Un tribunal de Bruselas ha dictaminado, este pasado 2 de diciembre, que Bélgica cometió crímenes contra la humanidad, con la ayuda de la Iglesia católica local, al separar de sus madres a 5 mujeres mestizas, actualmente de entre 70 y 80 años, cuando todavía eran niñas.
Esta sentencia se convierte en un hecho histórico que ha obligado al país europeo a evaluar las practicas realizadas en su pasado colonial en el continente africano, concretamente en la República Democrática del Congo, Ruanda y Burundi.
Ya en 2019 el gobierno belga había reconocido el papel de la administración belga en la separación de niños de sus padres, así como el jefe del Estado también solicitó perdón por los crímenes cometidos durante la época colonial.
El Estado tendrá que proporcionar 50.000 euros a estas mujeres que han dado voz a miles de casos de niños separados de sus familias y reubicados en instituciones religiosas entre los años 1908 y 1960 en el Congo.
Monique Fernandes, hija de una de las demandantes, ha declarado:
“Para mi madre, ahora que por fin ha podido cerrar el capítulo, es una liberación. Por fin ha conseguido que se reconozca que se trata de un crimen contra la humanidad. La historia siempre ha sido: mira, hemos hecho tanto bien en el Congo. Pero también hay una historia muy oscura”
Fuente: Africa News
[Traducción y edición, Julia Vicente]
[CIDAF-UCM]