Guinea-Bissau comenzó, el pasado 1 de noviembre, la campaña electoral para las elecciones presidenciales condicionadas por la ausencia del Partido Africano para la Independencia de Guinea y Cabo Verde (PAIGC), fundado en 1956 por el histórico líder nacional Amílcar cabral y actual principal órgano opositor al gobierno nacional. El país, con casi 1 millón de votantes, debe elegir a uno de los doce candidatos a la presidencia, partiendo el actual jefe del Estado, Umaro Sissoco Embaló, como favorito, máxime cuando no tiene que enfrentarse a su principal opositor.
La ausencia del PAIGC se debe a una decisión del Tribunal Supremo que estableció que su aspirante, Domingos Simões Pereira, había entregado su candidatura fuera de plazo. Este hecho ha aumentado la tensión política en un país cuya historia está plagada “por golpes de Estado y una gobernanza frágil”, así como por acusaciones de intentos de toma de poder y divisiones en las propias instituciones del Estado.
Varios analistas han alertado que las elecciones del próximo 23 de noviembre en el país van a poner “a prueba la estabilidad democrática de Guinea-Bissau” y han realizado un llamamiento a una participación pacífica de la ciudadanía que permita salvaguardar la estabilidad. Nkanande Ka, miembro del movimiento cívico y político Frente Popular, declaró que Guinea Bissau «no puede permitirse otro período de inestabilidad”, reclamando que las instituciones deben “servir al pueblo, no a intereses políticos».
Fuentes: Qiraat African News – Channel Africa
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