Entrevistamos a Cyprien Melibi Melibi, sacerdote camerunés licenciado en Teología Moral y Espiritual por la Universidad de Navarra, Master en Counselling. Se dedica a la teología de la liberación y se interesa particularmente por las cuestiones sociales africanas. En Vitoria le conocimos en 2015, donde participó en el Foro Religioso Popular. Ha publicado el libro «Grito Africano, por el Derecho a Existir» y ha puesto en marcha el proyecto “Educamerún” al que destina los derechos de autor de la venta de ese libro. Actualmente atiende las parroquias de Laguardia y otros seis pueblos más en Rioja Alavesa.
Revista Los Ríos: Para romper el hielo ¿Cómo fue la vendimia en Rioja Alavesa?
Cyprien Melibi: Llegué a Laguardia el 07 de octubre de 2023. Se celebraba el funeral de dos personas fallecidas en un accidente de trabajo en una bodega. ¡Que en paz descansen! Fuera de esto, creo que la vendimia ha sido buena en toda la comarca y, como es de costumbre, hemos celebrado acciones de gracias en varios pueblos.
RLR: A nuestras diócesis del País Vasco estáis llegando sacerdotes africanos para estudiar y también para colaborar en ellas. ¿Cómo estáis viviendo este “aterrizaje” en nuestras tierras?
CM: Esta experiencia hace pensar en la realidad de lo que es la Iglesia de Roma, es decir católica o universal. Ahora bien, una cosa es pensar en esa realidad, otra cosa es hacerla realidad. De todas formas, los sacerdotes que venimos de las iglesias africanas, “aterrizamos” aquí a través de una costumbre habitual de intercambio de sacerdotes entre las iglesias del Norte y del Sur. Se llama Misión de estudios, no es algo especial en la Iglesia Vasca. Creo que sería un buen testimonio que nos acojáis al igual que se ha acogido a tantos misioneros vascos en el mundo.
Sé que venimos con ganas e ilusión de enriquecernos de nuestras experiencias eclesiales y misioneras aquí. Venimos también con mucho que ofrecer. Se trata de un encuentro del dar y recibir. Por eso, pienso que es una lástima que, a veces, nos miren como los que vienen a invadir. No venimos para quitar nada a nadie: ni puestos, ni prestigios, ni dinero; sino que venimos para “hacer iglesia”, participar en el sacerdocio común de los bautizados. Yo sé que el Espíritu Santo que recibimos en el bautismo y en la ordenación no se otorga por un tipo de “posología” que daría una “dosis” para los negro-africanos y, otra distinta, para europeo-blancos.
Los sacerdotes que acogéis aquí, somos a la vez: pastores, misioneros y estudiantes.
- Pastores: no venimos aquí para formarnos como sacerdotes, ya lo somos. La mayoría ya tenemos una amplia experiencia pastoral. Algunos han sido: vicario general, ecónomo diocesano, canciller, rector de catedral o de santuario, profesor de seminario, fundador de parroquias, constructor de iglesias, fundador de movimiento eclesial, etc. Puedo decir que, en materia de pastoral, casi todos somos gente muy preparada.
- Misioneros: el rol principal del sacerdote es, echar la semilla del Evangelio en cada momento y en cada lugar. Así entendemos nuestra vocación al sacerdocio en África. Tenemos un “sensus ecclesiae” muy dinámico. Por eso, es una lástima no saber aprovechar lo suficiente el genio misionero que llevan esos jóvenes curas.
- Estudiantes: en general en África, cuando un obispo o un superior prepara a un sacerdote para estudiar, elige siempre dentro de los mejores que tiene. La prueba de esto es que cada uno de nosotros habla y escribe, como poco, dos idiomas europeos, además de su idioma materno. Somos frutos de la crema de la “inteligestia” africana. No es sorprendente que algunos sean elegidos obispos de sus iglesias en el futuro.
RLR: Nuestra experiencia misionera nos ha enseñado la importancia de la inculturación: aprender y valorar las costumbres, idiomas y formas de religiosidad en las que nos hemos incorporado, tanto en América Latina como en África. ¿Crees que se están cuidando estas cuestiones de cara a vuestra incorporación, por parte de las diócesis (la de envío y la de acogida) y de los propios sacerdotes africanos?
CM: ¿Quién soy yo para juzgar eso? Pienso que todas las diócesis del mundo son iglesias particulares: con sus riquezas humanas y culturales; con sus aspectos positivos y sus aspectos mejorables. Para mí, lo fundamental es amar a nuestra Iglesia, como pueblo de Dios y como institución. Uno no puede disfrutar del sacerdocio si no es capaz de querer incondicionalmente a la gente y, a la vez, querer a la Iglesia en su forma organizativa.
RLR: ¿Qué recomendaciones nos das para que realmente seamos aquí “diócesis y comunidades acogedoras”?
CM: Yo diría que todo está en el Evangelio de Jesucristo que, a la vez, es la fuente y el motor de la misión. Según lo oído aquí en el País Vasco, la misión ha sido un aspecto identitario de esta iglesia. Creo que la generosidad misionera que caracteriza la iglesia vasca, la obligaría a ser como un laboratorio de la nueva forma, ya imprescindible, de hacer vivir la iglesia en la Europa de hoy. Por eso digo que es una iglesia que puede entenderse de “la misión Ad extra a la misión Ad intra”.
RLR: Estás haciendo algunas charlas presentando el libro “Grito Africano, por el derecho a existir”. La persona lectora que pueda acceder a uno de los ejemplares ¿Qué se va a encontrar?
CM: Se va a encontrar con un “grito” en tres dimensiones:
– la denuncia de la hipocresía y de la indiferencia del mundo supuestamente civilizado hacia el drama más terrible de la historia humana
– la esperanza de un África que está tratando de salir adelante y que quiere contar con sus propios recursos sin que sus verdugos sigan robándoselos
– un discurso provocador para hacer del Evangelio realmente la Buena Noticia en un continente lleno de malas noticias. Esto pasa necesariamente por un cristianismo africanizado y no un África cristianizada.
RLR: También colaboras con la ONG “Educamerún” ¿Cuáles son los objetivos y acciones principales?
CM: Aun, no somos ONG. Educamerún es un proyecto promovido por una asociación solidaria de la sociedad civil en Camerún apoyado por la Fundación Adviser Humana aquí en España. Nos dedicamos a escolarizar a niños y niñas de familias humildes:
- otorgando becas escolares en colegios católicos
- asesoramiento personal pedagógico y social a esos menores y a sus familias
- organizando talleres de educación alternativa en vacaciones.
RLR: Alguna cosa más que quieras compartir con los lectores de la Revista “Los Ríos”
CM: Creo que, todos, africanos y europeos, tenemos que cultivar en buena medida, lo que un teólogo africano llama “el sacramento del hermano”.
Fuente: Revista Los Ríos
CIDAF-UCM