Guinea Ecuatorial al soldado desconocido, por Nsé Ramón

9/07/2012 | Bitácora africana

Es verdad que la vida de cualquiera no vale una mierda. Pero no olviden jamás de que las personas, o persona que hace esa afirmación forma parte de los que dejaron de vivir para dedicarse a desvalorizar las vidas de los demás. Tan cierto como penoso, la verdad es que una vida en el fondo podría no valer una mierda. Luego deberíamos estar felices y contentos cuando a otro se le priva de su bien más preciado que no es otra cosa que su vida. Deberíamos estar dando saltos de alegría y beber champan del bueno y gritar todos al unisono aquello de «¡QUE LA VIDA CONTINUÉ SU CURSO!». Total, el que ha sido vetado de éste mundo, sobre todo de la manera que aveces tienen algunos de cegar vidas, no era nosotros, ni familiar nuestro, ni amigo nuestro. Ni mucho menos podríamos saber si su vida valía algo para que nadie hasta nuestros días no se haya dignado a preguntarse oficialmente del porque tuvieron que matarlo. Esperamos que en esta carta de LOCO de hoy, la justicia se haga a medias. No podemos pretender hacerla para que cuaje en todas las mentes ya que hay mentes que ven «Otra realidad que no vemos otros». Pero sea como sea, hacer justicia a uno al que la naturaleza no se llevó por orden «natural», es empezar por decir que no hay razón alguna para matar a nadie porque para muchos su vida no vale una mierda.

Y hablando de justicia, y de vidas que siempre valen la pena, para eso la presencia de médicos profesionales que están preparados y formados para salvarlas, se nos viene de repente a la cabeza aquella triste muerte que ocurrió en «ESPOIR». Una muerte que como ha ido saliendo en el dominio público, se debió a que los profesionales de la salud no son dioses. Una muerte que tuvo una repercusión internacional cuando la persona que la sufrió no había ido a «ESPOIR» para darle fama a su médico, sino a que le salvaran la vida. No le pudieron salvar la vida por la sencilla razón de que hay límites naturales para que nadie continué viviendo una vida, ya sea de «mierda» o «placentera llena de rosas». Al no poder salvarla, y si todos nos acordamos para no tener que olvidar, veremos que algunos se encargaron de que la familia de la persona fallecida en el «ESPOIR» no dejase eso así, y que pasasen a exigir que pudo haber un error médico de la índole que sea. Ya podría ser de una falta órganos que siempre estuvieron en su lugar, o también de la administración de una dosis de anestesia que tampoco supieron decirle a la familia si realmente fue eso. Pero daba igual la excusa ya que el que tuvo la oportunidad de salvar esa vida abriendo en canal, era una persona que ponía muy en evidencia a los que han decidido que las vidas de cualquiera no valen una mierda si ellos deciden que así debe ser. Utilizaron el dolor de la familia de la finada (se trataba de una mujer…) para sentarse en las primeras filas del anti juicio que arrancó para intentar esclarecer lo que no tenía nada de oscuro, y que se dio la «casualidad» de que las órdenes de llevar a cabo esa patraña venían de muy alto.

Por eso hoy queremos pensar en esa familia de la finada que meses después de haberse visto envuelta, entre lágrimas, en un complot sin causa complicada, tuvo que ver cómo los «graciosos de turno» le daban libertad al que ellos dijeron que «es el asesino de vuestra esposa, hija, hermana y madre» con la única razón de que al dueño de todo lo malo le gustaba que en el día de su onomástica, alguien encerrado de manera injusta se encontrase libre para que su magnanime imagen fuese reconocida por los que han decidido que sus vidas no valen una mierda porque lo ha decidido el bendito vitalicio. Esa familia destrozada, eso si, se ha llevado la friolera de 6 millones (?) de indemnización, dinero que nadie con un poquitín de sentido común pudiera aceptar por razones obvias. Pero aceptaron el dinero, y luego, como todos los que viven sin vivir realmente, se callaron y decidieron continuar existiendo como si todo hubiese sido un cuento, o una pesadilla. Pero se olvidaron de que la fallecida luchaba por su vida. Y al hacerlo y tenerlo muy claro, decidió buscar salvarse. El dinero que la sentencia dictaminó como «deuda a pagar» seguramente no ha logrado quitarles de los ojos la tristeza del que sabe que ha sido utilizado para que ganen los de siempre.

En este caso, el médico injustamente tratado, quedó libre hace poco y estamos seguros que ha pedido perdón a la familia. No pedir perdón porque tuviera nada que ver en la pantomina que contaron los que siempre «suprimen para subsistir», sino que fue un perdón porque hay dolores que cuando tienen a gente responsable jugándose la dignidad, lo normal es pedir disculpas a los damnificados porque de haber sido Dios, la vida de la hoy fallecida no habría logrado tener el revuelo que montaron los «malos», y por lo tanto, estaría hoy en día jugando a vivir junto a sus seres queridos.

