Ghana promete que nunca será como Nigeria

2/07/2007 | Opinión

Es una ironía, más que nada es una tragedia nacional, que justo al mismo tiempo, más o menos, que los nigerianos atraviesan una horrible experiencia, por culpa de mucho tiempo de mala administración de las riquezas de su petróleo por parte de sus líderes, una nación hermana del África Occidental, Ghana, está celebrando el descubrimiento del mismo recurso natural. El país de Ghana ha estado sumergido en una semana de celebraciones por todo el país, desde que se anunció que la Costa del Oro, pronto se convertiría en la Costa del Oro negro, ya que, el llamado oro negro ha sido descubierto en grandes cantidades en el país.
De repente los ghaneses, jóvenes y viejos, sueñan con su país, que, hasta hace bien poco, era más conocido por su agobiante pobreza y quiere, convertirse en el ‘Tigre africano’, como algunos países acomodados en Asia, que son descritos económicamente como ‘Los Tigres’. A la cabeza de la alegría de todo el país está el mismísimo Presidente de la república, John Kufour. ¿Quién va a culparles por celebrar por todo lo alto una inminente buena fortuna?

En palabras del Presidente John Kufuor: “Mi alegría es que pasaré a la historia como el presidente bajo cuya mirada se encontró petróleo para dar la vuelta a la economía de Ghana, para lo mejor”. Sabiendo el estupendo influjo monetario que acumulará Ghana, como resultado del hallazgo de petróleo, es indiscutible que Ghana se convertirá fácilmente en el ‘Tigre Africano’, tal y como predecía presumiendo el presidente. Ostensiblemente, para asegurar al pueblo lo que quería decir, les recordó que “Incluso sin petróleo, nuestra economía es próspera. Con petróleo como estímulo, vamos a volar”. ¡Volar de verdad!

La base de esta esperanza y confianza nacional, son los 600 millones de barriles de petróleo ligero recientemente descubiertos con una perforación en sus aguas territoriales. Según el programa de radio ‘Focus on África’ de la BBC, el día 19 de junio, la reserva de petróleo recién descubierta en la exploración de Mahogany, es mucho más grande de los 250 millones de barriles que la compañía británica, Tullow Oil, había previsto. Tullow, que vio cómo sus acciones subían de manera espectacular en la bolsa de valores, es la propietaria del bloque del cabo del oeste, donde tuvo lugar la perforación con Anadarko Petroleum. La compañía ya está soñando con un futuro brillante, y, por supuesto, un boom económico para Ghana.

Según las noticias difundidas, se descorcharon botellas de champán con entusiasmo en el castillo de Osu, donde se asienta el Gobierno de Ghana, inmediatamente después de que se hiciera el anuncio. ¿Quién podría culparles por celebrar el desarrollo que tiene la capacidad de transformar el país de una sociedad pobre a una sociedad rica? Ya se puede oír en los círculos oficiales que esto es parte del destino manifiesto de la nación de Ghana de liderar África, una idea que encuentra apoyo en las creencias expresadas hace mucho tiempo por el primer líder post independencia de ese país, el infatigable Kwame Nkrumah, (de bendita memoria). Mientras Nkrumah tenía la esperanza de que tras la independencia política, vendrían la independencia económica y social, la realidad a la que se enfrentó la nueva nación de Ghana fue bastante desalentadora, si no aplastante, ya que la nación, que había prometido tanto en 1957, cuando se aseguró la independencia política de Gran Bretaña, de repente cayó en picado en una inexplicable inactividad económica, arrastrando a la población hacia la degeneración económica más baja que jamás había tenido. Incluso antes del golpe de estado impulsado desde el exterior, que derrocó al gran hombre, Nkrumah, del poder, la economía ya estaba decreciendo gravemente, al perder terreno el oro y el cacao, los dos pilares fundamentales de la economía nacional, en la clasificación económica de fuentes de riqueza nacional. Si la vida era difícil en Ghana durante los últimos días de Nkrumah, pasaron a ser infernales durante el largo, incompetente y corrupto liderazgo de los militares, que gobernaron el país de una manera vandálica hasta que el despiadado teniente de las fuerzas aéreas, John Jerry Rawling, entró en escena.

Para los empobrecidos y amargados ghaneses, Rawling, también conocido entonces como Junior Jesus, fue una justicia poética para ellos, cuando en seguida puso en fila a todos los generales infestados de corrupción, que habían contaminado la tierra con una corrupción absoluta y una enorme incompetencia para gobernar, y los ejecutó de un tirón. De alguna manera, esa espantosa justicia militar parecía funcionar bastante bien en Ghana. La calidad del gobierno mejoró drásticamente desde aquel sacrificio sangriento, ya que ningún líder en el futuro quería acabar como aquellos generales o, como dicen los ghaneses, recibir el “tratamiento de Rawling”.

