de sus maneras de pensar, tienen un sentimiento muy acendrado de pertenencia al Islam: algo unido a la convicción de formar parte de una religión revelada por Dios, la última en el tiempo de todas las religiones reveladas, y de formar parte de una comunidad universal, la “ummah” islámica, unida en la fe en un solo Dios y en un solo culto.

En efecto, mi experiencia de encuentro con el Islam, tanto en Sudán, como en Burkina Faso y en otras partes del mundo me hace constatar la fuerza y el arraigo de la fe musulmana. La pertenencia a la gran comunidad musulmana, la Umma, es un sentimiento que ha calado muy profundamente en las mentalidades. El Islam es religión y al mismo tiempo una cultura, una tradición que no se abandona, ni siquiera siendo poco practicante a las oraciones y a las prácticas del Islam. Lo he constatado muchas veces, hay una especie de orgullo de pertenencia al Islam, que va parejo al de saber que cualquiera que sea la conducta moral, Allah y Mahoma nos sacarán de la dificultad y nos dará la salvación. Por ello, el abandono de la fe, la conversión a otra religión es relativamente rara entre los musulmanes.

Crisis, sin embargo:

Insistiendo en esta salvedad, se puede decir que el Islam está sufriendo una crisis interna muy fuerte. Hay un autor que ha dicho que “cuando lo viejo no acaba de morir y lo nuevo no acaba de nacer, hay crisis”. Pienso que es lo que le pasa al Islam… Lo viejo no ha muerto, lo nuevo no ha nacido. El Islam está en crisis en el sentido de que está viviendo un momento decisivo para su modo de presencia en el mundo de hoy. El Islam no acaba de asumir los cambios que le permitirían nacer de nuevo, renovarse. El Islam, así como otras religiones, no acaba de encajar en la modernidad. Vive un desajuste que dura ya varios siglos.

El Islam empezó con una experiencia espiritual, la de Mahoma, un hombre de indudable valor personal humano y religioso. En su vida hubo dos fases bastante diferenciadas, la de los comienzos en la Meca, una fase más espiritual, más centrada en escatología y en la vida social más atenta a los pobres y a los débiles; otra la de Medina, más legalista y violenta. El Islam se expandió en amplias zonas de Araba y del Oriente Medio tanto de por vida de Mahoma, como más tarde, después de su muerte. Más tarde, a medida que realizaba la conquista, sus adeptos se vieron forzaos a adaptar el mensaje a situaciones sociales y políticas muy divergentes. Fruto de esta adaptación se encuentra la “charia”, el conjunto de leyes y normas conformes al Corán y a la Sunna. Este esfuerzo de adaptación se dio por terminado en el siglo XI y XII de nuestra era. Desde entonces la “charia” ha sido monopolizada por los ulemas o sabios del Islam, haciendo difícil su adaptación a los tiempos modernos.

Los tiempos modernos y el Islam

Hasta hace relativamente poco tiempo el Islam había vivido en un área protegida, que llamaban “dar el Islam” o ámbito islámico de países de mayoría musulmana. En este ámbito las leyes, la cultura, los modos de vida protegían a los musulmanes del influjo externo, del ámbito que llamaban “dar el harb”, las áreas no musulmanas. Todo exteriormente ayudaba a los musulmanes a vivir bien integrados.