Nos acordamos de que muchos decían que no se podía politizar el caso, ya que el gobierno y su líder no tenían nada que ver en todo eso. Que fue una negligencia del profesional de la salud, y que, y aquí es donde queremos entrar a saco, se RESPETASE el dolor de la familia afligida.

«RESPETO». Una palabra que usó el régimen en todos sus comentarios para hacer frente a la avalancha de críticas llegadas de «lejos» y de «cerca», y emitidas por esas personas que «NO TERMINAN DE VER» lo que los aduladores dicen que «YA VEMOS NOSOTROS». Gente que pudo asistir a la presencia en el primer día de juicio del Secretario General de un movimiento de masas agitadas y revueltas y que sabe que cuando el Presidente de ese país en donde en ocasiones la vida no vale una mierda dice «No se puede exigir un trato especial por el médico, ya que eso es como querer desacreditar a la justicia de un país soberano…», lo que realmente quiere decir es que «Se que hemos metido la pata. Pero tienen suerte de que mi cumpleaños está cerca…». Dejando clara una cosa: Decide quién muere, y quién no muere. Al igual que decide quién es libre, y quién no es libre. Por lo tanto creo que debemos dejarnos de jugar a utilizar la palabra respeto como si de «mierda» se tratase, y pasemos a tener las cosas claras antes de pretender que en la vida, todos seguirán aceptando de buen agrado que ciertas cosas ocurran habiendo razones suficientes para que la vida de nadie, en ningún lugar del mundo que sea, valga una mierda.

Respeto pidieron los hombres que malgastan el nombre del pequeño paraíso. Y ese respeto, poco a poco fue haciendo hueco a la presión que acabó por poner de patitas en la calle al que estaba secuestrado por una mentira política en la que entraba en juego los malabarismos irresponsables de un muchacho del «buen vivir» que se había quedado sin varias propiedades «nuestras» en los países donde una vida puede valer una mierda, pero jamás la persona que la lleva orgullosa verá a nadie decírselo a la cara sin reaccionar para defenderla de forma RESPETUOSA y con las leyes que miran por todos en la mano. Porque esa fue la excusa para que el médico se encontrase rodeado de unos delincuentes que hoy en día campan a sus anchas por los escondrijos de nuestras ciudades al verse desprovistos de la falta de libertad que les mantenía «sin vida», y encontrarse ante la tan ansiada libertad. Y entre esos «fugados», estaba Mario.

Mario entraría en la cárcel como entran muchos. Osea, para cumplir un error que seguramente cometería y que con o sin leyes fiables, se supone que hay que pagar. Y pagó, aunque luego le ha costado su vida, pero pagó. Mario también tiene familiares. Imaginamos que desde que lo asesinaron excusándose en que «A LO MEJOR… ofreció resistencia a su arresto» por parte de sus compañeros que les buscan a todos los fugados, (el chico es, era, militar…) nadie de su familia ha recibido una carta de Samuel Nguema Owono para, enérgicamente, concluir de que «Esas actuaciones son intolerables en el Estado de Derecho en el que vivimos…», para luego elaborar un perfecto informe idiota que concluyera de que «Hubo negligencia a la hora de actuar por parte de los profesionales de la seguridad nacional…» que a día de hoy están comandados por el hijo del hombre que ha visto muchas vidas que valen una mierda desde que es lo que es y lo que le critican, y de paso, resulta que fue el artífice de la detención de un profesional de la salud que entiende que su cometido es salvar las vidas que valen la dignidad de todo un país. Los familiares de Mario a los que no hemos escuchado emitir ninguna queja pública de repulsa y de búsqueda de responsabilidades, queremos pensar que están muy decepcionados «O con su hijo por haberse resistido a sus perseguidores. O con sus perseguidores por no haberse empleado a fondo para capturarlo con vida». Sea como sea el estado que deben de llevar, les podemos asegurar de que por fuera demostrarán lo «primero» y por dentro lo «segundo y un poco mas». Porque nadie tiene porque enterrar a su familiar sólo porque tuvo la oportunidad de tener la oportunidad de poder hacer uso de la gran oportunidad de escapar de una prisión en la que la mayoría de los reos se encuentra en ella sin que ni sus propios captores entiendan del porque los tienen en ese sitio.

Los «hijos de la dictadura» se han preguntado: ¿Creen que las fuerzas nacionales de seguridad pueden haberlo matado sólo porque les gusta hacerlo? ¿Por qué no investigan las razones de que lo mataran antes de empezar a soltar improperios en contra de Obiang Nguema Mbasogo y sus políticas?.

Nosotros, también hijos de la dictadura, también preguntamos: ¿Y desde cuando asesinar a nadie puede tener alguna excusa? ¿Y por qué no investigan ustedes las razones por las que 20 muchachos de la armada nacional deciden fugarse de la cárcel que el bienaventurado Obiang Nguema Mbasogo les ha puesto haciendo honor a sus dictatoriales políticas?

