Olebogeng Motene, activista de la comunidad Bua, (Speak Out), habló con la Fundación Heinrich Böll sobre su trabajo.
Bua (¡Habla!). «Comunidades Mineras» es un movimiento social que representa a más de 10 comunidades mineras alrededor del distrito de Bojanala Platinum, municipio de la provincia en el noroeste de Sudáfrica. Es parte del Proyecto “Bench Marks Foundation”, creado en 2009 para ayudar a desarrollar la capacidad de las comunidades locales para supervisar las acciones de las corporaciones y el gobierno y tomar medidas cuando identifican destrucción del medio ambiente y debilitamiento de la vida comunitaria.
Fundación Heinrich Böll (HBF): ¿Qué le motivó a convertirse en un miembro activo de su comunidad?
Olebogeng Motene: Me convertí en miembro activo de la comunidad hace unos cinco años, pocos meses después de no haber podido volver a la universidad para completar mi último módulo, encontrar un empleo era mi última esperanza para poder financiar mis estudios, pero no lo conseguí.
Recuerdo ser despertada por las enormes vibraciones de las explosiones de una mina cercana, recién abierta, casi todas las mañanas. En ese momento pensé en cómo podría conseguir trabajo allí. Incapaz de encontrar un trabajo, decidí asistir a una reunión celebrada por la Organización Juvenil Chaneng, una organización juvenil local para ayudar a la juventud con desafíos como el desempleo. En ese momento, los miembros de la organización estaban ocupados con un estudio para definir los desafíos comunes a los que se enfrentan las comunidades afectadas por la minería en el área de Rustenburg. Cuando se distribuyó el primer borrador del estudio, me sorprendió, ya que no estaba al tanto de la mayor parte de los problemas. Esto, además de ver la pasión con la que el comité de jóvenes trabajaba en estos temas, me motivaron a participar en las actividades de la comunidad y llegar a ser un miembro activo de la organización.
¿Cuáles son algunos de los principales retos a los que se enfrentan las comunidades alrededor de Rustenburg?
Uno de los retos más comunes es la alta tasa de desempleo. A pesar de estar situado en una de las zonas más ricas, en términos de riqueza mineral en el mundo, la tasa oficial de desempleo en Rustenburg se sitúa en el 26,4% y en el desempleo juvenil en el 34,7%. Las cifras no oficiales tienden a ser mucho más altas. Al mismo tiempo, hay una gran afluencia de trabajadores de las minas de otros países en busca de empleo, que a veces desencadenan sentimientos xenófobos, ya que los locales consideran que los extranjeros les quitan su trabajo. Otros desafíos son, por ejemplo, la reubicación de las personas para dar paso a las actividades mineras. El agua, el aire y la contaminación acústica, casas agrietadas, el aumento de los problemas sociales como la delincuencia y las drogas o el abuso del alcohol también son comunes. Otro problema acuciante en todas las comunidades mineras son las normas de las empresas mineras, que sólo consultan con los líderes tradicionales o consejeros locales, que luego toman decisiones en nombre de la comunidad sin consultarla previamente. Lamentablemente estos líderes tienden a tener sus aspiraciones individuales y de negocios, a expensas de las necesidades y deseos de las comunidades comunidad.
¿Qué tipo de actividades se han implementado para abordar algunas de estas cuestiones?
Como Bua comunidades mineras, tenemos seminarios educativos a través de los cuales se espera desarrollar una comunidad más consciente. Estos seminarios no sólo atienden a los jóvenes, sino también a los ancianos. Tenemos discusiones críticas sobre los retos actuales que enfrentan a las personas y desarrollamos estrategias de resolución de problemas. También, con la asistencia de las ONG bien establecidas como la Fundación Bench Marks, tenemos un boletín informativo e imprimimos hojas de datos sobre las investigaciones realizadas por nuestros investigadores de campo. Los boletines de noticias se distribuyen en las comunidades en las que tenemos miembros activos. Hacemos uso de medios sociales como Facebook, Twitter y WhatsApp para movilizar e informar a aquellos que tienen teléfonos inteligentes o acceso a internet. Sin embargo, todo esto tiene sus limitaciones debido a la falta de fondos.
¿Cuál es su experiencia con la interacción con las partes interesadas, tales como gobiernos locales, autoridades tradicionales y compañías mineras?
Por desgracia, nuestras interacciones con estas autoridades a menudo sólo se producen como resultado de una protesta o manifestación. Recuerdo las llamadas de mi familia mientras yo todavía estaba en la universidad sobre las manifestaciones de la comunidad dirigidas al consejo o al jefe de la tribu para se comprometieran con la comunidad. En aquel momento, pensé que todo eso no era de mi incumbencia e incluso lo veía como una actividad de vándalos. Eso cambió una vez que entendí la realidad de las comunidades afectadas por la minería. En septiembre de 201, aproximadamente un año después, me convertí en miembro activo de la comunidad, tuvimos una concentración de protesta de tres días de duración en mi pueblo natal, Chaneng, que tuvo como resultado que un miembro del consejo ejecutivo de asuntos del gobierno local, en la provincia del Noroeste, viniera a hablar con la comunidad. Más tarde, el jefe de Royal Bafokeng también vino. Las acciones de protesta sobre el terreno son la única manera de llegar a estos compromisos. Escribir cartas no ayuda. Por ejemplo, hemos escrito al departamento de salud en numerosas ocasiones, pero no hemos recibido ninguna respuesta.
¿Los trágicos sucesos en Marikana, donde la policía mató a 34 mineros que protestaban en agosto de 2012 dieron lugar a cambios notables?
Uno podría pensar que el trágico suceso que tuvo lugar en la mina de Lonmin, en Marikana, habría dado lugar a un cambio pero no. Seguimos viendo como los mineros mueren enterrados por los derrumbes, están mal pagados y violan sus derechos a diario. Actualmente, la Royal Bafokeng Platinum está coaccionando a sus empleados y tratando de suprimir su derecho a la libertad de expresión. La compañía ha advertido a sus trabajadores sobre que no deben ser miembros activos en ninguna actividad de la comunidad contra la mina, ni hacer comentarios en ninguna plataforma social sobre los problemas de la mina. Por temor a la pérdida del empleo, la mayoría de los trabajadores claudican. Así que no hemos visto ningún cambio desde lo que pasó en Marikana.
Entonces, ¿qué piensa usted que se debe hacer?
No hay respuestas fáciles. Sin embargo, creo firmemente en la unión de las comunidades y que haciéndolas más independientes de las minas sería la única manera de lograr un cambio. Pero, ¿cómo lograr unir a una comunidad frente a la industria minera que les ha reubicado y les ha hecho promesas de desarrollo y les ha prometido el oro y el moro? ¿Cuándo las minas tienen a los líderes de las comunidades en sus bolsillos? La gente se cansa de asistir a talleres educativos y seminarios, porque cuando llegan a casa se enfrentan a la realidad de la pobreza. La creación de huertos o cualquier otra cosa que pueda ayudar a acabar con las dependencias de la gente y educarlas al mismo tiempo es una manera muy importante de continuar.
Este artículo fue publicado por la Fundación Heinrich Böll
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