En el último tiempo, el fútbol de Madagascar dio mucho que hablar. En mi reciente libro «Fútbol Africano: crónicas, historias e investigación» le dedico un apartado en el capítulo 5 titulado Histórica aparición de los Bareas en la CAN. Y es que en Egipto 2019 el seleccionado malgache, dirigido por el francés Nicolas Dupuis, estuvo por primera vez en el máximo evento del continente y escaló hasta los cuartos de final. Sin embargo, años antes hubo un resultado entre dos clubes de este país que llamó la atención del mundo entero.
La Federación Malgache de Fútbol (FMF) se organizó en 1947, un año después de que el país recibiera el status de territorio ultramarino francés. Y al poco tiempo, junto a Islas Mauricio e Islas Reunión, empezaron a disputar el triangular del Océano Índico. De los trece campeonatos jugados hasta 1963, Madagascar solamente pudo festejar en tres, siendo Mauricio el amplio dominador con ocho títulos. Tampoco tuvo suerte el seleccionado malgache en la COSAFA Cup, certamen organizado por el Council of Southern Africa Football Associations, en la que sus mejores resultados fueron el tercer puesto en 2015 y el cuarto puesto en 2008 y 2018.
En 2002, hubo una noticia que llamó mucho la atención y que hizo que el fútbol de Madagascar ingresase en el Libro Guinness de los Récords. Y es que hubo un partido de la liga local con 149 goles: 1,6 por minuto o uno cada 36 segundos. El AS Adema le ganó 149 a 0 al Stade Olympique L’Emyrne (SOE). Claro que el resultado es por demás extraño, pero tiene una explicación: en protesta contra los arbitrajes y la federación nacional, los jugadores del SOE decidieron anotarse la mayor cantidad de goles en contra posibles en los 90 minutos reglamentarios.
Muchos relacionan a Madagascar con la película, tras el gran éxito que en 2005 tuvo el film animado de Dreamworks Animation en el que algunos animales de un zoológico de los Estados Unidos recalan en plena naturaleza isleña. Pero tres años antes había tenido lugar el 149 a 0. Al poner este resultado en los buscadores de internet rápidamente aparecen títulos como «La mayor goleada de la historia», «El equipo que se marcó 149 goles en propia meta» o «El día que un equipo perdió ¡149 a 0!», entre otros.
Ratsimandresy Ratsarazka era el técnico del SOE -campeón 2001- pero comenzó a disgustarse en la fase final de la THB Champions League -denominación en ese entonces de la liga malgache- del año siguiente. En la anteúltima fecha contra el Domoina Soavina Atsimondrano (DSA), un discutido penal que el árbitro Razafintsalama cobró sobre el final posibilitó el 2-2 definitivo del DSA que daba por terminadas las chances del bicampeonato del SOE y lo sucedía el AS Adema.
El 31 de octubre de 2002 -otra vez con arbitraje de Razafintsalama- se midieron el SOE y el AS Adema. El técnico Ratsarazka ya venía con el antecedente fresco del 2-2 de pocos días antes y, ya sin chances de quedarse con el título, buscó una curiosa forma de protestar. Bastó solamente una primera acción dudosa por parte del árbitro para encender al técnico del SOE. «Reunió a todos sus jugadores y con pocas pero contundentes palabras logró convencerles de que debían empezar a encajar goles en propia puerta sin parar y a un ritmo milagroso», cuenta Alena Arregui en Panenka. «El recién coronado campeón de Madagascar, AS Adema, apabulló con un insólito marcador de 149-0 a un equipo que anotó deliberadamente goles contra su propio arco, en protesta contra una decisión del árbitro (…) El informe no señaló cuál fue la decisión del árbitro que originó la protesta, pero incluyó declaraciones de espectadores que dijeron: tras el enfrentamiento entre el árbitro y el técnico, los jugadores del SOE anotaron repetidamente goles en su propio arco, hasta concluir el partido con el marcador 149-0. Los jugadores del Adema sólo atinaron a quedarse quietos, observando anonadados cómo sus rivales se daban la paliza, según los testimonios», informó Reuters en un cable de aquellos días.
A medida que el tanteador iba subiendo, y al darse cuenta de lo que ocurría, los hinchas empezaron a acercarse a las taquillas del estadio reclamando la devolución del dinero de sus entradas. A su vez, el técnico del campeón Rhino Randriamanjaka vio como su intento de hacer entrar en razón a su colega y a sus rivales era en vano.
La protesta tuvo repercusión en gran cantidad de medios deportivos internacionales pero también le trajo inconvenientes al técnico goleado. La Federación Malgache lo suspendió por tres años y por el mismo período le prohibió asistir a los estadios del país. El arquero Mamisoa Razafindrakoto, el capitán Manitranirina Andrianiaina y sus compañeros Nicolas Rakotoarimanana y Dominique Rakotonandrasana recibieron la misma sanción pero solo hasta el final de esa temporada.
Esa goleada, aún con esta historia detrás, sirvió para romper además un antiguo récord vigente por 117 años ya que superó el 36-0 del Arbroath Football Club al Aberdeen Bon Accord, en septiembre de 1885 por la Copa de Escocia.
Al parecer el enojo del técnico y los jugadores del SOE no habría estado tan equivocado, ya que poco después del 149 a 0 el ministro de deportes de Madagascar llevó a cabo la destitución de todos los miembros de la Federación futbolística del país por sospechas de corrupción arbitral.
Referencias:
Original en : Sporting Africa