
El régimen de Trump dice que Haití se está hundiendo en el caos, pero anuncia el fin de la protección a los haitianos porque el país ya había mejorado.
Intelectuales haitianos entrevistados por Brasil de Fato criticaron duramente la decisión de la Organización de Estados Americanos (OEA) de apoyar la misión de seguridad internacional liderada por Kenia en Haití. La reunión de la Asamblea General de la OEA, celebrada el pasado viernes (27), en Antigua y Barbuda, se realizó después de presiones de Estados Unidos. De manera contradictoria, el gobierno de Donald Trump criticó a la entidad por su falta de acción para combatir la crisis en el país pero, para justificar una nueva ola de deportaciones de haitianos, afirmó que la situación en el país centroamericano “había mejorado”.
“Como siempre, estos organismos están implementando la política estadounidense contra nuestro Estados Unidos”, dijo Camille Chalmers, economista y profesora. Es evidente que el elemento fundamental para cambiar el equilibrio de poder en la crisis haitiana es un cambio en la política estadounidense hacia Haití, que actualmente consiste en suministrar armas y municiones a bandas armadas desde Miami. Esto también cuenta con el apoyo de la República Dominicana, que trabaja para desestabilizarnos. La OEA no mejorará nada en absoluto.
Una posición similar defiende Josué Mérlien, escritor y sindicalista. “La OEA es un instrumento político de Estados Unidos para obtener apoyo formal a las políticas que pretende implementar. La resolución no nos ayudará en nada; la misión internacional es inútil. Dicen estar en Puerto Príncipe, pero nadie los ve”, afirma. “Lo que necesitamos es solidaridad internacional para superar el caos que es obra de Estados Unidos y que conviene a sus intereses”.
Presión estadounidense
La resolución de la OEA llama a los países miembros a apoyar la misión liderada por Kenia, que cuenta con el respaldo de las Naciones Unidas (ONU) y Estados Unidos. El supuesto objetivo es ayudar a frenar la violencia de las bandas que controlan la capital, Puerto Príncipe. De los tres mil miembros de las fuerzas de seguridad prometidos, menos de mil llegaron al país.
Otro acontecimiento reciente fue la amenaza del gobierno de Kenia de recortar la financiación a estos agentes. Además de hacer alarde de pagar esta cuenta, la resolución de la OEA menciona vagamente “posible ayuda humanitaria” para crear condiciones para “elecciones libres y justas”. Sólo Jamaica y las Bahamas enviaron fuerzas para unirse a los kenianos.
La reunión se produjo bajo presión del gobierno estadounidense de Donald Trump, quien el jueves (26) criticó duramente a la entidad. “Haití se está hundiendo en el caos. Si la OEA no está dispuesta o no puede desempeñar un papel constructivo en Haití, cuestionamos seriamente su existencia”, declaró el enviado estadounidense Christopher Landau.
Al día siguiente, sin embargo, el régimen de Trump anunció el fin del Estatus de Protección Temporal (TPS) para aproximadamente medio millón de haitianos en Estados Unidos. El TPS protege a las personas de la deportación cuando sus países de origen no se consideran seguros.
Estados Unidos anunció que los haitianos ya no serían elegibles para el TPS porque la situación del país ya había “mejorado lo suficiente”.
Situación haitiana
La ONU estima que 1,3 millones de personas –la mitad de la población de la capital– se han visto obligadas a abandonar sus hogares debido a la violencia. Sólo este año han sido asesinadas más de 2.300 personas, entre ellas unos 50 niños. La ONU acusa a la policía de contribuir a estas cifras.
El gobierno oficial de Haití es desde mediados de 2024 el Consejo Presidencial de Transición (CPT), un colectivo creado por la OEA que debía llevar a cabo una nueva elección presidencial. Pero el CPT ha demostrado ser incapaz de mejorar la situación económica y social del país, que enfrenta una desnutrición aguda generalizada, una falta de hospitales y de agua potable y un brote de cólera.
Editado por Thalita Pires
Fuente: Brasil de Fato
[CIDAF-UCM]


