Furia en un centro comercial de Accra

14/01/2014 | Crónicas y reportajes

La tensión aumenta entre la dirección y los inquilinos del centro comercial Accra, principal destino de compras en Ghana, como resultado de los intentos por establecer nuevas condiciones de alquiler. Según los inquilinos del centro, la dirección está tratando de establecer unas condiciones draconianas que se aplican en Sudáfrica y que contradicen las disposiciones de la Ley de alquileres de Ghana. Según dicen, desde que se introdujera el nuevo acuerdo de alquiler a principios de 2013, los administradores del centro comercial han recuperado tácticas intimidatorias y métodos divisivos con la intención de someter a los inquilinos, incluso con amenazas de desalojo. Pretenden incluso auditar sus libros mensualmente de forma obligatoria para tener constancia de cuánto gana cada inquilino y cobrarles según una nueva norma de facturación.

En virtud del nuevo acuerdo, los inquilinos deben pagar sus rentas y facturas de electricidad en dólares, a pesar de que la normativa del Banco de Ghana no les permite vender sus productos en divisa extranjera. La administración del centro comercial podría estar demandando un aumento del 7% del alquiler, a pesar de que el incremento debería ser, de media, de entre un 2 y un 5%. Además, se prevé que todos los inquilinos pagarán más de un 100% en subidas, pasando de la media de 26 $ por metro cuadrado de hace cinco años a una media de 55 $, en clara contraposición con la Ley de alquileres. Asimismo, también se pide a los inquilinos que paguen una media de un 7 a 8% de su volumen de negocios bruto como parte de su alquiler mensual. Esta condición en particular, junto con las medidas intimidatorias del gestor del centro, Johan Verter, ha incitado la agitación entre los inquilinos.

Para empeorar las cosas, la dirección ha exigido que todos los inquilinos faciliten una declaración contable mensual para calcular sus márgenes de beneficio, bajo pena de sanción si no se cumpliera. Es interesante que, las fianzas, que son propiedad del inquilino y por lo tanto deberían depositarse en una cuenta asegurada para que no quedaran como parte del capital del arrendador en caso de liquidación o bancarrota, se hayan depositado en las cuentas personales del arrendador en vez de en una cuenta de garantía bloqueada, según dicen.

Comentario racista

Sin embargo, el sudafricano Johan Venter, administrador de la propiedad y representante del nuevo director, Atterbry, está en el meollo del alboroto, y negó todas las acusaciones y alegó que no eran merecidas. En una entrevista a DAILY GUIDE declaró que no tenía nada que ver con la negociación del nuevo contrato de alquiler con los inquilinos y que, además, no estaba «involucrado con la gestión diaria del centro». Según Venter «Los términos y condiciones del contrato de alquiler se negocian en beneficio de los propietarios del centro comercial. Basta decir que todos los inquilinos disponen de un contrato que ha sido negociado con ellos con total transparencia».

El señor Venter admitió que, aunque todos sus arriendos estaban basados en el dólar, los inquilinos seguían teniendo la posibilidad de pagar sus rentas en cedis, y añadió que «no insistimos en que los inquilinos nos paguen en dólares. Si alguno quiere hacerlo, es su decisión». Pero ahí está la dificultad para los inquilinos, quienes afirman que aun así deben utilizar el tipo de cambio para pagar en cedis, especialmente en caso de depreciación de la moneda nacional.

Venter también mantuvo la postura de que la práctica de cobrar según la facturación no es una característica peculiar de Ghana, sino que se trata de una práctica aceptada a nivel internacional. Negó que mire por encima del hombro a los ghaneses y que fuera racista, y aseguró que todo el mundo le quiere, una afirmación que han negado los inquilinos, quienes ya advirtieron que podrían convocar una manifestación en su contra.

Una copia del nuevo acuerdo, publicado en DAILY GUIDE y titulado «Pago adicional del alquiler» advertía que «sin perjuicio de cualquier disposición que establezca lo contrario a lo contenido en este arriendo, el arrendatario deberá pagar al arrendador, además de la renta base, el importe (si hubiere) en el que el volumen de negocio de cada periodo de facturación exceda la renta total bruta para el mismo periodo». Según el contrato, «en un periodo de dos meses tras la terminación de cada periodo de facturación, el arrendatario deberá presentar al arrendador una declaración contable mensual de la facturación neta para ese periodo y realizar el pago de cualquier importe adicional que sea preciso según los términos del anexo del presente».

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