Importantes elecciones en la Unión Africana

28/01/2016 | Crónicas y reportajes

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Tradicionalmente, las elecciones para la Comisión de la Unión Africana (AU) y para sus órganos, como el Consejo de Paz y Seguridad (PSC, Peace and Security Council) no suscitan gran interés, fuera del pequeño círculo de interesados de la AU.

Pero las cosas están cambiando rápidamente. En la medida en que la AU se está despojando de su histórica imagen de una organización burocrática ineficiente, con poco impacto sobre los problemas reales, la pregunta sobre quién maneja las cuerdas en Addis Ababa, sede de la AU, se vuelve cada más pertinente.

En la vigésimo sexta cumbre de Addis Ababa, que se celebrará esta semana, serán reelegidos los 15 miembros del PSC, y, por primera vez, hay una incertidumbre real sobre quién ocupará esas posiciones.

También se elegirá en julio de este año el/la presidente/a de la Comisión de la AU, una elección crucial, sobre la que ya hay una gran especulación. La complicada elección de la sudafricana Nkosazana Dlamini-Zuma, que por un margen muy pequeño derrotó al presidente saliente Jean Ping en 2012, está todavía muy presente en las mentes de mucha gente. La Unión Africana intentará probablemente evitar la repetición de un enfrentamiento semejante, que creó mucho resentimiento e incluso animosidad entre los estados miembro.

Los 15 miembros del PSC – cinco de los cuales servirán durante tres años, y 10 lo harán durante dos- serán elegidos durante la reunión del Consejo Ejecutivo de los ministros de Asuntos Exteriores el 27 y 28 de enero. La decisión será enviada entonces a la Asamblea de Jefes de Estado y de Gobierno para su aprobación el 30 y 31 de enero.

El PSC se está convirtiendo rápidamente en una institución crucial, que toma las decisiones finales en un amplio abanico de asuntos. Puede decidir sobre la intervención militar –como resultó evidente en su novedosa decisión de enviar tropas a Burundi a finales del año pasado; renovar mandatos y decidir los presupuestos de las fuerzas de paz –tal como la Misión de la AU a Somalia. Puede decidir también imponer sanciones a un país, después de un golpe de estado, como lo hizo el año pasado en Burkina Faso. Estos factores hacen del PSC una institución poderosa, y un asiento en el PSC es importante para países que quieren tener peso en la tomada de decisiones sobre el continente africano.

Las elecciones al PSC se realizan sobre una base regional. Al África Austral, África Central y África del Este les corresponden tres escaños a cada grupo; África Occidental tiene cuatro escaños y al África del Norte le corresponden dos. Al fin, son las regiones las que deciden sobre los países que se proponen al Consejo Ejecutivo. Sin embargo este sistema de representación regional está siendo objeto de críticas por algunos países de la AU, que reclaman escaños semi-permanentes para los grandes países.

Esto crearía una situación semejante a la del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, en el que un pequeño grupo de naciones ponderosas deciden para el resto del mundo. La AU ha mantenido siempre que esa es una situación injusta.

Habrá que ver si los pesos pesados del continente Nigeria, Sudáfrica, Etiopía, Argelia y Egipto consiguen un escaño en el nuevo PSC. El puesto de Nigeria está más o menos reservado, y Etiopía conseguirá probablemente mantener el suyo durante otro mandato en el PSC para África del Este, pero el futuro es incierto para las candidaturas para el África Austral y para África del Norte.

Anteriormente Sudáfrica indicó que no se presentará para reelección en el PSC, pero algunas fuentes dicen que Botsuana, Mozambique y Sudáfrica continúan siendo los candidatos más probables para esta región. Igualmente hay dudas sobre si Argelia conseguirá retener su escaño.

