Guinea Conakry: una nueva batalla por el control de las minas

4/07/2012 | Crónicas y reportajes

El derrumbamiento de un sistema opaco para crear una compañía nacional minera multimillonaria atrae críticas en Conakry y Suráfrica.

La decisión del gobierno guineano de rechazar un acuerdo para que un grupo de empresarios surafricanos con importantes contactos políticos dirigiera la compañía minera nacional, se enfrenta a una creciente presión por parte de instituciones financieras internacionales y multinacionales mineras. Dicho sistema habría colocado al grupo en una posición privilegiada desde la que poder participar en algunos de los activos mineros más valiosos del país, y en hasta el 50% del capital de la compañía minera nacional propuesta. El primer objetivo parecía ser la mina de hierro de Simandou, cuyo desarrollo ha estado dinamitado por los conflictos contractuales de la pasada década (AC Vol 53 No 4, The Gamble for Simandou).

Dos de las figuras clave surafricanas vinculadas al plan son Walter Henning y Mark Willcox. Ambos han participado en negocios petroleros con el magnate minero Dan Gertler en Congo-Kinshasa y con Khulubuse Zuma, sobrino del Presidente de Suráfrica Jacob Zuma.

La decisión de Conakry coincide con el inicio de una amplia revisión de los contratos mineros por parte del gobierno del Presidente Alpha Condé, con promesas de que el proceso será transparente, responsable y mejorará las condiciones de inversión. Los expertos del sector afirman que el plan de Walter Henning, basado en sociedades registradas en las Islas Vírgenes británicas, no satisface ninguno de dichos criterios. Según fuentes el Ministerio de Finanzas, el capital inicial de 25 millones de dólares americanos para la compañía minera nacional ni siquiera estaba registrado en las cuentas nacionales.

La idea de una entidad minera nacional fuerte surgió de las conversaciones que mantuvo el presidente Alpha Condé con el financiero e inversor George Soros. Este último informó y asesoró a Condé sobre un nuevo código de la minería, aprobado en septiembre de 2011 por el Conseil National de Transition (“Consejo Nacional de Transición”, también conocido como «CNT»), que opera como parlamento provisional hasta que se celebren las elecciones legislativas a finales de este año. Soros también sugirió que el estado guineano se asegurara una participación del 15% sin intereses en proyectos mineros, con opción a compra de un 20% adicional a precio de mercado. Sin embargo, los socios de Soros insistieron en que la propuesta de una compañía minera nacional tendría que cumplir con todas las normas internacionales de responsabilidad y transparencia corporativa. No se desveló públicamente detalle alguno del plan de Hennig, y el CNT nunca habló al respecto.

Un tíquet de 25 millones de dólares

En marzo de 2011, Hennig y sus socios suscribieron varios contratos con altos cargos públicos guineanos. El primero de ellos fue un sospechoso contrato según el cual Palladino Capital 2, sociedad controlada por Hennig, prestaba 25 millones de dólares americanos para crear una compañía minera nacional, la Société de Patrimoine du Secteur Minier («Sociedad de Patrimonio del Sector Minero”, también conocida como «SPSM»). Samnuel Mebiane, representante de Hennig, firmó en nombre de la compañía; y el Ministro de Minas Mohamed Lamine Fofana y el Ministro de Finanzas Kerfalla Yansané firmaron en nombre del gobierno.

El contrato autorizaba a Palladino a adquirir una participación del capital social de hasta 30% de la filial de la compañía minera nacional en caso de incumplimiento en el pago del préstamo por parte el gobierno. Curiosamente, no existía estipulación alguna en el contrato que determinase cómo debería valorarse dicha participación. Una compañía minera que operaba en Guinea lo describió como un tíquet de entrada al negocio minero regional. El Ministro de Finanzas Yansané afirmó al periódico Africa Confidential que el contrato de préstamo no establecía ninguna «convertibilidad automática» a una participación del capital social en caso de impago. Añadió que la probabilidad de que Conakry incumpliese el pago del préstamo era mínima.

No obstante, Andre Cilliers, socio de Hennig en Palladino Capital, se pronunció al respecto el 20 de junio: «Desde hace tiempo hemos emprendido acciones legales contra el gobierno de Guinea por el incumplimiento de algunas condiciones del contrato de préstamo». Cilliers afirmó que el gobierno «no había demostrado que el anticipo hubiera sido utilizado para fundar dicha compañía minera nacional guineana de conformidad con las condiciones de dicho contrato». Según nos han informado, estas acusaciones implícitas de corrupción por parte de una compañía como Palladino han indignado a numerosos cargos públicos de Conakry.

El segundo elemento de la propuesta compañía conjunta entre Palladino y la compañía nacional minera era un acuerdo marco, según el cual Palladino se encargaría de traer inversores privados que participaran en el capital de las operaciones mineras. Hennig firmó un marco en nombre de su compañía Floras Bell con el Ministro Fofana el 13 de marzo de 2012, que establecía las condiciones de las opciones que se ofrecerían exclusivamente a Floras Bell y Palladino sobre participaciones en operaciones de la compañía minera nacional. Este acuerdo no hacía referencia alguna a los procedimientos de valoración o licitación; por el contrario, sugería que cualquier decisión sobre el precio de los activos sería una cuestión entre el Ministrio de Minas y Palladino.

