Fati Niang, en la cocina y al volante

8/01/2015 | Crónicas y reportajes

Atrás quedó la vieja choza de patatas fritas. Con su «food truck» (camión de comidas), la empresaria senegalesa lleva la cocina africana por las calles de Île-de-France (París).

Se trata de una camionera de una nueva generación. Una camionera a la que le gustan los tacones de aguja y, cuando es necesario, puede ser también “glamurosa” como cuando recibió en 2014, en el Hotel Marriot de la Campos Elíseos, el premio a la mejor mujer emprendedora de 2014 con un vestido de raso y encaje azul.

Es por eso difícil creer que, unos meses después de recibir ese premio, la bella Fati Niang recorra las calles de Île-de-France con “Black Spoon” (cuchara negra) su camión de comida rápida.

¿Su especialidad? La cocina africana. Pero no debemos buscar «innovación» en sus platos, la joven senegalesa se centra en lo que ella ha vivido y conocido en la cocina de África Occidental: mafé, pollo yassa, pasteles rellenos, brochetas de Alloco (plátano macho en rodajas y frito), etc. La clave del éxito está en otra parte: en la calidad del producto, la velocidad del servicio y la accesibilidad.

De hecho, la cocina no es realmente su «fuerte», pero, por supuesto, tiene alguna base: lo que le enseñó su madre a la edad de 12 y 13 años, pero ¿eso es todo? No, «lo suyo» son las ventas. Comercial durante diez años, lo dejó todo en 2012, después del nacimiento de su segunda hija. «Me cansé de esos jefes que no entienden que cuando eres una mujer con hijos, tienes que salir a tu hora», comenta. Primero pensó abrir un restaurante, pero se dio cuenta de que no tenía la suficiente experiencia culinariamente hablando.

«El camión de comidas, era la combinación perfecta» Era también una muy buena idea en ese momento. Desde hace ahora casi dos años, la capital francesa, al igual que las principales ciudades de EE.UU., ha experimentado el fenómeno de estos sofisticados camiones ambulantes. El camión es especial, declara Fati. Forman una especie de comunidad en la que hay unos estándares de calidad y unas normas que deben cumplirse. Básicamente, se trata de una nueva generación que se ha comprometido a proporcionar una cocina de mejor calidad a precios asequibles.

A diferencia de sus antecesores, el puesto de patatas fritas o el de helados el camión requiere dedicar mucho trabajo y tiempo a su apariencia… blanco y negro charol con puntillas de color fucsia el de Fati Niang, que comprendió, desde el principio, que la imagen y la comunicación son fundamentales. Así que, incluso antes de lanzar “Black Spoon” había preparado el terreno con una agencia de comunicación. En diciembre de 2013, el camión hizo su primera salida y… los comentarios en las redes sociales y las entrevistas estaban vinculados. Me sorprendió mucho, nunca imaginé ser contactada por diversos medios de comunicación y extraños, especialmente en Facebook, que me cuentan sus puntos de vista, experiencias y opiniones.

Pero, como la mayoría de sus amigos y competidores, Fati Niang sigue luchando para conseguir un permiso de estacionamiento del ayuntamiento de París y, de momento, tiene que conformarse con aparcamientos en las comunidades circundantes. Después de tres meses y a pesar del invierno, “Black Spoon” ya había atendido a más de 1.500 clientes. Hoy se nos reclama, cada vez más, en ferias parques de atracciones o eventos privados.

El volumen de negocios diario, de 300 € la primera semana, ha ido aumentando día a día. Este hecho no desagrada en absoluto a una figura clave en la vida de Fati Niang: su banquero. Tardó muchísimos meses en convencerle de que le hiciera un préstamo de 50 000 € para ponerse en marcha, cifra a la que hay que sumar un préstamo del estado de 16.000 € y una aportación personal de 10 000 €.

En resumen que Fati Niang todavía no se paga ningún sueldo, tiene un año y medio para montar su proyecto. Formación en Creación y Gestión Empresarial, desarrollo de planes de negocios, recaudación de fondos…, «Uno no se convierte en empresario de la noche a la mañana y además estamos en Francia donde siempre hay montañas de papeles que rellenar.

Criada en una familia senegalesa peul (habitantes de la zona media del rio Senegal), de origen humilde, esta mayor de siete hermanos también ha podido contar con el apoyo de su familia.
«Todos ellos hicieron, con sus ánimos, su pequeña contribución. Esto crea un poco de presión extra… Digamos que, tanto por ellos, como por mis hijos, me niego a fracasar.

Siguiente objetivo: adquirir un segundo camión, nuevos emplazamientos, aumentar la actividad y, sobretodo, la contratación de un (a) apasionado (a) de la cocina que la reemplace en la primera línea del frente,»centrarse plenamente en la gestión de la compañía”. Sin duda, más empresaria que cocinera.

[Fuente: afriquefemme.com-Fundación Sur]

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