Homenaje a Matoub Lounès, referente de la canción bereber, en su aniversario de muerte

24/06/2014 | Cultura

Este patriota de todas las patrias oprimidas, nació un 24 de enero de 1956 en la Cabilia y fue asesinado un 25 de junio de 1998 en una emboscada. Esto sucedió en un lugar llamado «Tala Bounane» entre “Tizi Ouzou” y su pueblo natal en el corazón de la Cabilia, un lugar del que nunca pensó irse ya que él amaba a su país sobre todas las cosas.

Matoub no sólo era un gran cantante y poeta, sino también un gran defensor de todas las causas justas. Gran admirador del padre de la canción bereber, el gran Slimane Azem, Matoub se convirtió en un icono de la juventud de la Cabilia y en un gran símbolo como: Feraoun, Mammeri, Djaout, Azem Lhasnaoui, Kateb, Jean Amrouche y muchos otros.
Simplemente, se le considera como un Che Guevara o un Martin Luther King.

Armado con sus versos, su única arma, dijo en voz alta lo que otros pensaban en voz baja. Era un hombre de principios que nunca cedió ante nada. Fue y sigue siendo el eterno rebelde.

Ametrallado a sangre fría por los militares en octubre de 1988, fue alcanzado por varias balas que atravesaron su cuerpo, gravemente herido, se tuvo que someter a 17 intervenciones quirúrgicas. Estuvo secuestrado, durante 15 días, por un «grupo armado» en 1994 y fue liberado solamente gracias a la presión de la Cabilia.

Fue una figura carismática y era muy consciente de las amenazas que se cernían sobre su persona: “sé que voy a caer en sus manos, lo más probable es que me detengan un día u otro. Sin embargo, pase lo que pase, Argelia es mi país, prefiero morir entre los míos y si me matan, quiero que me cubran con la bandera nacional y que los demócratas me entierren en mi pueblo. Ese día, entraré definitivamente en la eternidad».

Matoub arengaba a su audiencia con sus versos reivindicativos y su firme defensa de la causa bereber.

Matoub Lounès afirmó en una ocasión: «si pudiera elegir, elegiría morir por mis ideas, por la democracia y por la libertad de Argelia”.

Entre recular y avanzar eligió avanzar junto a su gran amigo el famoso primer periodista argelino, escritor, poeta e intelectual, Tahar Djaout, asesinado en Argel el 26 de mayo de 1993 a la edad de 39 años.

Matoub fue el artesano de las palabras elegidas, del verbo cincelado, el que unió la acción a la palabra, los poetas son los que inventan, dicen y hacen. Él acunó a millones de personas con su voz ronca y humilde, que seguiremos escuchando a lo largo de los siglos.

Pagó con su vida desafiando a la muerte, los monstruos y al poder y seguirá siendo, para todos nosotros, símbolo de la resistencia, la lucha y la defensa de las causas justas. Este hombre invencible que sigue siendo el emblema de la valentía y el sacrificio fue un blanco fácil para sus asesinos.

En una canción, en homenaje al gran Tahar Djaout, cantaba: «incluso si borran las estrellas, el cielo nunca estará vacio.»
El heredero del padre espiritual de la canción bereber, Slimane Azem era una leyenda viva, un personaje mítico, que gozaba de gran popularidad, a pesar de estar prohibido en los medios de comunicación argelinos.

Su participación en la canción se inició en 1978, con »Lferh Yal-iw». A partir de ahí, una gran colección de cassettes todos los años, su producción fue prolífica hasta su muerte. Matoub cantaba a todo, a la pobreza, el hambre, la injusticia, la amistad, la fraternidad de todos los argelinos.

De hecho Lounès fue uno de los arquitectos y pieza clave de lo que se dio en llamar la «Primavera Bereber». Siempre luchó por el triunfo de su identidad y compuso una canción para los presos bereberes detenidos en la “Primavera Bereber”, «Yehzen El Oued Aissi» se convirtió en un himno para la juventud Cabilia ávida de canciones sobre la libertad, unidas a su lengua, su cultura y a la democracia.

Si hoy se habla de esta forma sobre Matoub Lounès es porque, objetivamente, era alguien bueno, amable, servicial y también grande, no sólo por su bondad y la grandeza de su alma, sino por sus muchos talentos.

A Mouloud Mammeri le conmovieron enormemente las palabras de John Amrouche cuando dijo: «razono y pienso en francés, pero llorar, sólo puedo llorar en bereber”.

¿Puede morir un poeta? Por supuesto que no. La gente del calibre de Matoub Lounès nunca mueren.

Como dijo Dda Lmulud sobre el famoso poeta Si Mohand u Mhand: «hay personas que están vivas y parece que están muertas y hay personas que han muerto pero permanecerán siempre vivas.»
(«Illa illa walb?? ULAC-it illa illa waye? ULAC-it» ha KECC Lwennas ULAC-ik, telli?»).

[Fuente: kabyle.com-Fundación Sur]

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