Ese mundo ha desaparecido. En el mundo de hoy, los ámbitos no contaminados religiosos o culturales ya no existen o están a punto de desaparecer. Vivimos en un mundo barajado a saciedad. El turismo, las inmigraciones, las tecnologías modernas, los medios de comunicación social, el Internet, los intercambios económicos, han cambiado la faz de la tierra. El mundo se ha convertido en la casa común de todos, la casa de todas las ideas y de todas las religiones. Vivimos en mundo global y plural al mismo tiempo. Los acontecimientos del mundo se pueden ver en todas las partes del mundo: podemos ver en tiempo real multitud de acontecimientos de nuestro mundo: la peregrinación a la Meca, el funeral de un Papa, la investidura de un jefe de Estado, las catástrofes y los acontecimientos deportivos en cualquier parte del mundo… El mundo está cambiando y nosotros tenemos que aprender a vivir en este mundo diferente en lo social, en lo cultural y en lo religioso. El problema no está en cómo asimilar la tecnología, la informática, el manejo de una lavadora o de un coche. Todo eso se puede combinar con una fe auténtica. El problema es más profundo. Está en la mentalidad, en el modo de relación que establecemos con las personas, el dinero, el poder, el sexo.

– 5. EL ISLAM ACTUAL, TENDENCIAS DESDE SU PROPIA PERSPECTIVA

¿Cómo y dónde situar la crisis?
El Islam lleva casi dos siglos debatiendo la manera de adaptarse a los cambios que se han ido produciendo en el mundo moderno. En sus comienzos el debate fue más bien teórico, se centró en la manera de conciliar la fe y revelación islámicas con el espíritu científico, pero ha ido poco a poco a poco oscilando hacia aspectos más concretos.

Confieso que hubiera sido muy interesante describir, por ejemplo, las propuestas de los primeros reformistas, para dar respuesta y solución al retraso tecnológico de los musulmanes con respecto a Occidente…, Este espacio no permite ahondar en estos aspectos. Me voy a centrar en lo que hoy en día constituye el debate dentro del Islam.

Una observación en primer lugar: tengo que decir que el debate actual entre los musulmanes no se centra en la teología (Dios, vida futura, revelación) o en el culto (manera de hacer la oración, el ayuno y la peregrinación a la Meca) En estos aspectos hay un consenso muy grande entre los musulmanes. El problema se sitúa en los aspectos relativos a la vida social. Fundamentalmente los temas que interesan a los musulmanes y que necesitan acuerdo se mueven en torno a dos temas principales: El código de la familia y el modelo de Estado y sociedad que se quiere construir. Cojamos los dos aspectos brevemente para ver exactamente de que se trata:

Primero: el código de la familia.

Las ideas reformistas fueron favorables a introducir cambios en el derecho religioso tradicional y ayudaron a crear un clima de opinión, que permitió a los gobiernos concentrarse en algunas áreas concretas de cambio, tales como las relativas al matrimonio, el divorcio y la herencia, tradicionalmente gestionadas por la charia. Las reformas legales se hicieron en primer lugar en Egipto y la India, pero luego se extendieron a otras partes del mundo islámico…Algunos logros, por ejemplo: se consiguió limitar el matrimonio de menores, se aceptaba la petición de divorcio por parte de la mujer, que inicialmente estaba reservado al marido. Se basaban en la necesidad de interpretar de otra manera los textos religiosos.

Este debate del código de la familia está lejos de estar zanjado. Siguen todavía las propuestas tradicionales, opuestas a la mayor parte de las posturas de los reformistas y a los modelos occidentales. Sin embargo, en la práctica, son raros los países musulmanes que no hayan adaptado sus leyes a las exigencias modernas expresadas por las mujeres, para reformar el Código de familia… Los ejemplos más relevantes nos vienen de Túnez y Marruecos: (trabajo fuera del hogar, libertad de escoger la pareja en el matrimonio, la herencia de las niñas, la tutela de los hijos menores, la poligamia, el divorcio…)

Segundo: el modelo de Estado y de sociedad…

La teoría general de un estado islámico empieza discutiendo lo relativo a la charia y a su validez para los tiempos modernos. Para los pensadores más radicales la primacía de la ley de Dios es el sello de un auténtico sistema islámico y lo que le distingue de otros sistemas jurídicos. Según ellos, la noción musulmana está opuesta a la noción laica de división entre religión y Estado. El pensamiento radical parte de la idea básica de la soberanía de Dios sobre todas las cosas. Un gobernante debe de actuar según las normas de la ley de Dios, Su gestión política viene controlada por dos factores: el primero, la Ley, es decir la ley de Dios expresada en el Corán y en la Sunna y el segundo el consenso de la comunidad (la shura). Por ello, el jefe del gobierno en un estado islámico, tiene que ser varón, musulmán, con conocimientos jurídicos y poseer las cualidades de justicia, virtud y piedad.

