A veces es difícil entender algunas tendencias musicales. El reggaetón y los afrobeats irrumpieron en nuestras vidas trayendo cierto soplo de aire fresco, pero desde hace casi una década estos dos estilos han definido la música de los dos continentes con mayor riqueza rítmica imaginable, algo que sólo puede responder a lógicas pop. Mientras las modas van y vienen, se van gestando proyectos de largo recorrido, aquellos que, citando al antropomúsico Raúl Rodríguez, “retroceden hacia el futuro”.
Uno de los proyectos más interesantes y arriesgados, basado en ritmos tradicionales, que ha llegado a nuestros oídos en los últimos años es Ghetto Kumbé. Su revisión, recuperación y puesta en valor de ritmos afrocolombianos a través de las herramientas digitales, ha generado una propuesta fresca y al mismo tiempo ancestral que supura vida en cada uno de sus beats. Una convivencia orgánica entre la conga y lo digital que invita a gozar de la vida sin olvidar quienes somos y el planeta en el que vivimos.
Nos acercamos al profundo mundo de Ghetto Kumbé entrevistando a sus miembros, que nos acercaran al presente, al pasado y al futuro de la música afrocolombiana:
¿Cómo se inicia la idea del proyecto Ghetto Kumbé?
El proyecto Ghetto Kumbé nace del encuentro de tres personajes, Chongo, Guajiro y Keyta, oriundos del Caribe Colombiano pero músicos residentes en Bogotá. Este encuentro se dio en la época en que Edgardo (Guajiro) y Chongo pertenecían a la banda Sidestepper. Chongo ya le había sembrado la inquietud a Edgardo para formar una agrupación con elementos de la electrónica y el folclor afrocolombiano, y luego Keyta se les unió y les brindó el aporte de los elementos de la música tradicional africana occidental, también en esa línea de sintetizarlos con los elementos de la electrónica y las nuevas tecnologías. Así fueron nuestros primeros encuentros basados en la experimentación de estos elementos. Luego se sumaron otros elementos como la ancestralidad, las músicas indígenas etc…
Tras participar en proyectos de la envergadura de Sidestepper, Onda Trópica o Abelardo Carbonó, ¿qué creen que aporta su propuesta musical?
Estás tres agrupaciones amigas han estado a la vanguardia de la música latinoamericana y colombiana, y cada una tiene sus especialidades y aportes a la cultura musical mundial.
Richard Blair, el director musical de Sidestepper, es un gran amigo de la banda y con él hemos compartido tardes de escuchar música de vinilos, hemos conocido de primera mano su gusto íntimo musical, su amor por las músicas tradicionales, su apreciación de la música orgánica y cómo llega a ello, y hemos tenido conversaciones sobre la transformación y apreciación del beat. Han sido grandes momentos de aprendizaje y de ser capaces de atrevernos a crear nuevas fórmulas musicales.
Ondatrópica es una gran all star de la música colombiana con grandes influencias, específicamente de la música afrocaribeña y afropacífica. Sus directores Quantic y Mario Galeano han hecho una curaduría al escoger sus músicos, con una vasta trayectoria y conocimientos de la música latina, folclor colombiano, salsa, jazz etc. También es una banda que une a generaciones clásicas y contemporáneas de los mejores intérpretes de música en Colombia.
Juan Carlos Puello, el Chongo, hizo parte de este gran proyecto y ha grabado en los dos lanzamientos discográficos del mismo, interpretando una extensa variedad de ritmos y grabando muchas percusiones para Ondatropica. Chongo también ha grabado para la agrupación Frente Cumbiero (con Mario Galeano de director) en su álbum tipo dub, con la gran participación del amigo Mad Profesor.
Abelardo Carbono, gran amigo de la banda, es un hechicero o mago de la creatividad musical, es un músico muy polifacético, único en su especie, creador de diversos géneros musicales, gran intérprete de músicas caribeñas y de músicas de cuerdas de los Andes colombianos. Además, posee un gran conocimiento de las músicas africanas (rumba, rumba lingala, merengue angoleño, soukous, afrobeat nigeriano, highlife, etc.), pero a estas músicas les da un toque de interpretación colombiana, acercándolo a ritmos del vallenato, el bolero, rock and roll y salsa. Abelardo a esto le llama «Música Afrolatina».
Estás tres bandas, con su ejemplo y trayectoria, nos invitaron a tomar riesgos musicales, a no temer crear cosas nuevas en la música y que las cercanías de la música colombiana con las músicas del mundo es una fusión inevitable. Colombia es el segundo país más diverso étnicamente después de Brasil en Latinoamérica, así que nuestros gustos musicales y culturales son muy extensos. De estas bandas también hemos aprendido de su historia, de cómo producen su música y de cómo fusionan las tendencias y sonidos de antaño con el toque contemporáneo, la electrónica y nuevas tecnologías.
Hay mucho que aprender todavía.
La influencia africana en su música es muy notable. ¿Beben directamente de la fuente tradicional africana o su contacto con ella es a través de la cultura afrocolombiana?
