Extractos del discurso de Joseph Kabila en la Cumbre de jefes de Estado de los Grandes Lagos, en Lusaka, el 15 de diciembre

20/12/2010 | Crónicas y reportajes

Tras los saludos protocolarios, el presidente congoleño se felicitó por los logros en la pacificación y estabilidad de la región, así como de la normalización de las relaciones entre los diferentes países..

El presidente Kabila recordó los compromisos alcanzados en diciembre de 2006 tendentes a “asegurar que todas las actividades relativas a la explotación de los recursos naturales respetaran la soberanía de cada Estado sobre dichos recursos, con pleno respeto de las legislaciones nacionales y de los principios de transparencia, responsabilidad, equidad y respeto del medio ambiente y de las comunidades humanas”. Puso también de relieve la decisión conjunta de “poner en pie un mecanismo regional de certificación de la explotación, evaluación y control de los recursos naturales de la región”. Todo ello orientado a “promover y reforzar en cada Estado miembro mecanismos eficaces para prevenir, reprimir y erradicar la explotación ilegal de los recursos naturales, a fin de consolidar la paz y sentar las bases del progreso”.

Joseph Kabila justificó su reciente decisión de suspender la explotación minera artesanal en el este del Congo para “eliminar el acceso de los grupos armados a la explotación y comercio ilegales, que son fuentes de financiación de dichos grupos desestabilizadores de la región”. Por medio de estas medidas “queremos favorecer la trazabilidad de nuestros productos mineros y así favorecer a nuestras poblaciones”. “Para lograrlo, concluyó, solicitamos la colaboración de todos, ya que la explotación ilegal tiene redes que van más allá de nuestras fronteras”. “Debemos establecer un plan de acción para poner fin a la explotación ilegal de minerales que realiza en nuestros países”.

El jefe de Estado de Zambia, Rupiah Banda, que preside la Conferencia Internacional sobre la Región de los Grandes Lagos (CIRGL), ha hecho también un llamamiento para “encontrar una solución duradera al problema de la explotación ilegal de recursos naturales que está en el origen de la conflictividad en varios países”.

Editado y traducido por Ramón Arozarena.

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