No hay duda de que el acuerdo ofrecía oportunidades lucrativas a Hennig y sus socios. Hennig’s Palladino Holdings, registrada en las Islas Vírgenes británicas, tenía una participación sustancial (de al menos 20 millones de dólares) en una sociedad de inversión llamada Africa Global Capital (ACG), junto con el fondo de cobertura norteamericano Och-Ziff (con una participación de 100 millones de dólares) y Mvelaphanda Holdings (con una participación de 5 millones de dólares), fundada por el candidato a la presidencia surafricana Tokyo Sexwale. Willcox es Director General tanto de Mvelaphanda como de ACG.

Cuando Cilliers invitó a otras sociedades a que se unieran a la nueva sociedad de Palladino el 30 de marzo de 2011, aquellos contactados afirmaron que se llevaron la impresión de que algunas “sociedades acaudaladas” como Och-Ziff y Mvelaphanda Holdings ya habían suscrito el acuerdo. Uno de ellos preguntó: “¿Por qué iba a constituir Guinea una sociedad minera estatal para luego dárselo a una compañía surafricana?”

En una entrevista con AC, Willcox insistió en que ni Sexwale ni Mvelaphanda estaban involucradas en la sociedad guineana. Afirmó que se trataba de una “gran oportunidad” y que no veía ninguna pega a la probidad de la estructura creada por Palladino. Willcox y Henning son socios comerciales de larga data. Los socios de Willcox afirman que éste lleva tiempo entusiasmado con las enormes oportunidades que existen en Guinea.

Sin embargo nos han informado de que grandes compañías mineras en Guinea, como la brasileña Vale y las anglo-australianas Rio Tinto y BHP Billiton, habían iniciado sus propias investigaciones sobre el plan de Palladino, manifestando una gran preocupación por su capacidad de rendir cuentas. Un experto en minería que prefiere permanecer en el anonimato declaró: “Nos encontramos frente a las mismas personas y el mismo modelo que permitieron que el sobrino de Zuma se apropiase del bloque petrolero de Tullow en el Congo y se lo pasase después a Dan Gertler; así que hay una gran aprensión ahí fuera”.

A mediados de junio de 2012 Condé presidió un consejo de ministros en el que se decidió rescindir el contrato con Palladino. Parecía estar convencido de que la opacidad del negocio podría paliar los esfuerzos de su gobierno de reestructurar el sector minero con salvaguardias para los grandes inversores. Concretamente nos han informado de su preocupación por que Palladino pudiera comprometer el acuerdo de reducción de la deuda de Guinea con el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, y poner en peligro un crédito de 200 millones de dólares en proceso de negociación con el Fondo.

La intención del gobierno era, no obstante, tratar el asunto de forma discreta: devolver el préstamo en su totalidad e informar a Hennig de que prescindirían de sus servicios. Pero la noticia sobre la ruptura con Palladino surgió accidentalmente en un seminario del FMI en Conakry el 18 de junio. El Ministro de Finanzas Tansané anunció al conjunto de empresarios y banqueros que en la víspera del la visita oficial de Condé a Brasil, Malasia, Tailandia y Francia, un consejo de ministros extraordinario había decidido rescindir el contrato con Palladino y devolver los 25 millones de dólares del préstamo de forma inmediata.

Aquello provocó que Palladino y Hennig pasasen a la ofensiva, alegando que Conakry ya había incumplido el pago del préstamo y que no podía ofrecer una respuesta satisfactoria a las peticiones de información sobre cómo estaba siendo usado. “Nuestra impresión es que el gobierno no parece tener la voluntad de estructurar la compañía minera nacional de forma transparente”.

El caso Palladino se está convirtiendo con rapidez en una disputa política por el gobierno, pocos meses antes de las elecciones parlamentarias. Los partidos de la oposición, respaldados por organizaciones de la sociedad civil, critican la estructura secretista del contrato; que según afirman contradice el carácter del nuevo código de la minería. Algunos políticos de la oposición reclaman que el dinero de Palladino podría haber ido a parar a un fondo electoral. Por el momento, los ministros se han negado a contraatacar o responder a las insinuaciones de corrupción por parte de Palladino. El 20 de junio el ministro Yansané afirmó que el gobierno había contratado el préstamo de 25 millones de dólares el pasado año, cuando su calificación era muy baja y no quedaban otras alternativas; pero que dado el éxito del “programa de rápida estructuración” de Guinea, era lógico rescindir el contrato con Palladino y “devolver un préstamo cuyas condiciones no se consideran ya favorables”. Aún con todo, es poco probable que esas sean las últimas palabras sobre este asunto.

(Africa Confidential, 22-06-12)

Traducido para Fundación Sur por Paula Villanueva.

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