Autora: Gemma Solés i Coll
Este año nos han dejado un buen puñado de voces vitales del panorama musical. Aquí nuestro sentido tributo a gigantes como Hugh Masekela o Rachid Taha, cuya pasión y talento permanecerán vivos para siempre entre nosotrxs.
Hugh Masekela (4/04/1939 – 23/01/2018) – Sudáfrica
Masekela, icono en su país y leyenda de la música mundial, falleció en Johanesburgo por un cáncer de próstata a los 78 años. Fue uno de los mejores trompetistas del mundo, además de compositor y cantante. Durante tres décadas, y desde el exilio, contribuyó como pocos a poner la banda sonora a la lucha contra el apartheid. Su jazz mezclado con estilos sudafricanos y música de todo el continente africano y la diáspora es un legado imperecedero.
Médoune Diallo (11/02/1949 – 10/02/2018) – Senegal
El pilar de la afro-salsa murió a los 69 años en Dakar el pasado 10 de febrero. Fue un puntal de la famosa Orchestra Baobab en los 70 y 80, y luego del grupo Africando. Diallo marcó a su generación, pero también ejerció como “padre” de los salseros africanos que le sucedieron.
Janka Nabay (5/01/1964 – 2/042018) – Sierra Leona
El máximo exponente de la modernización e internacionalización de la música tradicional bubu falleció a los 54 años, dejando un legado crucial como etnomusicólogo y como innovador musical. Estrella local en Sierra Leona en los 90, utilizó la música bubu de la región de Temne para consolar a todo un país devastado por la guerra y volverle a hacer sentir orgulloso de sus raíces.
Philip Tabane (25/03/1934 – 18/05/2018) – Sudáfrica
Poco amante de las etiquetas y reticente a utilizar el inglés en su música y en su vida —por su legado colonial en África—, este guitarrista prominente de Johannesburgo fue una auténtica estrella del estilo Malombo Jazz durante los 70 y 80. Durante su carrera, recibió varios doctorados honoríficos que prueban la genialidad de un artista irreverente.
Kasse Mady Diabaté (1949 – 24/05/2018) – Mali
A sus 69 años, una de las voces de oro del continente nos ha dejado prestándonos pedazos de la riqueza poética y estética de la música tradicional Mande en trabajos como Songhai 2 o AfroCubism. Su voz y su conocimiento musical han sido imprescindibles para la escena musical maliense. “La idea de un Mali sin Kasse Mady es difícil de soportar”, dijo Lucy Durán en su obituario para Songlines.
Geoffrey Oryema (16/04/1953-22/06/2018) – Uganda
Exilado en Francia durante varias décadas, Oryema puso voz a las reivindicaciones para la paz y el fin de la lucha armada durante el régimen de Idi Amin en Uganda. Nos ha dejado este año con tansolo 65 años, legando varias décadas de música que contribuyeron a situar África en el mapa para algunos melómanos de Europa o Estados Unidos.
Khaira Arby – (21/09/1959 – 19/08/2018) – Mali
Conocida como la ‘reina’ de la canción Saharaui y por sus líricas en Sonrhai, Tamashek, Bambara y árabe con una pizca de Funk, la cantante y compositora maliense nos dejaba con 59 años. Enfrentada a su familia desde temprana edad para poderse dedicar a su vocación —la música—, la diva se arrimó a Farka Touré, y se labró un puesto insustituible en la escena local e internacional. Su faceta como activista la llevó a cantar contra la mutilación genital femenina o los separatistas tuareg.
Rachid Taha – (18/09/1958 – 12/09/2018) – Argelia
El icono por excelencia del mestizaje de la música raï y el chaabi argelino con el rock, el punk o el techno, fallecía de paro cardíaco con solo 59 años. Ídolo para los magrebíes migrados a Francia —de la que rehusó tener la nacionalidad—, el compromiso político de sus canciones atacó duramente contra el racismo, la xenofobia o el ascenso del fascismo en el mundo.
Malam Maman Barka ( 1959 – 21/11/2018) – Níger
Inmensamente popular en Níger, conocido en la vecina Nigeria y con largo recorrido en escenarios de todo el mundo, este erudito del biram — instrumento mítico de la región del Lago Chad de cinco cuerdas montado en una caja de resonancia con forma de canoa— y virtuoso del ngurumi —otro instrumento de dos cuerdas— ha dejado a Níger de luto. Cantó en buduma, toubou o hausa, y compuso homenajes a su país, a sus recursos naturales o a la prensa libre.
¡Mantendremos viva vuestra llama!
D.E.P.
Original en : Wiriko