Human Rights Watch publicó el 18 de mayo un informe abrumador sobre las actuaciones del grupo armado M23 y Ruanda en los territorios ocupados en el este de la República democrática del Congo. Según HRW, más de 1.500 civiles, ciudadanos congoleños y refugiados ruandeses, han sido trasladados hacia Ruanda; HRW habla sin ambages de crímenes de guerra y de responsabilidad de Ruanda en tanto que ocupante del territorio congoleño.
El documento de HRW se apoya en testimonios de víctimas recogidos en Goma, Sake y en el Centro Cristiano del Lago Kivu (CCLK). Acusa al M23 de haber desmantelado campos de desplazados y de haber organizado traslados forzosos hacia Ruanda, a veces con la aquiescencia del ACNUR. Las deportaciones han sido llevadas a cabo por las autoridades de facto en la zona, esto es, el M23 controlado por Ruanda. Como se sabe, el apoyo militar, logístico y político de Ruanda al grupo rebelde fue determinante en la toma de las ciudades de Goma y Bukavu a principios del año.
En la población de Sake, el 12 de mayo, cerca de 2.000 personas, muchas de ellas ciudadanos congoleños, fueron agrupadas y trasladadas a Goma antes de ser expulsadas hacia Ruanda. El estadio la Unidad de Goma fue utilizado para hacer la selección e identificación de personas “de origen ruandés”. HRW denuncia al mismo tiempo la ausencia de un sistema de identificación fiable, lo que da lugar a prácticas arbitrarias.
Human Rights Watch pone también de relieve la implicación de Ruanda y califica la situación de “beligerancia por procuración” en la que Ruanda ejerce una autoridad militar y política a través de un grupo armado, reforzando la idea de una ocupación estructurada y asumida.
El informe concluye con un llamamiento a la comunidad internacional para que ejerza una presión coordinada sobre Kigali a fin de que cesen las deportaciones.
Fuente: therwandan.com
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