Amina Kokwongeza de 24 años de edad y madre de dos hijos, cuenta que se vio obligada a recurrir a fabricar sandalias a partir de neumáticos (lugabire) después de que su marido no pudiera conseguir dinero suficiente para mantener a la familia.
Residente en la barracas de Kasijagirwa en el distrito de Masaka, Kokwongeza narra que la idea de hacer lugabire le vino en 2004 después de que su marido, Nasur Mubiru, no pudiera cubrir el dinero necesario para tratar a su hijo cuando fue diagnosticado de malaria.
«Recurrí a pedir dinero prestado a un amigo y me comprometí a devolvérselo más tarde», y agrega: «éramos tan pobres. Tenía que pensar en algo para salvar a mi único chico y conseguir dinero para el tratamiento y llevarlo al hospital”.
Le pedí que me enseñara cómo hacer lugabire y él aceptó. «Mi esposo aprobó la idea de trabajar juntos y rápidamente comenzó a enseñarme cómo hacer las sandalias».
Las sandalias están hechas de neumáticos de motocicletas o de coches. La elaboración de estas sandalias es una buena manera de reciclar neumáticos gastados y el calzado minimalista resultante proporciona una gran comodidad y durabilidad. Aunque se pueden utilizar una gran variedad de materiales y métodos para las correas, el proceso básico para la fabricación de sandalias de neumáticos es siempre el mismo.
Nos cuenta que para hacer estas sandalias se pueden tardar de 30 a 40 minutos. Los materiales necesarios son pequeños clavos, cuchillos y neumáticos. De acuerdo con Kokwongeza, se necesita un proceso de cuatro pasos para hacer las sandalias.
Desafíos
Kokwongeza reconoce que a pesar de que este negocio trae dinero, no es mucho. Un par de sandalias está entre los 1.000 y los 2.000 Shs, dependiendo de la edad de la persona.
La única manera de acumular suficiente dinero para ahorrar, sería mediante la venta al por mayor. «Hay más personas que venden lo mismo en Masaka ahora, por lo que la única manera de ganar una cantidad sustancial es ir pregonando», explica Kokwongeza que gana entre 10.000 y 20.000 Shs en una semana.
Sin embargo, no se pueden comparar los inconvenientes y desafíos de este trabajo con los de trabajar en un hotel donde era despreciada por los hombres y mujeres compañeros. Ella cuenta que esto finalmente la hizo quedarse en casa hasta que decidió hacer lugabires.
Beneficios del trabajo
Kokwongeza explica que ha logrado elevar la matrícula escolar de su hijo y que está deseando de comprar tierra para construir una pequeña casa en un par de años, usando sus ahorros.
«Es mejor conseguir dinero con tu sudor, especialmente para las mujeres, ya que ayuda a planificar mejor el futuro de tu familia”, agregando que es difícil depender de un hombre porque no se puede leer lo que está en su mente.
Planes futuros
Reza para que Dios la escuche y le conceda un mercado más grande para permitir que su negocio crezca. Mientras tanto, Kokwongeza decidió dejar su lugar de trabajo y trabajar desde casa. Ella explica que fue por razones de salud.
«Había obras de construcción cerca y no podía soportar el polvo. Ahora trabajo desde casa y pregono mi mercancía”.
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