Hoy, podría decirse con seguridad que la democracia funciona en Ghana y, lo que es más importante, la economía funciona bien, dentro de sus límites.

Añadir ahora a esa situación positiva un inmediato boom del petróleo es lo suficientemente poderoso como para general el tipo de visión que tiene ahora mismo el Presidente Kufuor. Cuando se le preguntó si se había inmunizado a sí mismo y a su nación contra la enfermedad de Nigeria de despilfarro y corrupción, que ha convertido la prosperidad petrolera en la fatalidad petrolera de Nigeria, el feliz Presidente respondió: “Petróleo es dinero, y necesitamos dinero para hacer las escuelas, las carreteras y los hospitales. Si encuentras petróleo, y lo gestionas bien, ¿te puedes quejar de algo así?”. ¿Puede alguien en Nigeria armarse de coraje para hacer semejante declaración frente a los humillantes fracasos que salpican nuestra vida nacional? Esa es la base de este artículo.

Por todo el país, en los medios de comunicación impresos y electrónicos, los ghaneses preocupados les preguntan a sus líderes cómo pueden estar seguros de que todo esto no termine siendo un espejismo, exactamente igual que para los nigerianos, que sólo oyen hablar de la enorme cantidad de petrodólares que ha acumulado su país, ya que no hay buenas escuelas, carreteras medianamente pasables ni hospitales que funcionen para dar muestra de ello. Kufuor ha disipado esas dudas, indicando que sólo los idiotas o la gente sin valores podría haber tenido la cantidad de dinero que Nigeria ha ganado con el petróleo y todavía ser pobres. De forma bastante acertada, han apuntado a Oriente medio y a Asia, que han utilizado la riqueza petrolera de sus países para transformar sus, antes desdichadas, sociedades en naciones opulentas e industrializadas. ¿Quién podría ir a Arabia Saudí y no ver lo que el dinero del petróleo puede hacer? Venezuela puede que esté demasiado lejos de nosotros, pero la verdad es que muchas naciones con poco empuje de dinero proveniente del petróleo ha logrado sacudirse las trabas de la pobreza y la enfermedad, el mismo que nos ha mantenido en la pobreza a pesar de que Nigeria es el quinto país productor del mundo de esta misma riqueza natural.

Hoy, Nigeria está empantanada con una actividad industrial debilitada, debido directamente a los exorbitantes precios que los ciudadanos están obligados a pagar por el mismo producto que debería haberles hecho ricos. Es una pena que todavía estemos cerrando el país entero (se refiere a la huelga general, que había en el tiempo en el que escribió el artículo, y Ghana anunció el descubrimiento) por desacuerdos sobre los precios que deberían tener los productos derivados del petróleo. Con un mínimo de honestidad y destreza, los productos del petróleo deberían ser bastante baratos en el país. Pero hemos corrompido el proceso hasta tal punto que ahora tendemos a pretender que sólo se puede tener gasolina en el país mediante vergonzosas y malvadas importaciones.

Esto por lo que los ghaneses están preguntando a sus líderes si ellos no van a despilfarrar y saquear la esperada riqueza del petróleo tal y como lo han hecho sus homólogos en Nigeria.

En realidad es toda una acusación contra todos los que han tenido algo que ver con el gobierno de Nigeria el que el país se haya convertido ahora en un punto de referencia sobre mal gobierno y corrupción entre todos los países vecinos. Como dijo Kufuor, con semejante cantidad de dinero ingresando en las arcas de un liderazgo sensato, escuelas, hospitales y carreteras, cosas de las que ahora Nigeria carece por completo, deberían estar disponibles en abundancia.

Que no haya más buenas escuelas para nuestros niños, una situación que ha forzado a los sindicatos académicos de las Universidades a embarcarse en una huelga indefinida; que no haya hospitales suficientemente buenos para admitir a nuestro rico y poderoso pueblo cuando está enfermo; y el hecho lamentable de que la mayoría de las carreteras en el país son trampas mortales hoy en día, puntos de recaudación tanto para ladrones como para la policía de carretera, que explotan cruelmente a los desdichados utilitarios de la carretera, debería hacer que todos los que han metido mano en la mala gestión de la riqueza petrolera de Nigeria escondan su cabeza bajo tierra de vergüenza. Pero ¿acaso se avergüenzan cuando tenemos que oír enrevesadas teorías sobre por qué debemos pagar más, a pesar de la abundancia que hay?

