Extractos del discurso del Papa Francisco a su llegada a Kinshasa

2/02/2023 | Documentos R+JPIC

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Algunos párrafos significativos de su discurso:

Os saludo cordialmente y agradezco al presidente las palabras que me ha dirigido. Me siento feliz por estar aquí, en esta tierra tan bella, tan extensa y tan lujuriosa, que abraza, en el norte, la selva tropical, en el centro y hacia el sur, las altiplanicies y las sabanas arbóreas, al este, las colinas, las montañas, los volcanes y los lagos, en el oeste enormes extensiones de aguas con el río Congo que se encuentra con el océano.

En vuestro país, que es como un continente en el interior del gran continente africano, se tiene la impresión de que la tierra entera respira. Pero, si bien la geografía de este pulmón verde es rica y variada, la historia no ha sido tan generosa. Atormentada por la guerra, la República Democrática del Congo sigue padeciendo en el interior de sus fronteras conflictos y migraciones forzosas, y sufriendo terribles formas de explotación, indignas del hombre y de la creación. Este país inmenso y lleno de vida, este diafragma de África, golpeado por la violencia como un puñetazo en el estómago, parece haber perdido desde hace tiempo su respiración. Y mientras vosotros, congoleños, lucháis para salvar vuestra dignidad e integridad territorial contra miserables intentos de fragmentación del país, yo vengo hacia vosotros en nombre de Jesús como un peregrino de reconciliación y de paz. (…) Desearía hablaros a través de una imagen que simboliza bien la luminosa belleza de esta tierra: la del diamante.

Queridas mujeres, queridos hombres congoleños, vuestro país es verdaderamente un diamante de la creación; pero vosotros, todos vosotros, sois infinitamente más preciosos que las buenas cosas que salen de este fértil suelo. Estoy aquí para abrazaros y recordaros que tenéis un valor inestimable, que la Iglesia y el Papa confían en vosotros, que creen en vuestro futuro (…) ¡Ánimo, hermano y hermana, congoleños! ¡Ponte en pie, retoma en tus manos, como un diamante muy puro, lo que eres, tu dignidad, tu vocación para mantener en armonía y paz la casa que habitas! Revive el espíritu de tu himno nacional, soñando y llevando a la práctica sus palabras: Por medio del duro trabajo construiremos un país más bello que antes, en la paz.

(…) Desde el inicio mismo de mi viaje, deseo lanzar un llamamiento: que cada congoleño se sienta llamado a ejercer su protagonismo. Que la violencia y el odio no tengan lugar en el corazón y en los labios de nadie, ya que se trata de sentimientos inhumanos y anticristianos que paralizan el desarrollo y nos arrastran hacia atrás, hacia un pasado sombrío.

Hablando de freno al desarrollo y regreso al pasado, resulta trágico que estos lugares, y más generalmente el continente africano, sigan sufriendo diversas formas de explotación. Después del colonialismo político se ha desencadenado un “colonialismo económico” tan esclavizante como aquel. En consecuencia, este país, ampliamente saqueado, no logra aprovecharse suficientemente de sus inmensas riquezas: hemos llegado a la paradoja de constatar que los frutos de su tierra convierten a sus habitantes en extranjeros/ajenos. El veneno de la codicia ha ensangrentado sus diamantes. Es un drama ante el que el mundo económicamente más avanzado cierra a menudo los ojos, los oídos y la boca. Pero este país y este continente merecen ser respetados y escuchados, merecen espacio y atención. ¡Retirad vuestras manos de la República Democrática del Congo! ¡Retirad vuestras manos de África! ¡Cesad de ahogar África!: África no es una mina que hay que explotar ni una tierra que desvalijar. ¡Que África sea protagonista de su destino! ¡Que el mundo recuerde los desastres cometidos a lo largo de los siglos en detrimento de las poblaciones locales y que no olvide este país y este continente! ¡Que África, sonrisa y esperanza del mundo, cuente cada vez más, que se hable de ella, que tenga más peso y representación entre las naciones!

(…) Al mirar a este pueblo, se tiene la impresión de que la comunidad internacional se ha resignado a la violencia que lo está devorando. No podemos acostumbrarnos a la sangre que se derrama en este país desde hace décadas, causando millones de muertos, con desconocimiento de muchos. Es preciso que se sepa lo que sucede aquí, que los procesos de paz en curso, que con todas mis fuerzas propugno, estén apoyados por hechos y que los compromisos sean respetados. Gracias a Dios los hay que contribuyen al bienestar de la población local y a un real desarrollo por medio de proyectos eficaces y no por intervenciones de pura asistencia, sino con planes de crecimiento integral. Expreso mi gratitud a los países y a las organizaciones que aportan ayudas sustanciales en este sentido, contribuyen a la lucha contra la pobreza y las enfermedades, apoyan el Estado de derecho y promueven los derechos humanos. Expreso mi deseo de que puedan seguir ejerciendo plenamente y valientemente este protagonismo tan noble.

Volvamos a la imagen del diamante. Una vez trabajado, su belleza proviene igualmente de su forma, de sus numerosas facetas armoniosamente dispuestas. Este país, rico por su pluralismo característico, tiene también un carácter poliédrico. Es una riqueza que debe conservarse, evitando que se deslice hacia el tribalismo y la confrontación. Tomar partido obstinadamente por su propia etnia o por intereses particulares alimentando espirales de odio y de violencia degenera en detrimento de todos bloqueando la necesaria “química del conjunto”.

(…) Los miembros de la sociedad civil, juegan también un rol esencial en la construcción de un futuro de paz y fraternidad. Han demostrado a menudo que sabían oponerse a la injusticia a costa de grandes sacrificios para defender los derechos humanos, la necesidad de una educación sólida para todos y una vida digna. Agradezco sinceramente a las mujeres y hombres, especialmente a los jóvenes de este país, que en diverso grado han sufrido por ello y les rindo un homenaje.

(…) El que detenta las responsabilidades civiles y gubernamentales está llamado a actuar con claridad cristalina. El poder solo tiene sentido cuando es servicio. ¡Qué importante es actuar en ese sentido, huyendo del autoritarismo, de la búsqueda de fáciles ganancias y de la sed del dinero! El poder debe favorecer elecciones libres, transparentes y creíbles.

Fuente: discurso del Papa Francisco en Kinshasa

[CIDAF-UCM]

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