Además de una representación regional equitativa y de una rotación nacional, hay varios otros criterios que deben ser tenidos en cuenta en la elección de los miembros, según el protocolo del PSC. Estos incluyen el compromiso de defender los principios de la AU; la contribución para promover y mantener la paz y la seguridad en África (la experiencia en operaciones de promoción de la paz es una ventaja) y la contribución al Fondo para la Paz –o para fondos especiales creados para fines específicos. Otros criterios incluyen respeto por el gobierno constitucional (de acuerdo con la Declaración de Lome), el respeto de la ley y de los derechos humanos, y tener misiones permanentes, suficientemente equipadas, en las sedes de la AU y de las Naciones Unidas.
Si estos criterios fuesen aplicados estrictamente, más de un miembro potencial se vería excluido, y se favorecería la idea de que los países poderosos consiguen precedencia en el PSC.

Las elecciones al PSC podrían dar ocasión a un tira y afloja en la carrera para la elección de los comisarios, más tarde este año. Algunos países poderosos podrían, por ejemplo, decidir no servir en el PSC si consiguen una posición fuerte en la Comisión de la AU. Las elecciones a la Comisión de la AU se rigen por los mismos principios regionales, con las comunidades económicas regionales presentando candidatos tradicionalmente para los dos puestos prominentes en la Comisión de la AU –presidencia y vice-presidencia.

Cada región tiene derecho a dos de los ocho comisarios. Las regiones de las que proceden el presidente y vice-presidente tienen derecho a un comisario cada una.

Por ahora, las perspectivas son muy vagas. La presente presidenta, Nkosazana Dlamini-Zuma, no ha indicado todavía si se retira o si se va a presentar para su segundo turno de cuatro años. La posibilidad de que busque un cauce a sus ambiciones políticas en su país natal, Sudáfrica, ha dado lugar a especulaciones sobre su posible salida de la AU.

Varias fuentes indican que si Dlamini-Zuma no se presenta para su re-elección, será el turno de África del Norte de ocupar la presidencia de la Comisión. La región nunca ha tenido a uno de sus nacionales ni como secretario general de la Organización de la Unión Africana, ni como presidente de la Comisión. Ramtane Lamamra, actual ministro de Asuntos Exteriores de Argelia –y también antiguo comisario de la paz y seguridad- está muy bien situado para remplazar a Dlamini-Zuma.

Argelia tiene buenas credenciales. Su apoyo histórico a los movimientos de liberación en África le da credenciales anti-imperialistas –algo particularmente apreciado en el sur y el este del continente. Además, la proximidad lingüística le podría ganar el apoyo de los países francófonos. La relación complicada de Argelia con Francia podría ser una ventaja, dada la continua sospecha que pesa sobre los países francófonos de permanecer demasiado cercanos a París.
Sin embargo, aún no está claro cómo la proximidad de muchos países francófonos con Marruecos –cuya diplomacia es mucho más activa en el África sub-sahariana- podría influenciar a la candidatura argelina. Si Lamamra fuese elegido, el actual comisario para la paz y la seguridad, Smail Chergui –también argelino- probablemente tendría que dejar su puesto. Aun suponiendo que se le concedan dos comisarios a la región, es poco probable que los dos sean del mismo país.

Si Argelia consigue el puesto, se mostrará que la regla no escrita que pequeños países deberían ocupar los puestos clave en la AU es algo del pasado. La elección de Dlamini-Zuma rompió esta regla informal, que excluía a ciudadanos de los poderes regionales (Nigeria, Argelia, Egipto y Sudáfrica) de la presidencia de la comisión. Nigeria y otros grandes países se opusieron a la candidatura de Sudáfrica en 2012 por este mismo motivo.

La asamblea elige el presidente y el vice-presidente por voto secreto, y por una mayoría de dos tercios de los estados miembro con poder de voto. Los comisarios son elegidos por el Consejo Ejecutivo, que propone los nombres a la Asamblea para su nombramiento.
La rotación por regiones en la AU ha sido siempre un principio fundamental, que permite un cierto grado de representación equitativa. Sin embargo, como en el caso de la elección del PSC, la capacidad –mayor o menor “peso” político, económico, etc.- son también consideraciones cruciales para decidir quién puede liderar las instituciones del continente. El resultado de las elecciones de este año será una indicación de la política exterior de los 54 estados miembro de la AU, sobre todo de las grandes potencias.

Fuente: allafrica

Traducido por Jesús Zubiría

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