Ayer domingo, 31 de agosto, una gran multitud de familiares, amigos, fans, compañeros artistas y sus excompañeros taxistas de Uagadugú acompañaron al músico a su lugar de descanso final: el cementerio de Gounghin, donde se dio el último adiós al grande de la música burkinesa, africana y mundial
Amadou Ballaké nació en Ouahigouya, Burkina Faso, el 8 de marzo de 1944. Amadou Traoré, asistió a la escuela coránica y fue uno de los primeros taxistas de Uagadugú antes de dedicarse a la música como percusionista de una orquesta del lugar. Durante su larga carrera en la que actuó en Ghana, Benin, Nigeria, Mali, Costa de Marfil, EE.UU., Francia y por supuesto en Burkina, Ballaké demostró que tenía un sentido innato del ritmo que él supo ajustar, de forma perfecta, a su forma de cantar. Conquistó el mundo con su música, solo o con “Africando” con quien se unió en 2001 a petición de Boncana Maiga, famoso productor africano. A nivel individual, Ballaké encarna la diversidad de la música africana. Porque es tanto de Burkina Faso como de Malí, Guinea o Costa de Marfil y dentro de su arte encontramos el ritmo afro-cubano, esa mezcla de rhytm’n’blues, funk, afrobeat y pop que se canta principalmente en Dioula.
Después de una noche de homenaje al artista el 30 de agosto, Amadou Ballaké, descansa ahora en el cementerio de Gounghin. El mundo de la música lo llora como a un baobab o a una biblioteca de arte africano. Algunos artistas y amantes de la música que le acompañaron por última vez se mostraron totalmente desolados.
[Fuente: sidwaya-bf.com-Fundación Sur]