Si Ghana va a “arrancar y acelerar, y si todo funciona bien, lo cual espero que pase de forma positiva, pueden volver dentro de cinco años, y verán que Ghana es, de verdad, el ‘Tigre Africano’, en términos económicos para el desarrollo”. Eso es una promesa presidencial al mundo. “Ghana está en camino, no como ratas, ni como Nigeria, sino como tigres”, pero deben evitar por todos los medios posibles tomar el camino que tomaron los nigerianos para su propia perdición, si quieren que todo esto se cumpla. Hasta el momento, incluso sin petróleo, Ghana es ya una leyenda de éxito. Si el petróleo se añade beneficiosamente al fondo común, pueden ser el ‘Tigre Africano’ que ahora sueñan ser, siempre que sean capaces de aludir el camino nigeriano, que es el camino de la corrupción, incompetencia e irresponsabilidad en las altas instancias.

Es sencillamente desafortunado que la administración de Obasanjo considerase necesario aumentar los precios de los productos derivados del petróleo justo antes de su salida del poder, haciendo que la nueva administración de Yar’Adua deba solucionar los problemas creados con anterioridad, es injusto de alguna manera, incluso cuando se ha argumentado que la nueva administración esperaba beneficiarse del ‘regalo griego’. La subida del impuesto de valor añadido, VAT, y del precio de la gasolina fue totalmente imprudentes en el tiempo en que se impusieron. Particularmente con el VAT, estaba claro que el régimen de Obasanjo no tuvo buenas intenciones ni para la nación ni para el nuevo Gobierno, ya que no había razones legales para la subida puesto que el un principio elemental del gobierno constitucional, que “no puede haber un impuesto sin una autoridad legal”, de lo contrario, simplemente serían peticiones, expropiaciones o algo peor ilegales. Creo que fue malicioso por parte de la administración saliente haber cargado con un impuesto ilegal a los nigerianos, cuando era factible que ello causaría agitaciones sociales.

Una de las tareas inmediatas que tendría que abordar la nueva administración es desenmarañar el misterio que rodea al fenómeno del petróleo en Nigeria, donde “cuanto más ganamos, más pobres somos”. Es inútil regatear con el precio correcto en las gasolineras cuando no nos hemos ocupado de los problemas de corrupción e incompetencia en el sector petrolífero. Los precios actuales que pagamos los nigerianos por estos productos son el resultado de unas políticas directrices muy insensatas y muy corruptas, por parte de los que gestionan oficialmente las fuentes de petróleo del país. Sé que sería una tarea muy desalentadota, pero es una de las que el Gobierno de Yar’Adua debe llevar a cabo, si es que alguna vez vamos a evitar la constante aversión que genera el simple hecho de que hemos sido bendecidos con petróleo.
Nigeria, como el quinto mayor productor de petróleo del mundo, no tiene nada que discutir sobre los precios de los productos derivados del petróleo, si hemos estado lo minimamente a la altura de nuestras responsabilidades como pueblo. Es malvado, como parece que hacemos ahora, comparar los precios de los productos derivados del petróleo en una sociedad de bajos salarios como Nigeria, con los de Estados Unidos, y otros países desarrollados, cuando, de hecho, deberíamos estar en posición de refinar y tener un montón de sobra para vender a esos países, a los famosos tipos del mercado mundial, con grandes beneficios para la nación. Lo que hacemos cada vez que subimos los precios de estos productos para ponernos a la altura del “coste de producción y suministro” es simple y llanamente subvencionar la corrupción y la incompetencia en nuestro sistema a través de la explotación de los pobres de este país.

Por tanto, debería preocuparnos que otras naciones ahora utilicen Nigeria como un ejemplo de cómo no malversar la riqueza del petróleo. Si lo dudan, escuchen el punto de vista de alguien que conoce muy bien Nigeria, expresado recientemente: “Trabajo para Chevron y soy ghanés. He visto la administración incompetente del petróleo en Nigeria. ¿Gracias a Dios por el Petróleo? – No estoy de acuerdo. Cambiaría todo eso por corrupción cero, menos fuga de cerebros y mejor gestión cualquier día”, ¡Bien dicho!

Mike Ikhariale

ma_ikhariale@justice.com

Artículo publicado en el periódico ‘Daily Independent’, de Nigeria, el 24 de junio de 2007.

Traducido por Rosa Moro del Departamento África de la Fundación Sur

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