Las preguntas podrían ser muchas, pero no vamos a hacernos un «complicao» y preferimos proseguir con nuestra «visión de lo que no ven otros con tapones en los orificios visuales».

Mario ha muerto asesinado. Tras de él están otros muchos que por generaciones en orden de dictadura podrían hacer una lista larga y muy triste. Mario ha muerto como si su vida fuese una mierda, pero con esta nuestra carta de LOCO de hoy le queremos dedicar el pequeño tiempo que se puede otorgar a una persona que aun muerta, sabe que alguien «no familiar» le echará de menos. Y como siempre decimos, hay nombres y más nombres para decorar un nuevo muro de las lamentaciones. Pero algunos nombres, como por ejemplo Wenceslao Mansogo, o Mario se hicieron hueco junto a otros tantos porque su historia dependía siempre la capacidad de sentido común con el que la sociedad pudiera absorber sus causas que fueron tan injustas que hay que pensar siempre de que «Si les pasó a ellos, igualmente me podría haber pasado a mi…». Son simples nombres escondidos tras personalidades distintas. Hombres y mujeres que han visto como son tratados como mierdas en vida, que han sufrido cárcel injusta en los «mejores» casos, o que han visto como su luz se apagaba, en el «peor», sólo porque decidieron vivir rodeados de especuladores con la vida de otros, que a su vez siempre cuenta con el silencioso beneplácito de todo un pueblo que admite atropellos por culpa de su incapacidad de «VER LO QUE TODOS VEMOS DESDE QUE NACIMOS».

Y aquí dejamos esto. No sabemos si nos ha salido bien como lo teníamos pensado. Resulta que hoy las dos mujeres de la «oficina central de Tora Bora» se han ido muy lejos de nosotros, y ya hemos empezado a acusar su falta. Es increíble. Se me van mis dos amores y empiezo a sufrir su ausencia segundos después y casi no logro escribir una carta como la tenía pensada. Me imagino a la familia de Mario que sabe que su hijo, hermano, padre, amigo y marido no se fue para volver. Me sumo al dolor de esa familia y pongo en evidencia que la carta de LOCO es de todo toraboniano que sabe lo que es vivir así. Mi familia volverá y yo podré volver a verles. No han sido asesinados, ni tampoco están intentando salvar sus vidas en «ESPOIR». Se han ido para regresar pronto, ya que saben que como todas las vidas que nos rodean, la suya para mi…

No es una mierda.

Nsé, R.I.P SOLDADO DESCONOCIDO. «La identidad del militar abatido por elementos de la guardia presidencial en el barrio de Santa María 3 de Malabo. El joven militar escapado de Black beach y abatido en el barrio de Santa Maria 3 de Malabo el pasado 28 de junio se llamaba Francisco Ekom Meñana alias «Tohoto», nacido el 03/04/1982. Fue abatido y abandonado tendido en plena calle hasta que fueron a identificarlo sus familiares. Era natural del poblado Ayantangan, distrito de Evinayong, y era hijo de uno de los hermanos del actual presidente del CICTE, Leandro Mbomio Nsue». Sobre Leandro Mbomio puede verse http://www.asodegue.org/artesxx.htm (pinchar en su nombre). El CICTE es un organismo dependiente de Presidencia del Gobierno. Su nombre completo es Consejo de Investigaciones Científicas y Tecnológicas y sus funciones son desconocidas»

PD: Mario es un nombre posiblemente «inventado». Gracias.

MI FRASE DE LA SEMANA: «La obra maestra de la injusticia es parecer justo sin serlo»

Autor

  • Nse, Ramón

    Nse Ramón o Ramón Esono Ebalé (alias Jamón y Queso) es un artista guineoecuatoriano nacido en Nkoa-Nen Yebekuan (Mikomeseng-Kie Ntem) en 1977 y residente en Malabo desde 1982. Dibujante e ilustrador autodidacta, compagina su pasión por el dibujo y el cómic con su trabajo de grafista. Actualmente es el grafista titular del Centro Cultural de España en Malabo y como dibujante de cómics ha ganado varios premios y certámenes internacionales como el concurso "Regarde 9", en el Festival Internacional de BD de Angulema (Francia), el premio obtenido en Cocobulles, Costa de Marfil con el trabajo "Le réveil d'Akoyo". Ha expuesto en los Centros Culturales Francés y Español en Malabo y Bata, en el Feshcary (Camerún) y en diversas galerías de Europa, América y Estados Unidos. El artista ha iniciado diferentes proyectos para organismos internacionales que operan en Guinea Ecuatorial realizando carteles e ilustraciones para la campaña de la Unión Africana en fomento de la Juventud y sus Derechos de la Organización de la Unión Africana.

    Participó en ARCO2010 con dos series ácidas y corrosivas sobre las dictaduras y la corrupción

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