Funcionarios holandeses anunciaron el miércoles sobre una disputa diplomática en curso sobre la práctica secreta del Encargado de Negocios eritreo de recaudar el llamado «impuesto a la diáspora» de los expatriados. El máximo representante de Eritrea ha sido expulsado de los Países Bajos.
El ministro holandés de Relaciones Exteriores, Halbe Zijlstra, comunicó que «A la luz de la continua intimidación y fuerza utilizada en la recaudación del impuesto a los inmigrantes eritreos en Holanda y sus consiguientes disturbios sociales y políticos, el gabinete se ve obligado a darle al gobierno de Eritrea una señal poderosa». Por lo tanto, el encargado de negocios de Eritrea, Tekeste Ghebremedhin Zemuy, «ha sido declarado persona non grata y se ha solicitado su partida», anunció Zijlstra en una carta al parlamento holandés.
La decisión se tomó después de que los funcionarios holandeses en diciembre convocaran al embajador de Eritrea en Bruselas para protestar contra la práctica de recaudar el impuesto de la diáspora.
«Sobre la base de estos y anteriores debates con las autoridades de Eritrea, el gabinete se dio cuenta de que no había comprensión de la fuerte resistencia holandesa contra la forma en que se recaudaba el impuesto a la diáspora», comunicó Zijlstra. «Además, el lado de Eritrea no intenta comprometerse en el asunto», añadió el ministro. «Por lo tanto, el gabinete holandés quiere dejar en claro que no aceptará esta práctica». Sin embargo, Zeilstra agregó que no significaba el cierre de la embajada de Eritrea en La Haya, ya que tal medida dañaría las relaciones bilaterales, incluidas la migración y los derechos humanos. Los refugiados eritreos constituyen el segundo grupo de refugiados más grande acogido por los Países Bajos en los últimos años, después de los sirios.
El régimen del hombre fuerte de Eritrea, Isaias Afwerki, está acusado de encarcelar a miles de presos políticos desde que asumió el poder en 1993 en la nación del Cuerno de África, uno de los países más pobres del mundo.
La Universidad de Tilburg dijo que muchos de los cerca de 20.000 eritreos que ahora viven en Holanda aún se sienten intimidados. Un estudio realizado por la universidad en junio del año pasado dijo que se aplica un pago obligatorio de impuestos del dos por ciento a los miembros de la comunidad de expatriados de Eritrea para impulsar las arcas vacías en casa. «Aquellos que son reacios o se niegan a pagar … son excluidos como parias y, en consecuencia, intimidados y acosados», informó el estudio.
Fuente: Modern Ghana
[Traducción, Muriel Balda Aspiazu]
[Fundación Sur]
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