Muamar Gadafi insiste en que no abandonará su país, según ha declarado el presidente de Suráfrica, Jacob Zuma, el día 31 de mayo, después de haberse reunido con el asediado líder de Libia.
La salida de Gadafi es una de las principales demandas de las fuerzas rebeldes que combaten contra sus tropas. El día 31 de mayo, el ministro de Exteriores de Italia, prometió suministrar a los rebeldes de Libia combustible y cientos de millones de dólares, avalados por los activos congelados del régimen de Gadafi. Franco Frattini hizo estas promesas durante su visita a la capital “de facto” de los rebeldes.
Las líneas más duras de los dos bandos y la competencia de visitas de alto nivel, ilustran el estancamiento en el conflicto. Los aviones de la OTAN bombardean la capital de Libia noche tras noche, y las fuerzas militares de los dos bandos entablan entre sí batallas, bombardeos y ataques con cohetes, pero poco cambia sobre el terreno.
Suráfrica está preocupada por la seguridad de Gadafi, según el comunicado emitido por la oficina de Zuma el día 31 de mayo, tras su visita como mediador de alto nivel mundial a Libia.
Zuma presiona para reavivar una propuesta de la Unión Africana para un alto el fuego y el diálogo para resolver el conflicto de Libia, y Gadafi se mostró de acuerdo, según dice el comunicado. “El coronel Gadafi pidió el cese de los bombardeos para dar paso al diálogo libio”, y añade “insistió en que no estaba preparado para salir de su país, a pesar de las dificultades”.
Zuma pidió a la OTAN un cese de los ataques aéreos como parte del alto el fuego. Después de respaldar inicialmente la participación de la OTAN, Zuma y la Unión Africana han pedido un cese, acusando a la OTAN de haber sobrepasado su mandado de la ONU de proteger a los civiles.
Los aviones de la OTAN volaron cinco transportadores de tanques cerca de la ciudad costera en el oeste, de Zlitan, el día 30 de mayo, según un general británico. La ciudad está entre Trípoli y la ciudad controlada por los rebeldes, Misrata.
A pesar de este comunicado del militar británico, la Unión Africana ha pedido el reconocimiento de su rol en la búsqueda de una solución, añadiendo que “nada más que el diálogo entre todas las partes de Libia podrá traer una solución duradera”. La imagen del organismo africano se ha deteriorado en los últimos años, por su incapacidad para resolver conflictos en el continente.
Los líderes de los rebeldes inmediatamente rechazaron la iniciativa africana, por la negativa de Gadafi a ceder el poder.
El comunicado afirma que Zuma mantuvo largas conversaciones con Gadafi. El portavoz de Exteriores surafricano, Clayson Monyela, explicó que había planteado estas cuestiones en sus conversaciones con los líderes de los rebeldes, en Johannesburgo, pero no dijo cuándo tuvieron lugar dichas conversaciones.
Deserciones
Las deserciones de las filas del régimen de Gadafi parecen estar aumentando. Trece hombres leales a Gadafi, incluido un coronel y cuatro comandantes, han huido al vecino Túnez, según la agencia oficial de noticias de Túnez. Es el segundo grupo de militares desertores que se refugian en Túnez esta semana. El último grupo llegó el día 29 de mayo al puerto de Ketf, en el sur de Túnez.
El día 27 de mayo, un grupo de 22 hombres, incluidos un coronel y oficiales de rango, llegaron en dos barcos al mismo puerto, desde la ciudad controlada por los rebeldes de Misrata.
El día 30 de mayo, ocho oficiales del ejército de Libia, cinco de ellos generales, lanzaron una petición en Roma a sus compañeros oficiales para se unieran a la revuelta.
En Naciones Unidas, el jefe político Lynn Pascoe declaró ante el Consejo de Seguridad que aunque sus posturas seguían estando muy distantes, las autoridades del gobierno en Trípoli y los representantes de la oposición en Benghazi, han reiterado su compromiso con trabajar con el enviado especial de la ONU, Abdelilah Al Khatib. Pascoe dijo que Al Khatib, que volverá a Trípoli esta semana, ha estado intentando estrechar las diferencias entre los dos bandos, para iniciar conversaciones indirectas.
En Beijing, China ha sumado su voz a las peticiones de una solución política, según su ministro de Exteriores.
Los efectos de más de tres meses de combates se están dejando sentir por todas partes. La escasez plaga la parte occidental del país, bajo control de Gadafi, donde hay colas de kilómetros de espera en las gasolineras, para comprar productos básicos, incluso algunos alimentos, difíciles de encontrar.
En el bando rebelde, donde están la mayoría de los campos de petróleo de Libia, las exportaciones de petróleo han sido interrumpidas después de los combates y los ataques en sus alrededores, sumiendo al Consejo de Transición Nacional en una crisis financiera.
Frattini ofreció corregir esto. Dijo que Italia se encargaría de las necesidades del pueblo libio, con una enorme cantidad de combustible y de dinero”. No dio cifras exactas, pero afirmó que la asistencia ascendería a “cientos de millones de euros que son necesarios para la vida diaria de la población”.
Italia, el ex poder colonial de Libia, es el tercer país, después de Francia y Qatar, que da reconocimiento diplomático al consejo rebelde [Senegal también lo ha hecho]. Roma también ha enviado asesores militares para ayudar a formar al ejército rebelde y envió médicos para ayudar a organizar los hospitales y esfuerzos médicos.
Frattini prometió que este apoyo de Italia será continuado y repitió su exigencia de dimisión a Gadafi. “El régimen de Gadafi ha acabado, tiene que dejar el poder, tiene que dejar el país”.
(Mail & Guardian, Suráfrica, 01-06-11)
