El ejército de la República Democrática del Congo (RDC) anunció el domingo pasado que había frustrado en la capital, Kinshasa, un “intento de golpe de Estado”, en el que participaron congoleños, pero también varios estadounidenses y un británico. Se trata de un incidente más que suscita muchas preguntas en un contexto de tensiones políticas en la capital y de conflictos armados en el este del país.
El anuncio se produjo después de que al final de la noche se hubieran escuchado disparos de armas automáticas cerca del “Palacio de la Nación”, que alberga las oficinas del presidente, Félix Tshisekedi. Este hecho se produjo tras el ataque de hombres armados a la casa de un ministro situada en las inmediaciones, en la comuna de Gombe, a orillas del río Congo.
El general Sylvain Ekenge, portavoz de las Fuerzas Armadas de la República Democrática del Congo (FARDC), declaró el domingo en la televisión nacional que “un intento de golpe de Estado fue cortado de raíz por las fuerzas de defensa y de seguridad«,
Una cuarentena de atacantes fueron detenidos, mientras que otros cuatro, entre ellos su líder, «un tal Christian Malanga, congoleño naturalizado estadounidense«, fueron «neutralizados definitivamente» (abatidos) por las fuerzas de seguridad, anunció por la noche el mismo portavoz, mientras el gobierno condenaba en un comunicado de prensa lo que llamó un «intento de desestabilizar las instituciones del país«.
Los atacantes son «de varias nacionalidades«, explicó el portavoz del ejército. Además de Christian Malanga, «está su hijo«, «otros dos súbditos estadounidenses blancos«, así como «un súbdito británico naturalizado«, añadió el general.
El embajador de Estados Unidos había declarado ese mismo día a través de la red social X que estaba “muy preocupado por los informes de ciudadanos estadounidenses supuestamente involucrados” en este intento de golpe.
Según el general Ekenge, los atacantes pretendían atacar inicialmente las casas de la nueva primera ministra, Judith Suminwa, y del ministro de Defensa, Jean-Pierre Bemba. Pero “no pudieron identificar el domicilio” del primero y “no encontraron” al segundo en su domicilio. Luego “atacaron la residencia de Vital Kamerhe”, ministro de Economía, que se encontraba en su casa con su familia. Él y sus familiares no resultaron afectados, pero dos policías que los protegían murieron. Después, el grupo armado se dirigió al Palacio de la Nación, mientras otros intentaron escapar por el río Congo.
Los vídeos, aparentemente filmados por los propios atacantes, mostraban a hombres vestidos de uniforme de combate en el edificio, en el que el presidente Félix Tshisekedi no estaba presente, blandiendo la bandera de Zaire, el antiguo nombre de la República Democrática del Congo durante la época de Mobutu Sese Seko, el dictador derrocado en 1997.
“Ha llegado el momento. Larga vida a Zaire, larga vida a los hijos de Mobutu”, dijo Christian Malanga, él mismo un exsoldado, en Lingala. “Félix ha caído […], somos victoriosos”, proclamó.
El gobierno de la República del Congo informó que durante estos sucesos, un proyectil cayó «lamentablemente» al otro lado del río, en un distrito de Brazzaville, provocando «algunas heridas leves«. Por lo demás, durante el día, la situación era tranquila en Kinshasa.
«Tengo un poco de miedo de moverme así en Gombe, no hay mucha gente… Pero tengo que vender mis productos«, declaraba Jean-Mbuta, vendedor de pan. Papá Fely, taxista afirmaba: “no tengo miedo”, pero lamentaba que la gente piense que va a solucionar sus problemas “tomando las armas”.
El movimiento ciudadano Lucha (Lucha por el Cambio) señalo que “Es necesaria una investigación seria y profunda para esclarecer este grave incidente”, cuestionando en particular la aparente facilidad con la que hombres “fuertemente armados” pudieron ingresar en el Palacio de la Nación. El Gobierno aseguro que ese mismo día ya se habían implementado el conjunto de medidas necesarias.
En la RDC todavía se está a la espera de la elección definitiva de la Asamblea y del nuevo gobierno, cuya composición es todavía objeto de negociaciones.
Fuente: La Presse y Agencia France Presse
[Traducción y edición, Jesús Zubiría]
[CIDAF-UCM]
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