Las respuestas al debate existente:

La primera de todas vino de parte de los que llamamos Reformistas. Su mérito consiste, sobre todo, en haber ayudado a abrir caminos, que permitan la adaptación del Islam a los tiempos modernos. Fue más bien un debate de orden teórico, centrado en torno a la necesidad de interpretar el Corán, la Sunna y hasta la propia Charia, siguiendo métodos más científicos. Este movimiento tuvo también otras repercusiones prácticas: concretamente en la manera de concebir la vida política y el derecho nacional e internacional. No me detengo en este movimiento, que ha dejado nombres prestigiosos como: Sir Sayyid Ahmad Yan en la India, Muhammad Abdu y Rachid Rida en Egipto, Yamal al din al Afgani en toda el área del Medio Oriente.

En lo opuesto de esta tendencia se encuentra la respuesta de los conservadores, liderado por los ulemas o sabios… A pesar de su relativo prestigio entre las masas, su connivencia con el poder político existente, y su falta de interés por los problemas reales de la gente, les hace poco aptos para responder a las esperanzas de los musulmanes de hoy.

Tendencias más actuales:

Una observación práctica sobre el terreno muestra que, dejando de lado algunas elites occidentalizadas, la tendencia general en el mundo islámico, está dominada por las opiniones que insisten en la vuelta a lo religioso, en la recuperación de la identidad musulmana. Esta tendencia vale tanto en los países mayoritariamente musulmanes, como en aquellos que no son sino una minoría… Un ejemplo: La OCI (Organización de la Conferencia Islámica) nació precisamente para defender sobre todo los derechos de las minorías islámicas allí donde existan…y actúa como una caja de resonancia en cuanto se producen ataques (Filipinas) o atentados a la buena reputación del Islam (caso Salman Rusdhie, caricaturas sobre Mahoma y discurso del Papa en Ratisbona).

Pero, al lado de estas tendencias más defensivas que agresivas existen otras en la actualidad:

Los Hermanos Musulmanes: Movimiento que nació en Egipto hacia 1926. Su ideólogo fue Hasan al Banna. Este movimiento reclama básicamente la configuración de un Estado islámico en los países en donde esté implantado el Islam (Egipto, Jordania, Siria…) Tienen gran poder de captación y de disuasión. Cuentan con mucha gente entre la clase media conservadora. Se infiltran en las mentes de la gente, a partir de una acción social muy elaborada, sobre todo en asociaciones profesionales y redes caritativas. Su radicalismo, más bien moderado en sus comienzos, se ha recrudecido más y más, debido a las innumerables persecuciones que ha sufrido de parte de algunos gobiernos. Un ejemplo de la radicalización de este movimiento es el protagonizado por Sayyid al Qotb, que optó por la acción violenta. Fue ejecutado en 1966 por Gamal Abd al Nasser.

La Asociación islámica es obra de otro ideólogo originario de Pakistán, al Maududi, que insistió sobre todo en la idea de que el Islam es la antítesis del nacionalismo y que lo único que unía a los musulmanes era su compromiso con la voluntad de Dios, por encima de todo otro vínculo de lengua o de raza. Esta ideología radical y panislámica tuvo y tiene todavía muchos adeptos en todo el ámbito del Islam.

