Un tribunal tunecino condenó al expresidente Moncef Marzouki a ocho años de prisión. Los cargos contra Marzouki, que vive en París, se derivan de unas declaraciones que, según las autoridades, infringen las leyes sobre el llamamiento al derrocamiento del gobierno. Esta condena se da en el marco de la represión a los opositores al actual presidente Kais Saied.
Es la segunda vez que Marzouki es condenado por comentarios realizados en manifestaciones y en las redes sociales, tras una sentencia de cuatro años dictada en diciembre de 2021 por atentar contra la seguridad del Estado.
Marzouki fue el primer presidente de Túnez, elegido democráticamente, entre 2011 y 2014, después de que las protestas de la Primavera Árabe llevaran al presidente autocrático Zine El Abidine Ben Ali a dimitir y huir del país. Marzouki es considerado un activista de los derechos humanos y se ha convertido en un firme crítico de las medidas del presidente Kais Saied para consolidar su propio poder, entre ellas la revisión de la Constitución tunecina posterior a la Primavera Árabe y la suspensión del Parlamento.
Marzouki es uno de los más de 20 opositores políticos que han sido acusados o encarcelados desde que Saied consolidó el poder en 2021. Entre los jefes de la oposición que fueron detenidos desde el año pasado se encuentran Rached Ghannouchi, jefe del partido islamista Ennahda, y Abir Moussi, la abogada y política tunecina presidenta del Partido Constitucional Libre, en una campaña de represión por sospechas de conspiración contra la seguridad del Estado.
Saied destituyó al Gobierno y comenzó a gobernar por decreto en 2021, una medida que Marzouki y los principales líderes de la oposición calificaron de golpe de Estado. El presidente tunecino, que consagró sus nuevos poderes constitucionales en un referéndum con escasa participación en 2022, ha negado que sus acciones fueran un golpe de Estado y ha dicho que eran necesarias para salvar a Túnez de años de caos. La oposición acusa a Saied de amordazar a la prensa, imponer un gobierno autoritario y afirma que sus cambios constitucionales han desmantelado la democracia construida tras la revolución de 2011. Saied rechaza esas acusaciones y ha calificado a sus críticos de criminales, traidores y terroristas, advirtiendo de que cualquier juez que los liberara sería considerado cómplice
Autores: Tarek Amara – Ben Bouazza
Fuentes: Reuters – AP News – Imagen: Chatham House – Wikimedia
[Traducción y edición: Micaela Llona Bavestrello]
[CIDAF-UCM]
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