Gran Hermano África, un reality de televisión, no la realidad

4/06/2012 | Opinión

Cuando la productora de televisión Endemol trajo el éxito televisivo “Gran Hermano” a África, fue la primera vez que los africanos de 12 países diferentes fueron puestos bajo la lente de ampliación de un Reality Show televisivo. Te guste o lo odies, no puedes negar el interés y popularidad del voyerismo de 24 horas al día que es Gran Hermano. Los 100.000 dólares de premio para el ganador de la primera edición fue un gran incentivo para los 12 concursantes, pero como para los concursantes de todo el mundo, estaba el beneficio añadido de probar 15 minutos de fama. Una vez que un concursante sale de la casa, ya sea después de dos semanas o de 100 días, todos parecen seguir la misma senda profesional dirigida por la fama. Apariciones en televisión, un single en la lista de éxitos, un espacio como presentador de radio aquí y allá, un proyecto de caridad, y después desaparecen en la tierra de las “antiguas” estrellas de los realities de la televisión.

En comparación con otras ediciones similares en todo el mundo, los concursantes de ‘Gran Hermano África’ parecen llevar una responsabilidad mayor o una carga más pesada que los demás. Ellos no sólo entran en la casa representándose a sí mismos, sino que son considerados como representantes de su país. Mientras cada concursante hace su aparición entrando en la casa, lo hace hondeando la bandera de su país, algunas veces vestidos con sus trajes tradicionales, algunas veces hablando a los espectadores en la lengua local de su país, como un embajador en una plataforma que está llena de oportunidades para la polémica y las críticas.

Durante la primera temporada, el programa dejó de emitirse en Malaui, donde fue prohibido. El parlamento creyó que el programa corrompía moralmente a los niños, a pesar de sus advertencias a los padres sobre restricciones. Mientras que otros países también estaban a favor de prohibir el show, los índices de audiencia parecían decir que a los espectadores del programa no les habían afectado las amenazas y la mala prensa. Aunque Malaui revocó la prohibición, esto no detuvo a otros países para amenazar con prohibirlo, aunque sin éxito.

Mientras que las acciones, comentarios y opiniones de políticos, padres e instituciones religiosas les parecen un atraso y de remilgados a unos, yo creo que es completamente comprensible que un programa como Gran Hermano escandalice como lo hizo y lo siga haciendo. Por lo general, la línea de programas de una emisora de un país africano será menos provocativa y más conservadora que la media de las emisoras terrestres del resto del mundo. No hay muchas blasfemias, desnudos y violencia en los programas de entretenimiento y no había programas de realities en la televisión, un género televisivo que se nutre de ser provocador y sensacionalista.

Fue tan reciente como en 1995, cuando la compañía surafricana Multichoice lanzó DSTV, un servicio satélite por cable que sirve y reina como la red número uno de cable en el continente. DSTV emitiría el programa en 47 países así como la emisión de 24 horas al día, 7 días por semana, de cobertura sin editar, en la última temporada. Los desnudos, noches de borrachera, sexo, romance, peleas, debates políticos y enfrentamientos de personalidades eran un sueño de los productores, pero la inocencia de las ondas nunca antes habían experimentado semejante coctel de exhibicionistas, artistas y personalidades para una audiencia de más de 30 millones de espectadores.

A principios de mayo, se estrenó la séptima temporada de Gran Hermano Africa y mientras que es poco probable que esta temporada escape a la polémica, siete años es mucho tiempo para acostumbrarse a la idea de la realidad televisada en África. La nacionalidad de los concursantes es imperativa para la promoción y competición del programa pero no es la esencia del mismo. Un concursante de 20 años no puede hacer de embajador de ningún país. No tiene que haber ninguna pena tampoco, los concursantes están ahí por su voluntad –no es el 1984 de George Orwell. Si el mensaje no hubiera sido claro hace siete años, esperemos que ahora sí sea claro: Gran Hermano África no es una extensión de una cumbre de la Unión Africana, es entretenimiento, cualquiera que espere algo más, no recibirá más que un golpe de “realidad”.

Melinda Ozongwu

(This is Africa, 25-05-12)

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