Fátima Djarra Sani nos habla sobre el paso de la mutilación a la vida, por LitERaFRicA

10/02/2016 | Bitácora africana

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Siempre es difícil ir a contracorriente. Fátima Djarra lo sabe. En Guinea Bissau, como en otra veintena de países, la mutilación genital (ablación) es una terrorífica costumbre enraizada con fuerza y que siguen soportando mujeres y niñas. Pero, en su caso, lo que estaba destinado a someterla, la hizo más fuerte. “Desde que me extirparon la mayor parte del clítoris y los labios menores de la vagina a los cuatro años, llevo la rebeldía en la sangre. Rebeldía, que no ira.” Desde entonces su voz se ha alzado para hablar de manera incansable para que esta atroz práctica desaparezca, a través de una trayectoria vital que se inició en Bissau y la llevó fuera del continente hasta Pamplona, y que Fátima describe en su autobiografía.

El sol lucía imponente aquel día, rememora Fátima. Era una jornada festiva, alegre, en la que ella y su hermana estrenaban ropa para acudir a la casa de la fanateca y que pronto contrastó con el ambiente sucio del baño que solo contenía un cubículo para defecar, donde encima de un pareo sobre el cemento, les practicaron la ablación. Fátima es directa y supongo que habrá estado tiempo pensando en qué palabras usar para transmitir el momento, aquella difícil e inolvidable experiencia. “Un afilado grito me alarmó” (pág.42) es el primer signo de lo que le espera a la niña que no volverá a hablar de ello hasta que años después es iniciada.

Fátima Djarra Sani, víctima de la ablación, presenta «Indomable» un libro con su testimonio

Indomable nos adentra en una sociedad secreta. Dentro del bosque, “donde se sembraban los cimientos de la sumisión femenina“, y al que ella accedió ir de manera voluntaria deseando convertirse en una mujer de provecho, las niñas eran obligadas a someterse a una ceremonia que duraba tres meses. Las ancianas transmitían que lo que pasaba en el bosque se quedaba en el bosque, por eso era (es) tan difícil hablar con otras mujeres sobre ello. Pero Fátima decidió romper ese círculo de ocultismo y miedo y habló. Allí Fátima adolescente se vio sometida a aprender a “callar y a plegarse” y contempló el sufrimiento generado por la ablación en otras niñas a las que se lo practicaban en aquel momento.

Después (pronto) vendrían las consecuencias. La muerte por desangramiento de alguna de las niñas, el dolor al orinar, los efectos de la ablación en su vida sexual que son descritos de tal manera que el lector siente la angustia de Fátima cada vez que intenta tener relaciones sexuales, y los problemas para concebir.

Después (mucho después) vendrían el rechazo, el insulto y las amenazas cuando se incorporó a “Médicos del Mundo” y empezó a hablar (aquí y allí) sobre lo que había sufrido y sus consecuencias. Pero también le llegaron la comprensión y los testimonios de otras mujeres que habían pasado por aquel duro trance. Madres que habían aceptado la mutilación porque creían que era lo mejor para sus hijas, ancianas que no pronunciaban ni una sola palabra en contra, mujeres que se negaban y argumentaban que “no hay un sólo versículo (en el Corán) donde se especifique que la pureza de una mujer va ligada a la mutilación” o hombres que rechazaban de plano la práctica al conocer la dimensión de la atrocidad.

En 2015 Nigeria y Gambia la prohibieron. Pero en muchos países la siguen practicando a pesar de estar prohibida (Burkina Faso) o la siguen defendiendo (Sierra Leona). Fátima, valiente, sigue hablando con unos y con otros, dando testimonio directo y soportando el precio que supone el que todo el mundo conozca que ella es una mujer mutilada, porque sabe que eso también es necesario.

A algunos les escandalizará que una africana divulgue sus secretos más íntimos. Simplemente es un mal necesario. Ojalá sirva para acercarnos a los europeos y enterrar los falsos mitos. Porque las africanas nos hemos convertido en un enigma que la mayoría de los occidentales no se molesta en interpretar. (pág. 14)

Ficha:

Título original: Indomable, de la mutilación a la vida (2015)

Coautoría: Gorka Moreno Arratibel

Idioma: Original: Castellano

Editorial: Península (2015)

Nº páginas: 192

Portada: Fotografía Iñigo Aranguren Osinaga

Original en : LitERaFRicA

Autor

  • Fernández Quincoces , Sonia

    Especialista en literaturas africanas, es autora y editora del blog Literafricas. Colabora en medios y eventos relacionados con este continente.

    Literafricas es un blog cuya autora es Sonia Fernández Quincoces. Surgió en junio de 2013 en un intento de crear un blog específico de literatura africana, entre otras razones porque cuando una intentaba localizar información sobre algún libro o autor de ese continente tenía que realizar un gran esfuerzo de búsqueda y, a menudo, era infructuoso. En aquel momento dedicarle un pequeño hueco en el ciberespacio no me pareció mala idea. Un lugar para intentar aportar ese granito de arena al conocimiento del desconocido y muy interesante mundo de las letras africanas, donde escritores africanos tuvieran la voz y la palabra para acercarnos sus pensamientos y sentimientos, para mostrarnos sus anhelos y su manera de ver la realidad y sentirla. Lo subtitulé “Simplemente literatura” porque para mí esta literatura es simplemente eso, literatura con mayúscula, sin necesidad de ponerle ninguna otra etiqueta, aunque, paradojas, de momento las tengo que usar.

    Literafricas

    @LitERaFRicAs

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