Aproximadamente un centenar de migrantes, de los que unos 60 eran cameruneses y una treintena residentes del resto del África Occidental, han sido expulsados de Guinea Ecuatorial.
Las personas expulsadas que han llegado al puerto de Kribi, al sur de Camerún, en pateras totalmente destartaladas, han sido consideradas por las autoridades ecuatoguineanas como migrantes clandestinos.
“Se nos ha acusado de inmigración clandestina, a pesar de que muchos de nosotros nos encontramos en una situación regular”, han declarado los expulsados.
“La policía ecuatoguineana no nos ha dado ni siquiera la oportunidad de coger cualquier cosa, así que no tenemos más que lo que llevamos puesto”, han declarado al llegar.
Una decena de estas personas expulsadas son de otras partes y están en posesión de permisos de residencia válidos hasta verano, incautadas por la policía y mezclados entre los clandestinos sin que se haya llevado a cabo ninguna verificación de lo que ellos afirman.
El prefecto de Kribi, Jean François Villon, que se ha reunido con los migrantes, ha reclutado casa para acoger provisionalmente a todas estas personas, antes de “aclarar las cosas”, mientras que los artículos de primera necesidad, constituyen esencialmente los víveres que se les han donado.
Según fuentes próximas al asunto en Kribi, el contingente de ciudadanos no cameruneses, provenientes del África Occidental, son mayoritariamente de Mali, aunque también hay senegaleses, nigerianos y liberianos.
(Agence de Presse Africaine, 24-09-09)