Lo primero que se nos viene a la cabeza cuando se habla de música africana es recordar nuestra infancia y ver esos «pikos» o soundsystem que reproducían y transmitían la música africana en los barrios populares de Barranquilla, Cartagena y Santa Marta. Hoy en día sigue sucediendo, la cultura pikotera es muy fuerte en Barranquilla en estos momentos.
En esos grandes aparatos musicales o sistemas de sonido se escuchan una gran variedad de ritmos folclóricos afros de diferentes partes del mundo, no solo de la madre África, sino todo ese fenómeno musical de la diáspora africana: Salsa, música afrocubana, afrobrasilera, de las Antillas, (Francia, Reino Unido, Alemania), nigeriana, de Kenia, de Ghana, de Angola, Sao Tome, Jamaica, República Dominicana, Puerto Rico, etc… seguro se nos escapan muchos ritmos y música afro que hemos y seguimos escuchando en estos Pikos o sound systems.
También el internet y las nuevas tecnologías nos han acercado a conocer mucho más de cerca esa tradición musical africana, de una forma más precisa, y quitarnos esa interpretación romántica y equivocada que tenemos de la cultura africana en general. Las redes sociales han ayudado para contactar con los maestros y tener información precisa de la cultura musical africana. Internet nos ha mostrado la contemporaneidad musical y cultural africana dándonos sorpresas cada día, descubriendo nuevas promesas artísticas, movimientos de la moda, nuevos bailes y una gran cantidad de nuevos productores de música electrónica africana.
Y, por supuesto, tenemos una base musical cultural afrocolombiana que forma parte de nuestras vidas, de nuestra infancia, tanto de la región pacífica como Caribe. Tenemos muchos amigos y amigas intérpretes y hacedores de músicas afrocolombianas. Las músicas afrocolombianas están muy intrínsecas en nuestras vidas, nuestras costumbres, nuestro ser.
¿Qué significa para ustedes la escena musical afrodescenciente en Colombia? ¿Tiene rasgos diferenciables y comunes?
La formación de las músicas afro en Colombia viene de un contexto de la lucha por la libertad, la abolición de la esclavitud, etc. Vienen de formar un mundo nuevo, a pesar de estar lejos de su territorio de origen por culpa del secuestro y el destierro; son músicas que reivindican el territorio, la protección del territorio, la libertad y dignidad humana. San Basilio de Palenque es un gran ejemplo de ello, sus músicas hablan de ese nuevo mundo, hablan de esa creencia del mundo de la muerte, de los espíritus, de las fuerzas animistas, del poder curativo de las plantas, de los seres fantásticos de la naturaleza (el mohan). Tiene poca afinidad con la cultura católica. Ellos han mantenido lo más leal de su música y costumbres, tierra de tamboreros y grandes cantantes.
Las músicas afro del Pacífico Colombiano también tienen esa formación de la lucha por el territorio, pero con una gran influencia de la cultura católica muy notoria en sus canciones, realizando un sincretismo entre la sabiduría ancestral afro y el tridente familiar católico más la figura de la Virgen María.
Estás dos grandes influencias afrocolombianas han creado una vasta cultura en el territorio colombiano.
Existen festivales como el Petronio Álvarez donde puedes observar, disfrutar y escuchar muchas expresiones musicales (juga, bunde, currulao, violines caucanos, etc.) propias de la cultura Afro del Pacífico Colombiano, o en Barranquilla y su famoso Carnaval donde está toda esa influencia afrocaribe proveniente de los Palenques afros de la región de Bolívar, Sucre, Córdoba y la parte afro de Antioquia, en la que podemos ver ritmos danza como el mapale, son de negro, puya, congo, jalao, champeta, bullerengue, fandango de lengua, chalupa, etc.
La escena actual de las músicas afrodescientes en Colombia tiene un gran auge y aceptación en Bogotá dándole cabida a mucho conciertos musicales generando una audiencia fiel a estas expresiones.
Gracias a esto podemos ver en la capital de Colombia con gran regularidad a estrellas de la música colombiana como la maestra Nidia Gongora, Canalon de Timbiqui, Estrellas del Caribe, Absalon Afropacifico, La Contundencia, Petrona Martinez, Toto la Momposina, Alegres Ambulancias, Martina Camargo, Nélda Piña, Ceferina Banquez, Tonada Bullerenguera, etc.
¿Piensan que es necesario actualizar los ritmos ancestrales con la tecnología moderna, como hace Ghetto Kumbé, para preservarlos?
Creemos que las tradiciones musicales no van a desaparecer, porque aún son vigentes y dinámicas sus prácticas en los territorios de origen. No creemos en esas frases que utilizan estamentos culturales del Gobierno sobre el rescate del folclor para la preservación del mismo. Las expresiones musicales afro e indígenas siempre se han mantenido vivas en Colombia porque su práctica es consciente y diaria. No es un recurso que se agote, sino todo lo contrario: cada día toma más fuerza e inclusive traspasa fronteras, generando estas prácticas culturales en otras latitudes como lo es el sur de América y países de Europa.
