Los batwa, grupo étnico que representa en Burundi aproximadamente el 2% de la población en un país mayoría hutu, es una comunidad muy discriminada todavía en una nación destrozada por la guerra civil y que sigue siendo una de las más atrasadas y pobres del mundo. Esta comunidad está reconocida por la Constitución de Burundi como el tercer grupo étnico, junto con hutus y tutsis. Es una minoría que no tiene derechos. Son, en su mayoría, analfabetos y viven en viviendas muy precarias. Con la disminución de las fuentes tradicionales de ingresos como la caza, la forja y la cerámica, sobreviven prácticamente de la mendicidad.
Para hacer frente a esta emergencia, hay varias iniciativas de la Iglesia y de la sociedad civil que quieren cuidar de esta minoría olvidada. El obispo Joachim Ntahondereye, de la diócesis de Muyinga, promueve el desarrollo de los pigmeos Batwa en Gisanze, continuando una obra que comenzó el misionero javierano, el padre Fiore D’Alessandri, que tenía por objetivo ayudar a estos “pobres entre los pobres”. La iglesia local promueve la educación de los niños y el cuidado de la comunidad a través de la construcción de casas que puedan permitir a las familias salir de las chozas insalubres en el bosque. Su objetivo es contribuir al bienestar de esta etnia de pigmeos olvidada por el mundo.
También los Misioneros de África (los Padres Blancos) en Burundi están comprometidos en mejorar las condiciones de las vivienda de los Batwa. El “Batwa House Project” tiene por objeto garantizar un terreno comunitario para decenas de familias para liberarlas de las condiciones de semiesclavitud a las que han estado sometidos.
Otro proyecto es “Harambee”, que en suajili significa “Juntos”, y que tiene como objetivo ayudar a 100 mujeres batwa de entre 18 y 30 años que deseen ofrecer a sus hijos la oportunidad de estudiar. Se beneficiarán de esta iniciativa unos 50 niños para los que la educación representa su única posibilidad de construir un futuro mejor.
Como se indica en la nota enviada a la Agencia Fides, el proyecto, patrocinado por la organización SOS Réseau Associatif de Femmes pour le Droit et le Développement (SOS RAFD), tiene como objetivo ayudar a la población del municipio Mutimbuzi, de 70.000 habitantes, colaborando para escolarizar a los niños y contribuyendo a la promoción socioeconómica de las mujeres.
Fuente: Agencia Fides
[Fundación Sur]
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