De estas dos ideologías, bastante convergentes, han derivado otros grupos todavía más radicales, como el hezbollah de orientación militante chií, el Qaida, la Jama´a islamiyya, el FIS y la GIA argelinos e infinidad de otros grupos, que se aglutinan en torno a tres clases de rechazo:

– 1. el rechazo a occidente, representado por Israel y USA, su aliado.
– 2. el rechazo a las elites que están en el poder, que consideran como corrompidas y paganas.
– 3. Y por último, el rechazo del laicismo, percibido como la fuente ideológica del mal, aunque ello no quiera decir que rechacen los avances tecnológicos y de la ciencia.

Igualmente, en el ámbito del chiísmo, podríamos incluir entre las idelogías radicales la revolución iraní, que derrocó a Reza Shah de Persia. Los límites de tiempo que impone esta charla no nos permiten entrar en los detalles del contexto político en que se enmarca ni en la ideología que la sustenta. Baste decir que fue una revolución alentada por un hombre carismático: el ayatollah Khomeini, que fue a la vez un leader político y religioso, supo decir, desde la ideología islámica, un no rotundo a los abusos de poder y a la occidentalización forzada de la sociedad por parte del régimen secular del Shah.

Conclusión

La característica de todos estos movimientos islamistas es su activismo político más que espiritual. Todos ellos tienen el objetivo de hacerse con el poder, con vistas a aplicar los preceptos islámicos en la sociedad, y así re-islamizar la vida política y social, las costumbres y los hábitos de la vida cotidiana. Esta es la razón por la que promueven una moral islámica o supuestamente islámica, como es el de imponer o dar una importancia a normas externas: el velo, la barba, la carne halaal, el ritmo de vida que imponen los 5 momentos de oración, etc., cosas que sólo se pueden realizar, cuando se tiene en mano el poder…

Por último, aunque rechazados por el Islam oficial, se encuentran las hermandades sufíes. Cultivan un Islam muy espiritualista y tradicional con un intenso fervor religioso. Son ellas las que han mantenido la llama del Islam en Turquía durante la época de Ataturk o en la antigua Unión Soviética y en África del Norte y subsahariana. Tras varias generaciones de persecución emergen con gran vitalidad, a pesar de la hostilidad que encuentran en nuestros días por los representantes del Islam más puritano.

Para resumir este panorama ideológico del mundo islámico, se puede decir que hay crisis, una profunda inestabilidad, un desasosiego muy grande en el mundo islámico, que se manifiesta de diferentes maneras: violencias, guerras ideológicas, opciones políticas de corte diverso, debidas por un lado a las exigencias de la modernidad, y por otro a las de la religión… El Islam se parece hoy a una obra enorme, un laboratorio al que concurren un sinfín de personas, pueblos, interpretaciones y prácticas diferentes…La fuerza y la debilidad del Islam está en que no tiene una jerarquía velando por la ortodoxia…

SEGUNDA PARTE: RECORRIDO CULTURAL Y GEOGRÁFICO DEL ISLAM EN EL MUNDO

Observaciones

Una primera observación: todo lo que llevo dicho sobre la crisis y el debate existente entre los musulmanes se aplica sobre todo al Islam árabe o considerado como tal (Maghreb, Medio Oriente, Irán e Irak…). El liderazgo del pensamiento en el mundo islámico lo llevan indiscutiblemente los musulmanes de habla árabe. Y se comprende, porque el Islam se sustenta sobre el Corán escrito en lengua árabe y una tradición con raíces profundas en el Medio Oriente. No hay que ignorar además, que uno de los elementos que retroalimenta la situación de crisis y de malestar en el mundo del Islam es el conflicto palestino y la situación presente de guerra en Irak, considerados como una agresión del Occidente cristiano a los musulmanes.

En segundo lugar: El Islam en otras zonas del mundo participa de las mismas ideas y debates, pero tiene su particular manera de vivirlo y se contextúa en otra historia, en otras cultura y en otra geografías… Como decía Hampaté Ba, un sabio musulmán de Malí, en el África Occidental, el Islam es “como un río que se colorea con el color de los lugares por donde pasa… Es el caso del Islam en Europa, en África y en Asia. Hagamos un recorrido rápido por cada uno de estos lugares.

