Guinea Conakry: ¿Sabrán dejar atrás sus egoísmos?

11/11/2009 | Opinión

Sacar a Guinea Conakry del callejón sin salida en el que se encuentra tras las masacres, las violaciones y las ofensas graves a los derechos humanos perpetradas el pasado 28 de septiembre y encaminarla en la ruta de la esperanza es, sin duda alguna, el deseo que comparten todos los que han asistido a Uagadugú para encontrarse con el mediador, Blaise Compaoré. La etapa de Uagadugú parece ser crucial. Más de un mes después de los trágicos sucesos que tuvieron lugar en el estadio el 28 de septiembre, los partidos políticos, los defensores de los derechos humanos y los sindicatos, bajo el nombre “Fuerzas vivas”, se han reunido desde el día 3 de noviembre para llevar a cabo negociaciones directas con las junta militar. El capitán fogoso parece haber cambiado de estrategia de comunicación pues está actuando con sosiego, aunque sigue renunciando a dejarse conducir alegremente al matadero. Puede que las sanciones estén empezando a producir sus efectos psicológicos.

En cualquier caso, la participación de las “Fuerzas vivas” es impresionante: una delegación de 24 representantes se encuentra en la capital de Burkina Faso. Renunciar a venir a Uagadugú, llevar una política de bloqueo y encerrarse en Conakry habría sido contraproducente para las “Fuerzas vivas”. En lo que a esto se refiere, hay que alegrarse del comportamiento positivo de las “Fuerzas vivas” que, finalmente, han viajado a Burkina Faso. Han sido los primeros en pisar el suelo burkinés y hasta el mismo día 3 han estado esperando a la junta militar. Es una actitud que puede ayudar a Guinea a salir del terrible contexto político, económico, social y diplomático en el que se encuentra. Por otro lado, ¿cómo interpretar el mensaje que lanzó Dadis Camara unas horas antes del comienzo del debate de Uagadugú? El jefe de la junta parece estar haciendo una sobrepuja.

En cualquier caso, guineanos y guineanas tienen que convencerse de que salir de la crisis depende únicamente de ellos y no de los demás. El mediador-facilitador sólo podrá hacer un trabajo de acompañamiento. La comunidad internacional no puede hacer nada más que lo que se ha hecho hasta ahora en términos de amenazas, presiones y sanciones. La pelota seguirá en el tejado de los guineanos que deberán actuar correctamente para conservar el interés de los niños y las niñas de la patria. Por lo tanto, es importante dejar atrás los egoísmos, utilizar mensajes unificadores, “pensar y actuar simplemente en guineano” y no en malinke, soussou, peul, CNDD, UFG, UFR, etc.

Se prevé que las negociaciones inter-guineanas de Uagadugú duren cuatro días. Seguramente durarán más tiempo. Continuarán aquí y en otras partes sin duda, y nadie puede predecir el tiempo que durarán. La rapidez con la que el país saldrá de esta crisis dependerá de las concesiones que hagan unos y otros. En cualquier caso, le corresponde al mediador, Blaise Compaoré, tener en cuenta las reclamaciones expuestas así como dosificarlas sutilmente para que el producto final sea bueno para todos. ¿Conseguirá salir adelante? En cualquier caso, corresponde a los guineanos saber que por fin se deciden a acabar con el ciclo infernal en el que se encuentra su país desde la Independencia.

Por Boureima OUEDRAOGO SONRE

Publicado en Le Pays, de Burkina Faso, el 4 de noviembre de 2009.

Traducido por Teresa De Agustín, alumna de la Universidad Pontificia Comillas de Madrid Traducción /Interpretación, colaboradora en la traducción de algunos artículos.

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