La utilización de nuevas tecnologías genera otro tipo de texturas y sensaciones, pero la estructura musical sigue siendo la misma. Estas nuevas dinámicas nos ayudarán a identificarnos con las nuevas generaciones, a las que les encanta la música en el contexto de la electrónica, y este público se hará preguntas que lo remitirán al origen de estas músicas Afrocolombianas o Afrodescendientes, hasta llevarlos al verdadero origen que es la madre África.
¿Creen que etiquetar su música como afrocolombiana es algo positivo? ¿Creen en las etiquetas?
Creemos en la etiqueta de música afrocolombiana en el sentido de que esto genere una red y circuito para empoderar el movimiento y que se crea una estabilidad en lo laboral y profesional para los artistas afrocolombianos.
Su música tiene tintes cuasi místicos. ¿Es un reflejo en su música de manera consciente?
Sí, claro. Al adentrarnos a las músicas y tradiciones ancestrales de América y África encontramos similitudes en la ritualidad, en su cosmogónica, en la forma de interpretar el mundo, no solo está presente en nuestras letras también se ve en nuestro performance, en el vestuario que emula seres animistas de la naturaleza, espíritus de la Selva como el jaguar, la pantera y el tigre que tiene su representación basada en la fuerza, la protección, la cautela, inteligencia y sagacidad. Ghetto Kumbe quiere tener su tribu contemporánea basada en toda esta ancestralidad.
Letras de sus canciones como “Sola” no ocultan su mensaje de reivindicación social, en este caso respecto a la situación de la mujer, ¿creen que es importante posicionarse políticamente con sus letras? ¿Creen que la electrónica latina lo hace suficientemente?
Pues cuando hay texto en las canciones ya parece que se limitan las cosas en ciertas formas de interpretación, las canciones del álbum Ghetto Kumbé se prestan para muchas interpretaciones y el público oyente lo ha encasillado en lo político.
Nuestro mensajes son parte de una política humana, de reivindicación y de ser críticos de nuestras realidades para transfórmalas en pro de un beneficio común; la electrónica latina tiene mucha interpretación sonora y un juego rítmico musical basado en las tradiciones son muy pocos los artistas que se han atrevido a meterle letras políticas, reivindicativas. Del territorio o de nuestros derechos hemos escuchado y que están en esa línea, a Chancha Vía Circuito, Lido Pimienta, La Muchacha, La Perla, Systema Solar seguro se me escapan muchos. Creemos que a partir de lo sonoro se puede generar también una música libre, espontánea que conecta directamente con la gente que te envuelve en mundos mágicos con una paz tangible en lo sensorial como Mitu, Nicola Cruz, Mateo Kingman o Dengue Dengue. También creemos que la electrónica latina está en el modo de la apropiación sonora y sus experimentaciones a nivel general.
Para nosotros ha sido muy natural el crear estas canciones con contenido político y reivindicativo porque no somos ajenos a nuestra realidad y no nos hacemos de la vista gorda de lo que estás pasando no solo en Colombia sino en el resto del mundo
Ghetto Kumbé está contribuyendo a abrir una veta de exploración musical “retrocediendo hacia el futuro” a través de la electrónica y reivindicando su patrimonio cultural ¿creen que las nuevas generaciones de músicos tienen en cuenta de manera consciente su pasado cultural o por el contrario se estila una ruptura con el pasado?
Sí creemos que el concepto de fusión musical latina se está alejando de esa música latina creada en los 90s que para nosotros se trata de un corte y pega que tiene una sonoridad más a lo pop.
Ahora los nuevos productores tienen en cuenta que debe ser un tejido musical las nuevas composiciones, que se debe crear una salsa homogénea pero deliciosa sin saturar o empalagar el gusto del oyente.
Si hay más consciencia de lo rítmico y de sus influencias ancestrales también de jugar con las armonías y melodías en las canciones, ya la música latina se está convirtiendo en un referente de identificación mundial porque no sólo sabe a Latinoamérica, sabe a Mundo.
¿Cómo sienten la irrupción de la reivindicación reciente de la cultura afrocolombiana? ¿Creen que es una moda pasajera?
Para nosotros no es una moda pasajera, porque estas músicas hacen parte de nuestras vidas, de nuestra cotidianidad, tal vez ahora con tantas editoras y tanta saturación de música a estas músicas les ha ido bien porque tienen mucha polirritmía, sincopas y un juego especie de mantra a través de la repetición que te atrapa.
Las músicas afrodescendientes siempre han incitado al ritmo, al baile son músicas propias de la especie humana entonces es muy difícil que se conviertan en moda porque históricamente las músicas Afro comienzan con poca aceptación pero transcienden con el tiempo y la humanidad, porque son lo mismo y hacen parte de la vida, las buenas frecuencias no mienten y las músicas afrodescendientes están llenas de verdades y buenos deseos.
Original en: Afribuku
[Fundacion Sur]
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