Sí, yo de verdad estoy seguro que no sirve de nada votar.
No en estas condiciones, donde el nombre mismo del acto: “elecciones” es una Mentira! No hay nada que elegir; ellos solitos se eligen y nosotros angá, le seguimos el juego. Votar al menos peor está lejos de ser una elección.
No sé mucho de política, pero siento que, al igual que muchos, me estoy convirtiendo en un experto en “políticos”.
Así que bue, después de muchísimo conflicto interno con esta cuestión de saber que todo es mentira y que es un juego que no elegí jugar, y por otra parte que es el único juego ahora (dentro del puto sistema que alimentamos, claro está) con el que se puede “hacer” algo (y pongo entre comillas “hacer” porque también es dudoso eso) dije: bue, voy a votar, al menos, para contrarrestar la m… que ya sabemos que se viene. Y lo hice. Y JAPIRÓ, la única posibilidad de que vuelva a hacer algo así (votar) será cuando vea realmente que de algo pueda servir.
Así está la cosa, todavía no estamos preparados para hacernos responsables de nosotros mismos entonces pensamos que las autoridades son necesarias, así si algo no funciona bien tenemos a quien culpar. No vemos aún que sería mucho más interesante que hagamos las cosas porque sentimos que eso es lo que tenemos que hacer, porque es correcto, no siguiendo un manual del “sí o no”, sino experimentando internamente la unidad o la contradicción que se registra tras cada acto que hacemos o dejamos de hacer. Responsabilidad, eso requiere el tomar las riendas de nuestra propia existencia, pero aún preferimos la comodidad de que otros decidan por nosotros.
En estos resultados que vemos hoy queda claro el legítimo legado de la dictadura: la ignorancia, el sentimiento de inferioridad, la ceguera e indiferencia hacia el próximo, el miedo…el miedo.
Pero seguir sintiendo lástima por uno mismo y seguir en el papel de víctima no nos ha ayudado y nunca lo hará. Tenemos que levantarnos y empezar a enfrentar esos miedos más profundos que habitan en nuestro interior, de lo contrario lo exterior a nosotros siempre nos pasará por encima y perpetuará nuestra agonía.
Tenemos que empezar a vernos a nosotros mismos y a los demás como lo que somos realmente, y empezar a recuperar lo que nos fue arrebatado.
Somos seres humanos habitando un mismo planeta, y en nuestro letargo nos matamos y matamos a nuestro planeta. Tendríamos que empezar a ver que somos la humanidad y que si seguimos dividiéndonos y viendo lo diferente como “peligroso”, en lugar de ver lo que tenemos en común, lo que es esencial en todos nosotros, más allá de las creencias, razas, opciones…nos exterminaremos, y nunca sabremos ni experimentaremos el sabor de la verdadera libertad.