EUROPA

En Europa, al hablar del Islam hay que tener en cuenta varios factores: el secularismo, la sensibilidad por los derechos humanos y el fenómeno de la inmigración que ha hecho cambiar su panorama socio-político y socio-religioso. Los musulmanes han crecido de manera espectacular. Se habla de 18 millones de musulmanes en Europa. Al abrigo de estos elementos, los musulmanes concentran su preocupación en ver garantizados sus derechos como ciudadanos, sin olvidar su propia identidad musulmana. En una palabra, el debate se centra en: ¿cómo ser ciudadanos europeos, franceses, italianos, españoles, al mismo tiempo que musulmanes?

En teoría y también en la práctica, las leyes europeas garantizan los derechos de los musulmanes para practicar su religión, tener sus propios cementerios, mezquitas, fiestas, etc. Pero, otra cosa es la integración real de los musulmanes en la sociedad europea… No favorecen el desarrollo de esta integración, los prejuicios y la falta de acogida por parte de la sociedad europea, pero tampoco, la hostilidad y mentalidad de gueto de algunos musulmanes… Este es un reto que tanto los europeos como los musulmanes residentes en Europa tendrán que resolver. Por el momento, los diferentes modelos de integración han resultado un fracaso… el multicultural, modelo al que parece que tienden amplios sectores europeos, basado en la igualdad y en el respeto de todas las culturas, parece el más adecuado no sólo para la convivencia sino también para el enriquecimiento mutuo. En cualquier caso, integración no quiere decir asimilación y pérdida de identidad. El conocimiento y el respeto recíproco son muy importantes.

Al margen de los problemas concretos que plantea la presencia del Islam en Europa, pienso que su estancia entre nosotros, puede ser beneficiosa tanto para los anfitriones, como para los huéspedes. La base de una buena convivencia o, si se quiere, cohesión social está en la amistad, el respeto mutuo y la solidaridad. Ganaríamos todos. Para nosotros los europeos, sería una puerta abierta a otros valores religiosos y culturales del Islam. Para los musulmanes una apertura a los valores de la modernidad, el espíritu crítico, la libertad, la democracia… otra manera de comprender los derechos humanos.

ÁFRICA

El contexto del Islam africano es su profunda relación con las costumbres ancestrales, sus raíces profundas Esto hace que el Islam africano venga asociado a prácticas ajenas todavía al Islam, como pueden ser el fetichismo, la manipulación de las fuerzas espirituales en beneficio propio (salud, dinero, prosperidad), el culto a los santos, la adivinación, la búsqueda de estados paranormales.
Esta es la razón, probablemente, por la que los musulmanes africanos encuentran satisfacción en el estilo de Islam de las cofradías. Las cofradías musulmanas son muy numerosas en África. Las más habituales en África Occidental son el qadirismo, el muridismo y la tidjaniyya. Las cofradías, aunque no estén bien consideradas por los musulmanes más ilustrados, son de hecho, para muchos africanos, el vehículo de una espiritualidad más humana y más relacional, más acorde, en suma, a sus propios gustos y manera de ser.

Sin embargo, la influencia de Arabia Saudí se hace notar cada vez más en África. Este país promociona un Islam más acorde con las normas de la charia y borrar la imagen arcaica del Islam de las cofradías. En apoyo de esta política pone cantidades ingentes de dinero, mientras promueve la ideología que promueve el régimen saudí: es decir, el wahhabismo. Entre sus objetivos se encuentra el deseo de instaurar en África regímenes de tipo teocrático, impulsando la ley islámica o charía y los tribunales islámicos.

