Femme Faso (Saturnino Fraile, misionero Padre Blanco, y Lucía Bordón, diseñadora de Diseño para el Desarrollo): La Moda de Burkina es excelente.

12/07/2013 | Entrevistas

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Rafael Sánchez: Femme faso es un proyecto desarrollado en Burkina Faso para la creación de un taller de moda ¿Cómo surge el proyecto?

Saturnino Fraile: Esto nació en Ouagadougou, capital de Burkina. Yo fui un día a visitar un centro de personas disminuidas que trabajan en cosas de ropa. Me dijeron. “hacemos muchas cosas pero no conseguimos venderlo. ¿Qué podemos hacer?” Bueno, volví a Madrid y se lo comenté a unos amigos, y uno de ellos me habló de la existencia de un grupo surgido de la Politécnica: “Diseñadoras para el Desarrollo”, dedicado al ámbito del diseño y de la moda. Así me puse en contacto con ellas y pusimos rumbo a Burkina.

R.S.: Lucía, ¿qué es Diseño para el Desarrollo?

Lucía Bordón: “Diseño para el Desarrollo” es un equipo de diseñadoras bastante grande que nos repartimos distintos proyectos. En el proyecto actual Natalia y yo somos las que vamos a viajar. Lo que hacemos es, dependiendo del proyecto para el que viajemos, enfocar de una manera o de otra el trabajo. Pero la intención nuestra, como organización sin ánimo de lucro, es dar un soporte técnico y estético a comunidades que son productoras de un tejido y un material autóctono, para que nosotras, con este gusto que lo adaptamos a las circunstancias, tengan una mejor adaptación al mercado o inserción en este caso, porque lo que vamos a hacer es crear una pequeña empresa con el tejido que ya las mujeres producen para que puedan realizar piezas que se puedan vender, abrirse paso en un mercado, y llegar a ser autosuficientes.

R.S.: Satur, tienes una experiencia en África muy dilatada. Especialmente en Burkina.

S.F.: Yo, en este proyecto, he sido el puente que hace comunicación entre España y Burkina porque he estado 24 años en Burkina Faso, conozco el idioma, conozco la mentalidad, y tengo el corazón muy, muy negro. Allí tengo amigos, mucha gente pero de técnica y demás es mejor que hable Lucía, pero de relaciones humanas y eso, creo que se me da bastante bien.

R.S.: Y vosotras, Diseño para el Desarrollo, ¿teníais experiencia previa en África o este proyexto ha sido vuestra primera vez?

L.B.: Este ha sido nuestro tercer proyecto. En África hemos estado en Marruecos, que era un proyecto más orientado a la asesoría y el marketing porque ellas ya tenían hecho el producto, y se trataba de enfocarlo para su venta. En Guinea Bissau hicimos un proyecto del estilo porque empezamos un taller desde cero, las mujeres ya tenían hecho el tejido pero tenían que aprender a cortar, coser, confeccionar… Y es un proyecto que a día de hoy funciona bastante bien, están exportando a otros países y tiene una gran producción a nivel local. Así que la experiencia tanto en África como en el resto de destinos siempre ha sido bastante positiva.

S.F.: Y la que es más positiva es la de Burkina Faso, porque allí hay un algodón excelente. Y trabajamos con el algodón burkinabe, el hilo burkinabe, y lo tejen las propias mujeres de Burkina. Todo se queda en Burkina. Últimamente, cuando yo estuve allí me propusieron traer hilo de Marruecos, pero les dije que “no” porque nosotros trabajamos para el país, para su promoción y en especial para las mujeres de Burkina. Yo acostumbro a decir que si una mujer africana recibe 100, 99 son para la familia y tal vez uno para ella. Mientras que un hombre que recibe 100, 99 son para él, sus amigos, para comer, beber y para dárselas de importante y sólo uno va para la familia. Entonces, es opción mujeres.

R.S.: No me digas eso, porque Burkina Faso, que significa la Patria de los hombres íntegros, les estás dejado bastante mal.

S.F.: Pues a los hombres no es que les deje ni mal ni bien, yo solo constato una realidad y es que la mujer burkinabé vale bastante más que el hombre, y no está tan maleada como lo están los hombres.

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R.S.: ¿Cuáles son las características principales de este proyecto para crear un taller de moda?

