Hay que ocuparse del desempleo juvenil, en Nigeria

30/10/2008 | Crónicas y reportajes

El desempleo ha sido el mayor problema de los países más desarrollados.

La Organización Internacional del Trabajo, ha definido el desempleo como la situación como aquella en la que una gran parte de población económicamente activa no está empleada, pero está disponible para buscar empleos. Esto incluye a la gente que ha perdido sus puestos de trabajo y los que se han retirado voluntariamente.

Durante muchas décadas, Nigeria ha sido considerado uno de los países más ricos de África, debido a sus recursos petrolíferos y a su enorme población, pero, en los años 80, la economía del país acabó siendo de las peores, cuando los precios mundiales del petróleo se estancaron, lo cual influyó en la devaluación de la moneda, y la corrupción llegó a ser tan rampante, mientras que la población crecía astronómicamente sin inversiones concretas en el sector productivo. Desde aquel oscuro periodo de dominio del crudo, después del boom petrolífero, el nivel de desempleo en el país no ha dejado de crecer.

La patética situación de desempleo es el resultado de la incapacidad de desarrollar y gestionar efectiva y eficazmente los recursos nacionales, encauzándolos hacia inversiones rentables que podrían traer al país los máximos beneficios económicos para la ciudadanía. Mientras que la mayoría cree que las migraciones urbanas, cuando la gente se va de las zonas rurales a las ciudades para buscar trabajos de oficina, es uno de los factores del desempleo, la mala administración también contribuye al nivel de desempleo de la gran mayoría de la juventud. Otros vicios negativos que contribuyen a la situación incluyen los gastos extravagantes, la tendencia cleptomaníaca de los funcionarios públicos, la malversación masiva de los recursos y las políticas desfavorables de varias administraciones del país.

No es común encontrar familias donde el mayor porcentaje de la juventud, incluidos los graduados universitarios, están en paro, no porque no estén cualificados, sino porque sencillamente no hay puestos de trabajo disponibles. Ha surgido y se ha puesto de moda un slogan que dice que “debes conocer a la persona adecuada que conozca a alguien para conseguir trabajo”. Es más preocupante que, mientras que la mayoría de los graduados cada año salen como salchichas a un mercado de trabajo en busca de puestos que no existen, la última alternativa es también penosa para el modo de vida.

Hasta cierto punto, la pobreza está agravada por el desempleo, que lleva a unos mayores índices de criminalidad en nuestra sociedad, como la dedicación de la mayoría de la juventud al robo de petróleo, robos armados, secuestros, adicción a las drogas y tráfico de las mismas. Las mujeres también, mientras que luchan por mantener hogares sin trabajo, se deprimen y recurren al trapicheo y la prostitución. Todo esto podría considerarse como algo que conduce a el aumento del nivel de desorden e inseguridad social en el país, que tiende a reducir el estatus social y la autoestima de las personas en particular y del país en general.
Aunque el desempleo ha sido un asunto de enorme preocupación para el gobierno, hay organizaciones encargadas de la responsabilidad de ocuparse del problema, más especialmente en el Directorado Nacional del Empleo, NDE, que fue establecido con el propósito de diseñar e implementar programas para combatir el desempleo en Nigeria.

Para abordar este problema, gobiernos de todos los niveles deben dedicar partes de sus presupuestos anuales al sector productivo y propiciar un ambiente que permita a los inversores y otros empresarios implicarse en el propósito de la creación de empleo. De hecho, la región del Delta del Níger, donde existe una crisis de juventud, debido al desempleo, con una asignación enorme del gobierno federal a los estados productores de petróleo, el empoderamiento de la juventud debería ser la prioridad mediante una bien financiada adquisición de capacidades y creación de puestos de trabajo en las comunidades. El Gobierno debería pensar también en mejorar otros sectores como la agricultura y otros recursos naturales, que absorban la abundante población en lugar de centrarse sólo en el petróleo. Todos los esfuerzos deberían encaminarse hacia desarrollar y gestionar lo que tenemos, y evitar los préstamos externos.

En un esfuerzo por animar al autoempleo, el gobierno, a través de asociaciones tanto privadas como públicas, debería invertir fuertemente en la mejora de las instalaciones básicas como la electricidad, el agua corriente y la red de carreteras. Nigeria como nación tiene la capacidad de superar el problema del desempleo si se da la colaboración entre los sectores público y privado para crear un ambiente que posibilite las oportunidades de trabajo. Sólo mediante la rápida generación de empleo se puede reforzar el enlace entre crecimiento económico y la reducción de la pobreza en conjunto, en beneficio del pueblo.

Preye Dambo

Vanguard

Autor

Más artículos de Administrador-Webmaster