Éxito de la agricultura africana: la producción de cereales tira de la economía hacia arriba

15/09/2011 | Crónicas y reportajes

La producción de cereales en África (maíz, mijo, sorgo y arroz) ha aumentado desde los 16 millones de toneladas en 1980 hasta los 52 millones en 2008. En general el ritmo de crecimiento de la producción agrícola se estima en alrededor del 4%, superior al aumento de población, que se calcula en un 2,6%.

En su informe “Perspectivas económicas globales”, el Banco Mundial defiende la idea de que una mejor productividad agrícola es una de las causas de recuperación del crecimiento económico africano.

La producción cerealera es un motor para la economía africana.

El aumento de la producción de cereales se debe principalmente a la duplicación de la superficie cultivada. De este modo el volumen de producción de maíz se ha multiplicado por más de cinco y el de arroz por tres.

Aparte de estos resultados, el Instituto Bretton Woods señala como explicación a esta diferencia del 4,7% en 2010, la recuperación mundial, la creciente demanda de materias primas y un aumento de la inversión extranjera.

Además del aumento de la productividad obtenido por estas acciones, se ha extendido el área de producción.

Los grandes valles agrícolas del oeste africano han aumentado su productividad.

La cuenca del Sahel corresponde a las grandes aglomeraciones urbanas desde el Norte de Nigeria hasta Guinea, pasando por Níger, Burkina Faso y Mali. Esta cuenca se caracteriza por el predominio de un modelo de consumo basado en cereales autóctonos, especialmente mijo, sorgo y arroz completados en los últimos años por el maíz. Esta zona tiene un consumo medio per cápita de 220 Kilos. La proporción de los cereales locales en el volumen total de los consumidos sobrepasa el 60% y puede alcanzar picos del 70 y 80% en ciertos países como Níger y Mali.

La cuenca costera corresponde a la zona que se extiende desde el sur de Nigeria hasta Senegal. Es el área más urbanizada del África occidental, especialmente la gran aglomeración que va desde Abba, al sudeste de Nigeria, hasta Abiyán en Costa de Marfil. La cuenca ha experimentado un cambio notable en los hábitos alimenticios de las poblaciones que sustituyen el consumo de tubérculos y raíces (ñame, batata, mandioca) por los cereales que principalmente son importados por los mercados internacionales.

La agricultura contribuye al crecimiento económico del continente.

Invertir en la agricultura hace crecer igualmente el PIB. Tal y como recuerda el Banco Mundial, la tasa de crecimiento del 9% registrada en Etiopía en 2010 se debe principalmente al dinamismo del sector agrícola. El país saca provecho de las inversiones en carreteras y electricidad que son los principales factores que han permitido la creación de pequeñas explotaciones agrícolas. Malawi también registró en 2010 un crecimiento del PIB del 6,8% principalmente gracias a la mejora en el rendimiento del maíz.

El futuro para estos excedentes presupuestarios debería venir de los ingresos de la agricultura cerealera y podrían ser destinados a grandes inversiones en infraestructuras con el propósito de reducir los costes de transporte de los productos desde las zonas de producción rural hacia los centros urbanos de consumo.

Publicado en Africa Avenir, el 2 de setiembre de 2011.

Traducido para Fundación Sur por Juan Carlos Solís Santander.

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