El Islam se mueve y consigue atraer a la gente en los ya citados países. Las mezquitas se llenan, sus fiestas son muy concurridas, los mítines de los líderes religiosos atraen más que lo que pueden hacerlo los líderes políticos. Las asociaciones islámicas retoman un vigor inusitado. La llamada “dawa islamiyya”, es decir el anuncio islámico se hace cada vez más fuerte tanto para despertar a los musulmanes hacia una práctica más conforme al Islam, como para anunciar el Islam a aquellos que no lo son todavía. Estos esfuerzos son muy visibles sobre todo en las grandes ciudades.

Otro elemento a considerar es el del nacimiento de la violencia en África, resultado del activismo subversivo de algunos predicadores, formados en las universidades del mundo árabe e iraní. Hemos asistido últimamente a brotes de violencia, en Sudán, en Nigeria, Chad, Kenia, Somalia… Corresponden sin duda a una política de nuevo diseño, que tiene también repercusiones en África. Todavía no ha alcanzado niveles dramáticos preocupantes. La mentalidad tolerante del Islam africano mantiene las cosas dentro de unos límites que son todavía aceptables…

ASIA

El contexto asiático no se caracteriza de una manera homogénea. Depende del país, aunque de una manera global se pueda decir que seguramente será en Asia donde se modele el futuro del Islam, aunque no sea más que debido a su influencia numérica, que no se puede obviar: Más de la mitad de los musulmanes de todo el mundo se encuentran en Asia, al este de Karachi en Pakistán. Forman parte de este Islam varios países: Pakistán, India, Bangladesh e India…
Me detengo en dos países: Pakistán e Indonesia

– Pakistán: La islamización de Pakistán fue, como en otras partes del mundo, obra conjunta de guerreros, mercaderes y místicos sufíes, cuyo resultado es un Islam de corte sincretista. Aunque parezca extraño, la idea de un Pakistán islámico en su faceta religiosa e islámica al mismo tiempo, no fue una idea de sus promotores. Mohammed Iqbal no quiso un Estado islámico. La idea de un Pakistán islámico, fue más bien obra de dos políticos: Ali Bhutto en 1977 y Mohammed Zia en 1979… sobre todo este último, que es el que instauró la sharia. El resultado de aquella política hace que Pakistán sea hoy un país difícilmente gobernable. Pakistán es víctima de aquella política de islamización: víctima del primado otorgado a la ley islámica y a la enseñanza religiosa más arcaica impartida en las madrasas o escuelas coránicas; víctima también de la pobreza y el crecimiento demográfico; y victima por último de su amistad con USA, en contradicción con la mentalidad de la inmensa mayoría del país.

– Indonesia: Las interpretaciones y la práctica concreta del Islam son muy variadas. Esa variedad es reflejo de su origen, ligado al de los comerciantes y al influjo musulmanes de origen hindú o de otras religiones, como el Budismo , el hinduismo y el confucionismo presentes en esta zona del mundo. Por ejemplo la tradición sufí ha tenido mucho éxito allí, aunque en muchos casos ha estado en guerra con las interpretaciones más tradicionales del Corán y de la Sunna. En algunos casos, como en otras partes del mundo, cuando el Islam se hizo más relevante en los puertos, impusieron su ley a los hindus y budistas, obligándoles a huir o a convertirse. Las tensiones del pasado se han reproducido en el presente cercano… En nuestros este estado de conflicto se ha hecho más palpable en estos últimos años. Los grupos radicales, al igual que en otras partes del mundo, tienen cada vez mayor influencia.

A pesar de que en Indonesia el Islam es mayoritario, no se trata de un estado islámico. La constitución dice que la “ nación está basada en la creencia en Dios Uno y Supremo. El gobierno respecta esta afirmación, aunque en la práctica se produzcan algunas restricciones sobre algunas actividades religiosas… Hasta ahora el deseo de dar al país una Constitución basada sobre la sharia no ha tenido resultados, excepto en una provincia (Aceh) en donde hay establecidos tribunales islámicos.

