Kenia ha prometido reforzar su frontera con Somalia después de que se hayan producido varios secuestros cerca de la frontera.
Los oficiales keniatas están discutiendo sobre cómo detener las incursiones desde el pasado fin de semana, cuando los militantes somalíes raptaron a tres trabajadores humanitarios extranjeros, de la ciudad de Mandera, al noreste de Kenia, cerca de la frontera con Somalia, y se volvieron a Somalia.
Un portavoz de Defensa prometió intentar detener a los militantes, pero añadió que a menudo era muy difícil identificarles.
Mientras tanto, el presidente de Kenia, Mwai Kibaki, ha culpado a los insurgentes somalíes del enorme flujo de armas ilegales hacia Kenia.
El portavoz de Defensa, Bogita Ongeri, aseguró que sus fuerzas están trabajando con otras naciones para intentar contener a las milicias somalíes. “Mi gobierno no escatimará esfuerzos para limpiar de armas ilegales el país. El reto que tenemos en los puntos fronterizos es que esta gente viene del mismo clan, y muchas veces es difícil identificar quién es un rebelde y quién no lo es”, señaló.
Una serie de incidentes en la frontera somalí ha despertado dudas sobre si los agentes de seguridad de Kenia son capaces de mantener seguro el país. Aparentemente, los secuestradores del día 18, aparentemente no encontraron ninguna resistencia mientras cruzaban la frontera, secuestraban a tres extranjeros y volvían a Somalia. Esto ocurría tan sólo unos días después de que algunos testigos afirmasen que habían visto a militantes somalíes intentando reclutar a jóvenes keniatas a la salida de la escuela.
A principios de este año, los militantes somalíes también secuestraron, en esta misma zona, a dos monjas italianas, que liberaron pocas semanas después, tras el cobro del rescate.
(Shabelle, Somalia, 22-07-09)