S.F.: La base es toda de Burkina. En Burkina hay unas tejedoras que saben tejer de maravilla, pero tejían únicamente paños tradicionales y por encargo, después se paran. A partir de eso se quiere hacerlas trabajar y ganarse su vida con lo que saben hacer, mejorado con el asesoramiento de “Diseñadoras para el Desarrollo”. Está pensado para que sea muy humano y muy respetuoso. Son bastantes las personas disminuidas físicas que trabajan en este proyecto, muchas de ellas ya trabajan desde su casa, porque esto fue iniciado hace bastante tiempo. La base que tenemos de las tejedoras es estupenda porque el anterior presidente del país, Thomas Sankara, insistió mucho sobre la ropa de Burkina y quería que todos se vistiesen con las ropas típicas de Burkina. Estas son las bases para conseguir el objetivo: dar trabajo a esas mujeres para que se ganen la vida de la mejor forma posible.

R.S.: El curso de formación, ¿Qué es lo que enseñáis y qué aprendéis?

L. B.: Normalmente, el tiempo que pasamos allí está dedicado casi exclusivamente al tiempo de formación, puede ser un mes o un poco más. Se trata de aportar toda esa fase de producción y no solamente de crear un producto, sino cómo lo vamos a vender, cómo lo vamos a llamar, etc. Se trata de adaptarlo a la venta y al proceso de mercado de aquí. ¿Y qué aprendemos? Pues muchísimo, creo que esto es un proceso de enriquecimiento personal, y que nosotras tratamos de transmitir. Creo que el mundo de la moda y la industria textil está absolutamente deteriorada. Lo que pretendemos hacer es recuperar los procesos artesanos, ese producto autóctono, para crear un producto de calidad que no se pierda en el tiempo, que no vaya al ritmo acelerado al que va la moda sino que dure en el tiempo, algo atemporal, en conexión con el concepto de slow fashion, es decir una moda más lenta, un producto de calidad que no se pierda. Una moda que dure, porque también va a tener un precio.

Tratamos de recuperar el concepto de moda: gusto, elegancia, saber vestir. Moda no es solamente estar a la última, sino el vestir. Y yo creo que estas sociedades tienen mucho que enseñarnos a nosotros porque tienen una forma de entender la ropa y el vestuario de una manera más tradicional y respetuosa. Es un valor que nosotras ganamos cuando estamos allí. Es un poco un tú a tú, porque nos necesitamos mutuamente.

R.S.: ¿Cómo son vuestro diseños? ¿Respetáis el diseño de Burkina Faso y tratáis de introducirlo dentro de la moda española, o habéis creado un modelo mixtos?

L.B.: Es un poco una unión. Nosotras nos inspiramos en el país y le damos un poquito, “ese soporte nuestro” para que se pueda vender, porque al final quien compra es Occidente, y entonces también hay un gusto que al fin y al cabo es una estrategia, no tiene porqué ser malo. Pero también tenemos que tener esa visión y ese olfato para la venta que es de lo que se trata. Lo que hemos hecho ha sido adaptarnos un poco a las tendencias y al gusto, (también el nuestro personal), porque creemos que el diseño tiene que ser también una cosa de creación interna y del propio diseñador. No copiamos a las grandes multinacionales ni pretendemos parecernos a ellas, sino al contrario, queremos un producto un poco atemporal, con tendencia y que sea capaz de durar muchos años.

R.S.: ¿Crees que las telas de Burkina pueden adaptarse al gusto de Occidente?

L.B.: Sí, además creo que vivimos un momento en que lo étnico está en todos los escaparates prácticamente, además tenemos el valor añadido que el tejido que nosotras ofrecemos no es un tejido industrial que se vaya a desteñir, sino que es un tejido de primera calidad. Entonces, creo que esto es un valor añadido frente a todo lo que vemos en el mercado, y creo que es un buen momento para hacer esta colección de ropa. También metemos muchas colecciones de ropa para el hogar donde también esta presente el tema étnico, y las calidades siempre encajan muy bien en el hogar, porque son productos que no pasan en el tiempo. Y quizás a un turista que pasa por Burkina le interesa regalar un mantel o unas servilletas. Todos son productos que tienen una mirada a largo plazo porque duran, de verdad.

R.S.: ¿Cómo analizáis la dificultad que tiene la difusión y la distribución en España?

L.B.: Bueno, realizamos un proceso de distribución del producto, a la par que de promoción. En el momento de la primera venta ya comenzamos a volver a invertir, así que es una forma de crear una empresa y un proceso autosostenible. Nosotras, como diseñadoras en España tenemos contactos con revistas, diseñadores, la escuela de moda que podemos utilizar para la difusión. Además, con motivo de la Feria Internacional de la Moda Textil de África, nos hemos puesto el reto de conseguir que Femme Faso este presente con un stand las dos próximas ediciones.

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Entrevista realizada para Africanía

(Transcripción, Miguel Obregón)

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