Los pescadores locales de Senegal vienen reclamando desde hace tiempo la necesidad urgente de abordar las desigualdades socioeconómicas evidentes en las costas del país y restaurar el equilibrio en el sector pesquero, afectado por décadas de explotación desmedida. De hecho, estos profesionales han visto aumentar los desafíos a los que se deben enfrentar debido a la disminución de las poblaciones de peces y la presión ejercida por los barcos extranjeros y los arrastreros ilegales.
Sin embargo, con la reciente elección del presidente Diomaye Faye, se vislumbra un rayo de esperanza en el horizonte. Con tan solo 44 años, Faye emerge como una figura joven y prometedora en la política africana. Su origen humilde y su conexión con las luchas diarias de los ciudadanos senegaleses lo convierten en un símbolo de cambio para los pescadores marginados. En contraste con las políticas anteriores que favorecían la pesca industrial extranjera, el presidente Faye promete un enfoque renovado en la protección de los intereses locales.
Las propuestas del presidente electo Faye incluyen la expansión de las zonas de pesca exclusivas para los pescadores artesanales, una medida crucial para proteger sus medios de vida. Además, se ha comprometido a implementar un Plan Nacional para la Conservación y Gestión de los Arrecifes Artificiales, reconociendo la importancia de preservar los hábitats marinos para garantizar la sostenibilidad a largo plazo. La comunidad pesquera senegalesa ha recibido con optimismo estos anuncios, pero también reconoce los desafíos que persisten. La pesca ilegal, la falta de transparencia en los acuerdos comerciales y los impactos del cambio climático son solo algunas de las preocupaciones más urgentes para este colectivo.
Fuente: Al Jazeera
[Traducción y edición, Bruno Rodríguez]
[CIDAF-UCM]
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