La historia del Islam en Asia estaba cimentada en la tolerancia, el comercio pacífico y el sufismo…y el pluralismo religioso, multitud de creencias…
Pero, en algunos lugares se empiezan a ver maneras de hacer intolerante contra los no musulmanes… Falta de convivencia…cierre de locales de diversión el día de Año Nuevo por parte de las autoridades locales, imposición del velo…

CONCLUSION

Las conclusiones se pueden resumir en seis breves enunciados:

– 1. El Islam en el mundo está recorrido por una gran variedad de tendencias, opiniones y modos de vida, muy dependientes de los contextos socio-culturales en que se encuentra. Pero básicamente los musulmanes se refieren a los mismos conceptos de fe y de moral. Hay una identidad musulmana muy característica….

– 2. En segundo lugar, se puede constatar en todas partes algo que podríamos definir como crisis, inestabilidad, o falta de encaje del Islam con la modernidad… Esto no quiere decir que el Islam no pueda adaptarse a la modernidad. Ni tampoco que la crisis que viven los musulmanes para adaptarse al mundo moderno sea una crisis de identidad. Las dificultades vienen básicamente de las divergencias en interpretar la experiencia religiosa de Mahoma, expresada en el Corán y en la Sunna…

– 3. El debate no se centra en los aspectos de la ortodoxia de fe y de moral, sino en los mu´amalat, el tipo de relaciones sociales que conviene a los musulmanes, el estatuto personal y familiar…

– 4. Los caminos interpretativos del Islam radical no concuerdan con las perspectivas de los derechos humanos aceptados por la mayoría de países del mundo. No son seguramente los más perfectos, pero hay un consenso que los musulmanes harían mal en rechazar… Las soluciones que aportan los islamistas allí donde han conseguido apoderarse del poder no tienen en cuenta el hecho del pluralismo religioso y cultural del mundo. Las soluciones que promueven no son soluciones a largo plazo, no podrán imponerse a las tendencias más genuinas de la modernidad, como son la igualdad de derechos entre ciudadanos de un mismo país, el respeto de las minorías, el respeto a la libertad de expresión y de religión etc.

– 5. El Islam puede salir de esta crisis en que se encuentra. La historia pasada del Islam nos muestra que hay soluciones diferentes a las que promueven los intérpretes oficiales del Islam… o los violentos. Pero la solución no está en otras manos diferentes a las de los musulmanes ellos mismos.

Entre las múltiples voces que representan las ansias de todos los humanos por encontrar caminos de convivencia, de paz y de concordia, recojo el de una mujer, Chirine Ebadi, premio Nobel de la paz en 2003. Dice ella que “los derechos humanos tienen un alcance universal. No hay religión en el mundo que acepte la violación de los derechos humanos, o acciones que humillen y torturen a los humanos. La declaración universal de los derechos del hombre, aunque no sea un enunciado directo de Dios, no se opone a Dios. Los derechos humanos son el corolario de todas las religiones: las religiones están para elevar al hombre y hacerle feliz”.

Nos unimos a ella y a los 138 dignatarios musulmanes que han dirigido una carta a las diferentes Iglesias y a los hombres de buena voluntad, manifestando junto con ellos nuestra convicción de que la paz y la convivencia son el resultado de las buenas relaciones entre religión y cultura, religión y ciencia.

Personalmente, y en este mismo sentido, estoy convencido de que el mensaje de las religiones, de todas las religiones, debe de acordarse con las aspiraciones de bienestar, dignidad y paz de los hombres y mujeres de hoy, sobre todo, de los más pobres y desamparados. Hoy día si las religiones quieren ser creíbles en el mundo, deben centrar sus objetivos no sólo en los derechos de Dios: el dogma, la moral y el culto, sino también en el respeto de la persona humana, la igualdad y el bien común de todos los ciudadanos, independientemente de su sexo, credo religioso o político.

Agustín Arteche

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